Descubren el cráneo de un toro de un millón de años, el más antiguo del mundo
Los restos fueron hallados en una región de África en la que hace algunos años se encontraron fósiles de los primeros homínidos
GUILLERMO PEDROSA
Viernes, 11 de diciembre 2009, 04:57
Hace un par de años el paleontólogo Bienvenido Martínez-Navarro escribió un artículo científico en el que explicaba que el 'Pelorovis', un mamífero con ... cuernos que vivió durante el Pleistoceno, era el antepasado del toro. Se trataba de un razonamiento teórico sin pruebas. Pero recientemente y como por arte de magia, el mismo investigador ha hallado los restos del cráneo del toro más antiguo del mundo, una nueva especie y un eslabón perdido que ha venido a demostrar que su hipótesis era cierta.
El descubrimiento de estos restos fósiles tuvo lugar hace seis años en África, aunque por aquel entonces consistía en una serie de fragmentos y pedazos de hueso. Desde entonces los expertos se han dedicado en cuerpo y alma a extraer y limpiar cada una de las piezas que componen el rompecabezas hasta descubrir, por fin, que se trataba del cráneo de un toro de un millón de años, además de una nueva especie.
El investigador del Instituto de Paleoecología Humana y Evolución Social de Tarragona Bienvenido Martínez-Navarro, que actualmente reside en Granada, es el máximo responsable del hallazgo, y explica que este cráneo les ha permitido describir una nueva especie, la 'Bos buiaensis', en honor al lugar donde fue encontrado, el área de Buia.
Se trata de un nuevo eslabón en la cadena evolutiva de este animal que vendría a estar entre su antepasado, el 'Pelorovis', y el 'Bos taurus primigenius', una raza de toro salvaje que dio lugar tras su domesticación a la mayor parte del ganado vacuno actual.
El experto subraya que el yacimiento en el que fueron encontrado estos fósiles, en Buia (Eritrea) junto al Mar Rojo, es el mismo en el que se descubrió en 1995 un cráneo humano de un millón años.
Ambos hallazgos han servido para confirmar que tanto los homínidos como los toros se originaron en el Este de África hace dos millones y medio de años aproximadamente. «Ahora podemos saber que el hombre ha comido toro siempre y que ambas especies se extendieron juntas por fuera del continente», aclara el paleontólogo.
Así, el cráneo consiste en una pieza espectacular para estudiar el origen de los toros modernos y su relación con los homínidos. Según explica Martínez-Navarro, los cuernos del animal miden cerca de dos metros, están dirigidos hacia fuera y ligeramente apuntados hacia delante y hacia arriba. «Se trata de un cráneo más robusto que el del género 'Pelorovis' y la inserción de la base de los cuernos está muy separada, tal y como sucede con los toros más modernos», añade el investigador.
Estos datos han sido publicados en la revista 'Quaternary International'. El paleontólogo destaca la labor de sus colaboradores de la Universidad de Florencia, que han contribuido tanto en la reconstrucción y restauración del cráneo como en la descripción de la nueva especie, la 'Bos buiaensis'. Viendo la longitud de los cuernos que tenían los primeros toros, el experto bromea sobre la idea de si hubiese habido toreros capaces de ponerse frente a semejante cornamenta.
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