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Ilustración :: Antonio Mesamadero
El hombre al que se refiere el dicho 'Más feo que Picio' era de Alhendín
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El hombre al que se refiere el dicho 'Más feo que Picio' era de Alhendín

El hombre al que el cura le tuvo que dar la extremaunción con una caña era un zapatero de Alhendín y hay quien ha escrito que lo conoció

ANDRÉS CÁRDENAS

Miércoles, 7 de abril 2010, 14:42

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Uno de los dichos más populares en España cuando se quiere comparar a alguien con una persona a la que precisamente no le asiste el don de la belleza es aquel que dice: "Eres más feo que Picio". A lo que inmediatamente se puede apostillar: "Fíjate si era feo que el cura le tuvo que dar la extremaunción con una caña".

Viene Picio a protagonizar un capítulo de esta serie sobre Dichos populares granadinos y sus personajes porque hay quién dice que Picio existió realmente y que era un zapatero de Alhendín que también vivió en Lanjarón y en Granada capital, donde murió con casi 60 años de edad.

Sostiene Umberto Eco en su Historia de la fealdad, que lo bello puede ser admirado, "pero lo feo fascina ya que es la representación de los desconocido, del puente hacia el miedo". Para este pensador italiano, la fealdad necesita ser extrema para resultar interesante, algo lo suficientemente polémico con el canon de la belleza para tener entidad propia. Y Picio tenía esa entidad propia, vaya si la tenía.

Una de las personas que defiende su existencia es José María Sbarbi, que escribió su Gran Diccionario de Refranes. En él se dice que, efectivamente, Picio era un zapatero de Alhendín que durante la época de la invasión francesa, hace ahora 200 años, cometió un delito por el que fue condenado a muerte. Estaba en la capilla rezando cuando recibió la buena nueva de su indulto. Fue tal la impresión que le causó dicha noticia que al poco tiempo se quedó sin pelo y sin cejas ni pestañas. Y con la cara totalmente deformada por unos tumores que le salieron en la cabeza y el rostro. Tal era su fealdad que todo el mundo le huía. Por ese motivo se trasladó a Lanjarón, desde donde también fue expulsado porque se negaba a quitarse el pañuelo que le cubría la calva al entrar en la Iglesia. Fue entonces cuando se retiró a Granada. Ya entrado en años, su fealdad incluso aumentó y se dice que a la hora de morir el cura, asustado, le tuvo que dar la extremaunción con una caña. José María Sbarbi llega a decir en su libro que él había hablado con personas que habían conocido a Picio y que probablemente este era un apodo.

El feo oficial

Desde entonces Picio pasó a la leyenda española como símbolo máximo de la fealdad física. Si los franceses tenían a su Quasimodo, nosotros teníamos a Picio. Este feo de España en general y de Granada en particular es tan famoso que con sólo poner en el Google la expresión Eras más feo que Picio, aparecen nada menos que 6.380 páginas webs en las que se describe su historia.

Fue el escritor de Guadix Pedro Antonio de Alarcón el primero que lo cita en una de sus obras literarias. Al comienzo del capítulo V de su novela El sombrero de tres picos se dice: "El tío Lucas era más feo que Picio". Alarcón publicó esta obra en 1874, por lo que se supone que desde hacía tiempo ya se hablaba de Picio en Granada.

Han sido muchos los escritores e investigadores que han introducido a Picio como extremo de la fealdad en sus obras. El escritor Manuel Bretón de los Herreros escribió: "Soy más feo que Picio/y es mi mayor suplicio/gustar de la hermosura./Si al fin por desventura/acepta alguna bella/mi amor, ¡tal será ella!/Capricornium me fecit, lo preveo/ ¡Ay desgraciado el que nace feo!"

Benito Pérez Galdós, Miguel de Unamuno, los hermanos Quintero, Pío Baroja... Son innumerable los escritores que han metido en sus escritos alguna vez la expresión de Eres más feo que Picio, a pesar de que hay investigadores que aseguran que este personaje es más de ficción que real. En un estudio del abogado granadino Gonzalo Gil del Águila, se dice que parece ser que "Picio es otro nombre del dios al que los romanos llamaron Vulcano y los griegos Hefesto, dios del fuego y la forja, los metales y la metalurgia, hijo cojo y feo de Zeus". Este autor se atreve incluso a decir que posiblemente el nombre de Picio venga de Picena, localidad alpujarreña que se unió a Laroles y Mairena para constituir el municipio de Nevada. "Quizás no sea descabellado pensar que Picena proceda del topónimo latino Piciana y este del nombre Picius".

Existiera o no Picio poco importa porque los españoles ya han hecho feo oficial al que fuera el zapatero de Alhendín hace 200 años.

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