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Un trabajador de las obras de rehabilitación abre la puerta tallada de la Qubba del Cuarto Real.
La reforma del Cuarto Real acabará en noviembre con 24 años de vaivenes

La reforma del Cuarto Real acabará en noviembre con 24 años de vaivenes

Con una inversión total de 6,4 millones, las obras recuperarán para la ciudad el vestigio más antiguo de su pasado árabe

Daniel Olivares

Domingo, 20 de julio 2014, 00:48

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granada. Acceder a la Qubba del Cuarto Real de Santo Domingo es hacerlo a una pequeña Alhambra. Su parecido interior con la Torre de Comares es más que razonable. No en vano, está considerado como el antecedente del arte palaciego nazarí que se utilizó en la arquitectura del más famoso monumento el pasado musulmán de Granada. Su pavimento de mármol, sus conjuntos de yeserías y zócalos con pinturas, además de la armadura de madera de su techo, hacen justicia al calificativo de ser uno de los exponentes capitales del arte nazarí. La Qubba, origen de la palabra alcoba en la lengua de Cervantes, apenas deja ver ya el estado de abandono en el que estuvo hasta hace pocos años. Los trabajos de su restauración dieron resultado y las paredes que antes de 2006 aparecían semiderruidas lucen con otra luz al abrirse la enorme puerta de madera tallada que esconde el tesoro de este palacete del siglo XIII.

Han sido necesarios siete millones de inversión y 24 años de espera para que el vestigio más antiguo del arte árabe de la capital granadina recupere el esplendor que tuvo en su origen. El próximo mes de noviembre, según aseguró la concejal de Turismo, Rocío Díaz, quedarán rematados unos trabajos que han constado de dos fases distintas. En la primera, el Ayuntamiento que en 1990 pagó 2,7 millones de euros en su adquisición dispuso de 2,1 millones para restaurar el corazón de la Qubba, los jardines y su huerta y para demoler parte de la estructura del palacio del siglo XIX que envolvía a la torre y escondía parte de su belleza exterior. En la segunda actuación, cuyas labores se reanudaron a principios de este mes, el Plan de Excelencia Turística ha permitido dedicar 1,6 millones de euros a intervenir en el edifico anexo a la Qubba, en el pabellón de entrada, en los jardines y en la protección de los restos arqueológicos de origen almohade que afloraron en su suelo durante las demoliciones interiores.

Interior vacío y abierto

El proyecto de reestructuración del edificio anexo, en el que trabajan los obreros en la actualidad, consiste en el vaciado y reorganización de su interior para darle un uso confines expositivos y culturales. Se ha conservado la estructura envolvente y en la planta baja alberga una sala para conferencias, proyecciones o cualquier actividad ligada a la musealización del conjunto, según la memoria del proyecto que facilitó la Concejalía de Urbanismo. En ese espacio se dejan expuestos los restos arqueológicos, protegidos en parte por un suelo de vidrio y con una zona al descubierto.

Este segunda fase busca ejecutar un nuevo pabellón de entrada lo más acorde posible con el del proyecto aprobado inicialmente y ajustado a la línea histórica del palacete. Las obras se completan con una actuación en la zona de entrada y en el jardín adyacente, además de la pavimentación de la banda de circulación entre la entrada y el edificio anexo a la Qubba y de la plaza anterior. En esta última parte se ha descubierto el techo de la segunda planta para permitir que la puerta de acceso a la torre sea visible desde que se accede al edifico del siglo XIX.

En los jardines se contempla una actuación más superficial de adecentamiento y reparación de paseos y muretes, la reposición de especies vegetales y la reparación de la fuentes para recuperar su funcionamiento. Todo esto, que se inició el pasado 2 de julio y que cuenta con un presupuesto de 580.000 euros, permitirá al fin la apertura del recinto a los visitantes dentro de cuatro meses, según las previsiones del proyecto. La actuación de esta segunda fase se desarrolla sobre 1.441 metros cuadrados de los 3.869 metros cuadrados de la superficie total del conjunto monumental.

Condiciones de Cultura

El consenso entre las distintas administraciones Junta de Andalucía y Ayuntamiento de Granada, llegó tras varios años de diferencias de criterio y lo hizo con una condición impuesta por la Comisión Provincial del Patrimonio para proteger los restos arqueológicos. La ejecución del Mirador de Aixa, según una resolución del delegado provincial de Cultura de la Junta dictada el 23 de diciembre de 2011, quedaba excluida de la nueva propuesta de actuación «por razones derivadas de su complejidad en cuanto a los apoyos sobre estructuras de la muralla».

Otra resolución de este mismo año, del pasado 12 de marzo, incluyó además una condición más, que era el compromiso de presentar, como parte irrenunciable, un proyecto alternativo al edificio del propio Mirador de Aixa en el proyecto original, por no entender que este último fuese adecuado a su función de protección y revalorización de los restos arqueológicos.

Entonces se redactó un anteproyecto con la finalidad de integrarlo en los dos fases aprobadas para completar un documento definitivo del conjunto de la intervención que contemple tanto la puesta en uso del recinto de jardines, la Qubba y el edificio anexo, como la protección del hallazgo arqueológico. El objetivo es que se permita la continuidad de los trabajos arqueológicos que en el futuro se vayan a acometer junto a la tapia de los Dominicos.

La rehabilitación del Cuarto Real suma una inversión total 6,4 millones de euros, de los cuales 4,1 millones los ha aportado el Ayuntamiento, 1,6 millones la Junta y 600.000 euros el Ministerio de Fomento.

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