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El director austríaco se alza con la Palma de Oro de Cannes./ Efe
Haneke: «Yo, en televisión, sólo veo el parte del tiempo»
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Haneke: «Yo, en televisión, sólo veo el parte del tiempo»

El director austríaco se alza con la Palma de Oro en el mejor momento de su carrera cinematográfica

AGENCIAS |

Domingo, 24 de mayo 2009, 23:30

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Al director austríaco Michael Haneke le podrían haber dado la Palma de Oro de Cannes por merecerla desde hace tiempo, pero el jurado se la ha dado hoy por merecerla más que nunca. La razón se llama "La cinta blanca", depuración definitiva de su cine y una hermosa bofetada a la conciencia social. Haneke, aunque ambienta su película en los meses anteriores a la Primera Guerra Mundial, sigue definiéndose como un experto en la representación mediática de la violencia y asegura con ironía que en la televisión sólo ve "el parte del tiempo".

¿Qué tiene la pequeña pantalla para haber detonado la crudeza de filmes como 'Funny Games' (1997) o 'La pianista' (2001)? En una entrevista con un grupo reducido de medios, el director austríaco se explica: "Los medios determinan la relación con la realidad. Antes de la televisión sabíamos muy poco del mundo, pero éramos conscientes de nuestro desconocimiento. Ahora, nuestra conciencia del mundo ha sido creada por los medios y eso es muy peligroso, pues las imágenes manipulan y pervierten, consciente o inconscientemente, la visión de la realidad".

Por ello, para asaltar el festival de Cannes y llevarse su máximo premio, ha trasladado sus dardos contra los males actuales a una comunidad protestante del norte de Alemania durante los meses previos a la Gran Guerra. La realidad de primera mano, en cambio, no es menos escalofriante para Haneke, que buscó con precisión el momento histórico a retratar. "Quería una historia situada en Alemania sobre el fascismo. Y me interesaron mucho esta generación de niños que luego se hizo adulta en el periodo del ascenso de los nazis al poder", afirma. Y así volvió a rodar en alemán, tras su idilio con el cine francés y su experiencia estadounidense filmando un remake de su propia película "Funny Games".

Proceso de documentación

Para acercarse a la Gran Guerra, Haneke se leyó "una estantería entera sobre la educación y la vida en el campo en la época", y allí encontró el título para su película: en un lazo blanco ("Das weisse Band") que colocaban a los niños para recordarles que no pueden desviarse del camino de la pureza. Esa pureza es la que Haneke asume para le estética del filme. Su tono es educado y distante, potenciado con sobriedad formal en blanco y negro. Pero lo que subyace es el desasosiego que contagia esa infancia marcada por la rigidez moral.

Primero son víctimas de ella, pero ¿en qué momento la convertirán en arma para su rol de verdugos? "Los niños no son sólo el futuro, sino también el pasado. Desde que Freud entró en escena, no creo que quede alguien que piense que infancia es sinónimo de inocencia. Y dado que todos fuimos niños alguna vez, tenemos una gran responsabilidad hacia ellos".

El director de "Escondido" (2005) combina en su filmografía una profunda intelectualidad -macerada en estudios universitarios de Filosofía, Psicología y Teatro- con una vocación agitadora de conciencias dirigida al espectador, pues su reacción es el objetivo último de su cine. "La película puede ser vista como un aviso, pero no sé cuán efectivo puede ser. Cualquier estudio sobre la naturaleza humana es interesante, pero considerarlo útil o no es una decisión de Dios". La decisión del jurado, desde luego, ha sido unánime.

La presencia de Dios

Dios, por su parte, está presente en su última película, pero neutralizado por sus portavoces protestantes, que lo traducen en violencia. "La religión es una expresión de nuestros deseos más profundos y nuestro esfuerzo por satisfacerlos. La sangre vertida en el nombre de la religión ha empañado esta idea que considero preciosa", argumenta. Y su violencia, una vez más, llega de manera más eficaz a la platea dejándola fuera de plano. "Siempre he evitado mostrar explícitamente la violencia en mis películas. Me interesa lo que sucede antes y después del acto violento, cómo las relaciones entre personas están cargadas de agresividad", prosigue.

Para "Das weisse Band", con tanta preparación, tanto cuidado y tanta carnaza para sus obsesiones, Haneke llegó a una versión final de tres horas y media e, incapaz de abreviarla, contó con Jean Claude Carrière, guionista de, entre tantos otros, Luis Buñuel, para dar con la pieza perfecta de dos horas y media que se alzó como la mejor película en Cannes. "En Francia siempre gustan más mis películas en alemán y en Austria las que hago en francés", bromea.

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