Chicote no entra al trapo en medio de la polémica

Chicote a estas alturas cuenta en igual número con defensores que detractores. Y es que mejor que hablen de uno aunque sea mal. El cocinero no ha entrado al trapo ni alimentado la controversia. Lejos de responder a las acusaciones lanzadas contra él, por el contrario, ha preferido mostrarse conciliador y hacer oídos sordos a las críticas, un gesto que muchos ven elegante por su parte.

Entre los establecimientos por los que el paso de Chicote y su examen en los fogones no tuvo buenos resultados se encuentran la Reina del Arenal y Opila, en Bilbao, última entrega emitida por La Sexta el pasado jueves entre anuncios de demandas contra la productora del mismo y acusaciones de homofobia contra el cocinero. 

Chicote, que ha evitado pronunciarse sobre toda esta historia, se ha limitado a señalar que "me siento feliz" cuando un usuario, en Twitter, le ha indicado que ambos restaurantes están funcionando bien. "Mucha suerte a Alex y Armand", ha escrito, en referencia a los dos propietarios que son los promotores de la campaña contra el programa y el cocinero. 

Pero también el mediático cocinero se ha ganado verdaderos adeptos, fieles seguidores a su programa que cada vez gana más audiencia. Entre los que defienden los métodos de Chicote uno de ellos está en Madrid, en el ensanche de Vallecas. Desde El gusto es nuestro se reconocía que desde el paso de Chicote por el local éste iba viento en popa.

Es cuestión de gustos, como en la cocina, y el chef ha cocinado en su reality platos muy diversos. Como ocurrió en el madrileño El Castro de Lugo, que ha cerrado sus puertas. Lo mismo sucedió con El Nuevo Da Vinci, en Moreira (Alicante), cuyo propietario acusó también al chef de haberle llevado al cierre. Sin embargo, el hijo del dueño ha quitado responsabilidad a Chicote. Elijan ustedes mismos, ¿pondrían sus cocinas en manos del polémico chef televisivo?

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