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Pistorius corre hacia Pekín

Arbitraje anula el veto de la Federación Internacional de Atletismo al no considerar como ventaja la utilización de prótesis de carbono y da vía libre al atleta sudafricano para los Juegos Olímpicos

J. GÓMEZ PEÑA

Sábado, 17 de mayo 2008, 03:47

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EL Tribunal de Arbitraje del Deporte (TAS) le devolvió ayer sus dos piernas al atleta sudafricano Óscar Pistorius. Le dio pista para competir en los Juegos Olímpicos de Pekín - si logra la marca mínima- al anular el veto de la Federación Internacional de Atletismo. La IAAF había tachado al velocista sin piernas porque, en su opinión, las prótesis de carbono le catapultaban. El organismo llegó a pronunciar una frase malcarada, agria: «Ese mecanismo le da ventaja». Ayer, el TAS lo negó. Pistorius vuelve a dar zancadas. «No soy un inválido; simplemente, no tengo piernas», repite como lema. Le llaman 'Blade Runner'. La película de Ridley Scott se puede ver con los ojos cerrados. Basta escuchar: «¿Por qué nos mira así?», pregunta un replicante, un robot. Respuesta: «Porque ustedes son diferentes. Tan... perfectos». Con Pistorius, el atletismo incorpora escenas de ciencia ficción.

«El recurso que interpuse ante el TAS no es para mí sino para todos los atletas discapacitados, que merecen una oportunidad de competir al máximo nivel», dijo ayer el especialista en 400 metros. Pistorius está habituado a las amputaciones. El veto de la IAAF del pasado verano no ha sido la peor. Ha vivido a golpe de tajo. Del primero ni se acuerda. Era un bebé incompleto: sin tobillos ni peronés. A los trece meses, sus padres tuvieron que elegir: o cortarle las dos piernas o la muerte. Así creció: con ruedas primero y con dos láminas de fibra de carbono después. Muy válido. «Nunca aparco en las plazas para minusválidos. Hay gente que las necesita más que yo». Cierto.

En los Juegos Paralímpicos de Atenas 2004 fue el mejor. Luego batió los récords mundiales de 100, 200 y 400. A grandes trancos se arrimó a las marcas de los otros, de los que competían sin muñones: en 100 metros tiene 10,91 (por 9,74 de Powell), en 200 presenta 21,58 (19,32 de Michael Johnson) y 46,46 en los 400 metros (43,18 de Jeremy Wariner). Es un velocista de clase media. Para estar en Pekín tendrá que rebajar su plusmarca hasta los 45.95. Sin embargo, sí podría acudir ya como miembro del relevo sudafricano de 4x400. «Mi Gobierno, pionero en políticas de igualdad de derechos, debería hacer un boicot a los Juegos si no me dejan ir», había declarado. Pistorius portará dos banderas: la de Sudáfrica y la de todos los discapacitados. Es su victoria. Otra frase de 'Blade Runner': «Es toda una experiencia vivir con miedo; eso es lo que significa ser esclavo». Nada ha podido asustar a Pistorius. No deber ser fácil detener a alguien habituado a avanzar sin piernas.

No será un precedente

Más de los replicantes de 'Blade Runner': «Nuestro lema es: 'Más humanos que los humanos'». Pistorius es un atleta de doble mérito. Para obtener el visto bueno de las autoridades deportivas se metió en un laboratorio alemán. En las manos del profesor Peter Bruggemann. Le dio sus piernas. «Las cogieron y las colocaron en un torno». Pistorius asistía a la tortura científica de sus articulaciones. Como en un taller para robots. «Me sentí extraño. Pasamos por un cuarto en el que había jaulas con ratones para experimentos. Así me vi yo. Parecía un 'cyborg'», relató.

Ahora, el TAS considera que la IAAF no ha probado las supuestas ventajas biomecánicas de las prótesis. «Esto afecta sólo a Óscar Pistorius y al uso de las prótesis objeto del presente recurso», sentenció el Tribunal de Arbitraje del Deporte. No quiere que las pistas se llenen de artilugios. La Federación Internacional de Atletismo acató el veredicto de inmediato. Así lo dejó claro su presidente, Lamine Diack: «Óscar será bienvenido. Es un hombre admirable y esperamos asombrarnos con sus éxitos en el futuro». Pekín 2008 o Londres 2012 le aguardan.

En la escena cumbre de 'Blade Runner', el replicante encarnado por Rutger Hauer se apaga así: «Yo he visto cosas que vosotros no creeríais. Atacar naves en llamas más allá de Orión. He visto Rayos-C brillar en la oscuridad cerca de la Puerta de Tannhäuser. Todos esos momentos se perderán en el tiempo como lágrimas en la lluvia. Es hora de morir». Monólogo de culto. Un final. A la carrera deportiva de Pistorius, la IAAF le había escrito su propio 'the end'. Iba a ser una anécdota más, una lágrima en la lluvia. Ya no. No es un inválido. Estará en los Juegos sin sus dos piernas.

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