Rosendo I del Zaidín
Los habituales del festival zaidinero sugieren que se han batido todos los récords históricos
JUAN JESÚS GARCÍA
Lunes, 9 de septiembre 2013, 03:07
Los habituales del festival zaidinero sugieren que se han batido todos los récords históricos. Más de. cuesta calcular cuántos miles de personas acudieron sabiendo que ... un recinto para 20.000 espectadores estaba como el autobús a hora punta, y que otros tantos permanecían en la puerta de acceso. Y todo por ver aunque sea de lejos (los hubo a primerísima hora para coger sitio) de 'Maese' Rosendo el guitarrista', el auténtico rey del Zaidín.
Pero mucho antes habían comenzado grupos como Charlotte y Zio, los unos juventud eclosionada en colorista versión pop, y los otros mucho más veteranos (son Blue Ryders, Anacrusa, Sniper Alley.) y virtuosos con una elaboradísima propuesta de rock atemporal, muy articulado y sin etiquetas. Sí hubo público suficiente como para apreciar y agradecer el trabajo de los ponentes, y ya a ZIO les pidieron repetir, aunque en un festival de este tamaño los tiempos son inamovibles. También se lo pidieron a Mariscal Chang, quien con Eugenio 'Piki' Cabello al frente son una reconversión de Tributo a Cero; efectivamente, el grupo homenaje a 091. Con este currículo quedan claras sus querencias, palpables en fondo y forma, aunque en floreada versión más pop, más Brincos del 'A mi con esas'.
El festival del Zaidín tiene algo de cita total, de reencuentro con amigos y compañeros tras el verano. Buen rollo. Abundan los abrazos y la confidencias, las sonrisas y los bailes desinhibidos, y si quien marca el ritmo son Boikot, la llamada toca a rebato y revolución. Veteranos de mil guerras en estos 25 años, los madrileños son de los últimos supervivientes de la era del rock 'radikal': la misma música, las mismas camisetas (¡Llevaba una de su concierto en Granada hace mil años!), claro que puede que sean los últimos o los primeros de una necesaria nueva camada amamantada con la barbaridad vital que estamos sufriendo. «La policía local pega siempre a los mismos», se leía en una pancarta, mientras que el coro «al bote, al bote, Rajoy el que no bote», fue compartido mayoritariamente, vamos 'trending topic'. El cuarteto suena como un martillo pilón, con una densidad pétrea, y además se lo trabajaron: casi dos docenas de canciones donde no faltaron 'Sexo, drogas y rock and roll', 'Lágrimas de rabia', 'Stop censura', y sus habituales adaptaciones como la de 'Inés' (¡La infantil 'Tres hojitas madre'!) la partisana 'Bella Ciao' y el 'Hasta siempre Comandante' de Carlos Puebla. Ahí, ahí, con el volumen al máximo y la lengua bien afeitada.
Aunque en la entrevista en IDEAL Rosendo Mercado se ponía de perfil a la hora de responder si «nadie escapa a la evolución», como cantaba de mozo, él es un ejemplo de que el darwinismo a veces no se cumple. A estas alturas Rosendo es Rosendo, para bien y para mal. Se sabe todo de él, y él no tiene interés en añadir ningún capítulo nuevo. Su concierto es majestuoso y sin altibajos, como un trasatlántico a velocidad de crucero, imperturbable, sin prisa y sin pausa. Fiel al trío (Rafa J. Vegas al bajo y Mariano Montero) como a su Stratocaster, los vaqueros, la zapatillas de lona y los escenarios diáfanos, coge una velocidad trotona y termina el concierto con ella.
Van cayendo los temas, todos trufados de punteos y estribillos «a los que cuesta llegar», como confesó. También avanzó algo de 'Vergüenza torera', su enésimo 'mismo' disco. Canciones de letras imprevisibles en las que hace juegos de palabras pasándoselas de mano en mano, forzando significados y logrando frases imposibles, a veces tan ciertas como 'Veo, veo mamoneo'. Da igual casi el repertorio, que en su caso es amplio e intercambiable , y siempre va a terminar con 'Maneras de vivir', resumiendo su estrategia de la tortuga, blindada, lenta ¡y superviviente! Toda una filosofía de vida, majete: 'Zen rock'. Tras el reverencial concierto del madrileño, éste derivó por otros caminos con la presencia de la pareja de dejotas Les Castizos y su 'bulla & bass'.
El presidente de la AAVV organizadora, pidió un compartido 'minuto de aplausos' en recuerdo de Isidro Olgoso, que probablemente dé su nombre a este festival a partir de la próxima edición. Por derecho.
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