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Los últimos días de Eluana

Los últimos días de Eluana

AGENCIAS

Jueves, 10 de julio 2008, 12:24

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El Tribunal de Apelación de Milán autorizó ayer a la familia de Eluana Englaro, una mujer italiana de 34 años en coma desde 1992 tras sufrir un accidente automovilístico, a «interrumpir la hidratación y la alimentación forzosa» que la mantienen con vida. Los jueces sostienen que la decisión de interrumpir el tratamiento era «inevitable» una vez comprobada la «extraordinaria duración de su estado vegetativo permanente».

En 1999, el padre de la enferma, Beppino Englaro, inició una larga y dura batalla legal para lograr la suspensión del tratamiento, que considera un «ensañamiento terapéutico». El caso de Eluana Englaro, en estado neuro-vegetativo irreversible desde que sufrió un accidente de tráfico en 1992, recuerda al de la joven estadounidense Terry Schiavo, que falleció después de que un tribunal decidiese que le fuera desconectada la sonda alimenticia que la mantenía viva, tal como pedía su marido.

Desde el día del accidente, Eluana Englaro vive como un vegetal, confinada en una cama del hospital de la ciudad de Lecco, al norte de Milán.

Decisión «inevitable»

En octubre del año pasado la Justicia italiana decidió reabrir el caso. Ocho años después de iniciada su dura batalla legal, el Tribunal Supremo italiano aceptó el recurso del padre de Englaro contra la decisión del Tribunal de Apelación de Milán de mantener la alimentación forzosa a Eluana. Esta misma instancia ha dictaminado ahora la pertinencia de retirar la alimentación a la mujer. Los jueces arguyen que la decisión ha sido «inevitable».

En la sentencia que ordenaba volver a estudiar el caso, el Supremo abría la vía para «desconectar» a Eluana de los equipos médicos que la mantienen con vida al establecer que, para hacerlo, debía probarse «que se trata de un estado vegetativo» y «que Eluana, en el caso de poder elegir, habría preferido no continuar el tratamiento».

El padre, Beppino Englaro, que en 2002 escribió al entonces presidente de la República, Carlo Azeglio Ciampi, y a otras autoridades una emocionante misiva pidiendo «un acto de humana piedad» para poner fin a la «agonía» de su hija, ha repetido durante todos estos años que «desde el 18 de enero de 1992, cuando tuvo el accidente, Eluana no ha existido». «Desconectad las máquinas, dejad morir a mi hija, tened un poco de dignidad», ha pedido en numerosas ocasiones Beppino Englaro a los poderes públicos.

«Ha ganado el Estado de derecho. Seguiré el camino que me han indicado los jueces, pero el asunto debe ser una decisión privada de la familia», dijo ayer Beppino Englaro.

La decisión reabre el debate sobre la eutanasia en todo el país, un debate reavivado tras la muerte de Piergiorgio Welby, un enfermo de distrofia muscular, a quien un médico retiró, a petición suya, el equipo de respiración asistida.

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