Condenan a devolver a una empresa de Granada 241.000 euros invertidos en preferentes
La sentencia, que no es firme, establece que el banco informó al cliente de manera defectuosa y omitió que podía perder todo el capital invertido
Manuel Pedreira
Martes, 1 de julio 2014, 00:56
El fenómeno de las preferentes no solo le ha quitado el sueño a los jubilados, a esas miles de personas mayores que sin conocimientos financieros ... invirtieron los ahorros de toda una vida en una operación ruinosa que les ha robado la salud, además de la cartera.
Las empresas también han sido víctimas propicias para unas prácticas de las entidades financieras que ahora se encuentran en pleno proceso de revisión por los jueces, que en la inmensa mayoría de los casos destapan suficientes irregularidades para declararlas nulas.
Así ha pasado con una empresa granadina, que acaba de obtener un pronunciamiento favorable de la justicia en su lucha por demostrar que hace cinco años picó el anzuelo de las preferentes sin saber que corría el riesgo de perderlo todo. Y no es poca cosa. Bankia deberá devolverle 241.944 euros. Así lo establece una sentencia del Juzgado de Primera Instancia número 7 de Granada, a la que ha tenido acceso IDEAL.
El magistrado señala que fue el director de la entidad financiera quien ofreció el producto a los representantes de la empresa (que prefiere permanecer en el anonimato) con la que mantenía relaciones desde varios años atrás, y a sabiendas de que tenían liquidez en ese momento. El 24 de junio de 2009 se firmó un contrato por el que la empresa adquirió 3.000 títulos de participaciones preferentes (300.000 euros).
La sentencia indica que se le entregaron a los representantes de la empresa folletos comerciales en los que se garantizaba que era una inversión segura 100 %, con un 8% de intereses que tan solo no se percibirían si el banco no obtenía beneficios, pero con el nominal asegurado. Igualmente, se podía cancelar la operación en un plazo de 5 años pero en ningún momento se advirtió a la empresa del riesgo de perder el dinero invertido.
El propio director de la sucursal reconoció durante el juicio que ni en las conversaciones previas ni después al formalizar el contrato, informó a los representantes de la empresa de que podían llegar a perder la totalidad de la inversión realizada.
«Las bondades del producto que contrataron se desarrollaron durante los dos años siguientes (...) sin embargo, cuando en 2012 pretendieron vencer anticipadamente un préstamo con cargo a las preferentes, el banco les dijo que no era posible», reza la sentencia. Al no entender justificada tal oposición, pues se les informó que las participaciones estaban garantizadas al 100%, se solicitaron explicaciones al director de la sucursal, quien les indicó que «desde arriba me garantizaban que las preferentes daban el 8% y jamás se perdía lo invertido y eso es lo que yo trasladé, seguro de que era así».
Test de idoneidad
El magistrado indica que no se cumplió con la normativa establecida para este tipo de operaciones, que exige, antes de la firma del contrato, realizar un previo test de idoneidad si la operación fue ofrecida por el banco, y no solicitada expresamente por el cliente. En este caso sí se realizó el llamado test de conveniencia, previsto solo si es el cliente, a iniciativa propia, el que solicita invertir en el producto prácticamente un mero trámite cuyas preguntas incluso dan origen a confusión a los clientes, al inducirlos a pensar que están realizando una operación de renta fija.
El abogado de la empresa, Gabriel Rubio Prats, subrayó a IDEAL que en este tipo de operaciones de riesgo «da igual que el cliente sea una persona sin formación, un licenciado universitario o una empresa. Hay que cumplir escrupulosamente con la normativa vigente, verificando el perfil inversor del cliente y acreditando que comprende exactamente el alcance de su inversión y los riesgos que puede tener».
El letrado añade que en el sistema financiero español, las entidades bancarias «son absolutamente necesarias para el funcionamiento de la economía y aunque la crisis ha puesto en el disparadero a los bancos, no todos actúan del mismo modo».
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