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El fetichismo, una práctica "prohibida"
sexología

El fetichismo, una práctica "prohibida"

Definido como una desviación sexual, algunos expertos lo consideran como una forma más de divertirse en las relaciones sexuales

ROCÍO R. GAVIRA (@RocioRGavira)

Domingo, 2 de diciembre 2012, 02:30

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¿Qué se considera normal en el sexo? Cada uno tiene una fantasía sexual, predilección en cuanto a prácticas eróticas como la sumisión o el morbo de hacerlo en un lugar público, que una noche mande él y la siguiente ella, innovar con nuevas posturas y juguetes sexuales mientras que otros no salen de la casilla del misionero. La sexóloga Sylvia de Béjar dice en su libro 'Tu sexo es tuyo' que en el sexo lo normal es lo que cada uno establezca como tal, siempre y cuando exista el respeto a uno mismo y con quienes se juegue en la relación sexual.

En esta línea la sexóloga granadina Ana López Talavera discrepa con la valoración que en psicología se hace del fetichismo. Según la definición de la Real Academia Española se trata de una desviación sexual que consiste en fijar alguna parte del cuerpo humano o alguna prenda relacionada con él como objeto de la excitación y el deseo. "¿Quién no ha olido nunca la prenda de un amante que aún conserva el olor?", señala López Talavera. Tal y como se ha mencionado, las personas tienen diferentes gustos sexuales. A algunos les resultan eróticas las manos, las vestimentas de cuero o tacones, hacer el amor con las luces apagadas, o encendidas. Ejemplos de fetiches son "particularidades físicas como cicatrices, el tipo de pelo, momentos vitales como el embarazo, o bien, condiciones físicas como la obesidad" explica la sexóloga que considera que el fetichismo se trata de diferentes cosas, objetos, actos, fantasías a los que "recurrir para alimentar, enriquecer y jugar en las prácticas sexuales. Porque lo más importante en una relación sexual es utilizar la imaginación para pasárselo bien.

López Talavera encuadra dentro del fetichismo los uniformes, el tabaco y el dinero, ejemplos de la atracción que provocan los elementos exteriores al propio cuerpo humano y al acto sexual. "Puede que nos excite que nos manden, nos den órdenes, pero ojo, no debemos olvidar que son juegos sexuales, y eso no tiene nada que ver con cómo seamos en nuestra vida cotidiana", recalca la sexóloga que lanza una pregunta. Si se hace caso a la definición referida, "¿quién no es entonces fetichista?". En términos generales, sin ceñirse al sexual, fetichista es aquella persona que venera, idolatra algún ídolo u objeto de culto. "Aquí entraría cualquier persona que crea en una religión, cualquier adolescente pillado de su cantante, cualquier enamorado que guarda en una caja cartas, entradas de cine, fotos" que le recuerdan a la persona amada. "¿Significa eso que somos unos desviados o que estamos enfermos? Espero que no".

La finalidad de una relación sexual debería ser la misma: disfrutar, ya sea a solas o en compañía, haciendo el pino puente o sobre una cama, para gustos los colores. Eso sí "sin miedos, sin coacciones y sin sentimientos de culpabilidad. Respeto, esa es la palabra clave".

Y usted, ¿qué opina?

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