Un fuerte vendaval destroza 20 invernaderos y alarma a la Costa
Las rachas de lluvia y viento hicieron revivir los fantasmas del tornado de 2001, que arrasó más de mil marjales en Carchuna En apenas una hora la tormenta viajó de Almuñécar a Albuñol
M. NAVARRETE Y L. UBAGO
Viernes, 6 de febrero 2009, 03:01
En Carchuna, que vio cómo en 2001 un tornado arrasaba los más de mil marjales de invernaderos de los que comía todo el pueblo ... y se llevaba volando más de 1.800 millones de pesetas que los agricultores aún están pagando a créditos, ven venir rachas de viento y lluvia más fuertes de lo normal y se echan a temblar. Y eso es justamente lo que pasó en la mañana de ayer, cuando un fuerte vendaval, con viento, lluvia y hasta pedrisco, destrozó una veintena de invernaderos e hizo revivir en Carchuna los fantasmas del tornado. Pero la tormenta, que alcanzó rachas de viento de hasta 106 kilómetros por hora, no sólo alarmó a Carchuna y Calahonda sino que tuvo en vilo a toda la Costa, de este a oeste.
El vendaval se originó poco antes de las nueve de la mañana y en apenas una hora recorrió todo el litoral. El fenómeno que azotó la Costa se denomina, según las primeras investigaciones de un experto en la materia, línea de turbonada. Consiste en varias tormentas que pueden ir acompañadas de vendavales y tornados.
«Son varias tormentas de paso muy rápido. Han ido desplazándose por todo el litoral», señala Pedro Fernández un enamorado de la meteorología, con sede en Salobreña y con una página web (cazatormentas.net) especializada en fenómenos meteorológicos.
Fernández se muestra muy prudente a la hora de catalogar lo que ocurrió ayer en Carchuna. «No se puede decir que sea un tornado si no se tiene foto del rulo, puede que, simplemente, el sistema tormentoso se haya intensificado allí».
No obstante, a los trabajadores que a esa hora se dirigían por la playa de La Chucha, de Carchuna, a los invernaderos nadie les quita que lo que vieron era «un pequeño tornado», 'remolinos' según el argot de la zona. Las estructuras de los invernaderos se doblaron por el viento y los plásticos se desprendieron.
«Ha volado la cúspide, se han retorcido las ventanas... la estructura está bastante dañada pero nada comparable con el otro tornado que se llevó el invernadero volando, literalmente, hasta la carretera nacional», explicaba sobre el terreno una de las agricultoras afectadas.
Como muchos de los agricultores que también se vieron afectados en 2001, todavía está pagando el crédito que solicitó para poder empezar de nuevo. Ahora, el seguro le pagará seis euros por metros cuadrado de plantación, pero no le cubre las estructura porque el invernadero tiene más de diez años. La organización profesional agraria, COAG Granada, hizo un llamamiento a los agricultores afectados para que acudan a sus oficinas a que les ayuden con los partes de los seguros y las declaraciones de daños.
Los seguros
COAG calculó que más de una veintena de invernaderos han sufrido daños considerables al verse dañadas las estructuras «con la pérdida de producción que ello conlleva» y recordó que sólo agricultores que hayan contratado la póliza de cultivos protegidos y tengan incluidos los gastos de estructura podrán cobrar indemnizaciones.
Por otra parte, la organización agraria señaló que la intensa tormenta de pedrisco ha dañado también a las explotaciones de frutales y subtropicales. «Salvando estas incidencias, COAG Granada reconoce que la lluvia de las últimas semanas será muy beneficiosa para los cultivos ya que contribuirá a recuperar los acuíferos subterráneos muy afectados por la sequía de los últimos años», señaló su secretario provincial, Miguel Monferrer. En el caso de la ganadería, «las precipitaciones generarán bastante pasto en la montaña».
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