Buena acogida a 'Senderos de la memoria', de Cruz-Guevara
JOSÉ ANTONIO LACÁRCEL
Domingo, 27 de septiembre 2009, 05:32
Motivos tiene Juan Cruz-Guevara para estar contento tras el estreno de su obra 'Senderos de la memoria', encargo de CajaGranada. Y tiene motivos ... porque su creación fue muy bien recibida por el público que, incomprensiblemente, no llenó el teatro Máiquez. Y es lógico que fuera bien recibida y cosechara fuertes ovaciones por tratarse de una obra muy bien escrita, muy bien elaborada, con una fuerza melódica especialmente atractiva y con continuas alternancias melódico-rítmicas, que contribuyen a acrecentar su interés.
Es Cruz-Guevara un compositor con una sólida formación y con una obra llena de interés, en la que destaca, amén de su buena escritura, una recia personalidad alejada de todo tipo de mimetismo, no pendiente de las modas, sino como expresión de un pensamiento musical basado en la solidez de una formación y en la reciedumbre de unas ideas estéticas.
'Senderos de la memoria' es una buena muestra de lo dicho. Con un inicio realmente atractivo, va desarrollando los temas que muestran una alternancia binaria, acentuando el contraste entre la delicadeza y el lirismo de una melodía y la fuerza de un ritmo que tiene un apoyo decisivo en la percusión. Esta doble vertiente, esta doble alternativa, marca la obra y mantiene el interés hasta el final.
Elaboración esmerada, orquestación interesante y una belleza formal que se aleja de experimentos y búsquedas para centrarse en aspectos eternos de la gran música. Estreno de una obra que es exponente de un compositor inteligente, maduro en su creación, seguro en su expresión artística.
Apuntaba antes que me había extrañado que no se llenara el teatro de CajaGranada, ya que el programa resultó especialmente atractivo y, además, los precios fueron más que asequibles. Pero los que asistimos pudimos disfrutar de una interesante versión de la 'Sinfonía de cámara', de Schönberg. En el podio, un músico estrechísimamente vinculado con la OCG, José Luis Estellés, excepcional clarinetista, y por lo que pudimos ver, un buen director que está llamado a cosechar éxitos en esta otra faceta de su carrera artística. Estuvo muy bien el grupo de intérpretes de la OCG, ofreciendo una versión afortunada de la obra de Schönberg.
Para terminar, un Beethoven excelente, el de la 'Cuarta sinfonía'. Estellés cuidó con mimo todos los detalles para poder ofrecer lo mejor de esta bellísima y, a veces preterida, página del genio de Bonn. Sonó bien la orquesta, hubo buena química entre director y elenco y pudimos disfrutar de una versión más que interesante.
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