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La fiesta de las ciencias
Miles de granadinos participaron este viernes en los actos con motivo de la Noche de los Investigadores
Pablo Rodríguez
Granada
Sábado, 30 de septiembre 2017, 01:31
Casetas llenas a rebosar, colas para visitar la carpa planetaria, científicos aguardados con ilusión como si fueran estrellas de fútbol. ¿Lo imaginan? Era Granada ayer, ... más capital de la investigación que nunca, en una auténtica fiesta de las ciencias que un año más volvió a congregar multitudes en las calles de la ciudad.
Granada se reencontró con unos científicos que, en silencio, a veces entre trabas burocráticas y recortes, siguen dando pasos de gigante para traer el futuro al ahora. Más de 350 investigadores, según las cifras de la organización, y prácticamente la totalidad de los centros investigadores de la provincia se sumaron a la fiesta: la Universidad de Granada (UGR), el Instituto de Astrofísica de Andalucía (IAA), el Parque de las Ciencias, la Estación Experimental del Zaidín (EEZ-CSIC), el Biobanco, el Centro Genyo, la Escuela Andaluza de Salud Pública (EASP)... En total más de una treintena de casetas en las que se pudo escuchar conferencias sobre física, química, biología, astrofísica o medicina, entre otras muchas materias.
El programa se inició por la mañana con la participación de decenas de grupos escolares. Los alumnos de colegios e institutos de la provincia discurrieron por los ‘stands’ del Humilladero. Allí pudieron disfrutar de conferencias sobre los agujeros negros, la evolución de las estrellas o la importancia de una buena alimentación y de divertidos talleres prácticos.
Sócrates y las estrellas
Ya a media tarde, el desembarco fue masivo: familias enteras, estudiantes, personas mayores con perros, científicos con ganas de escuchar a otros colegas... Miles de personas que se acercaron para conocer lo que se investiga en la capital nazarí.
En la caseta del Instituto de Astrofísica, Antxon Alberdi reunía multitudes. El director del centro hablaba sobre las características de los agujeros negros. El público intervenía con cuestiones y el experto respondía, de tú a tú, todo cercanía, como un Sócrates de las estrellas. «Actividades como esta son fundamentales», decía tras terminar la conferencia. «Granada siempre ha sido conocida como capital de la cultura, pero también tiene que sentirse orgullosa de sus científicos porque hacen muy buenas investigaciones y actividades como esta son fundamentales para darlas a conocer».
Granada siempre ha sido conocida como capital de la cultura, pero también tiene que sentirse orgullosa de sus científicos porque hacen muy buenas investigaciones
Antxon AlberdI
Un poco más allá, eran muchos los que trabajaban codo con codo con los investigadores de la Estación Experimental del Zaidín. Una treintena de científicos mostraban ejemplos de los proyectos que allí se desarrollan: trabajos sobre alimentación para los animales, dietas para mejorar la producción y programas de nutrición humana, entre otros. «Se ve mucho interés», aseguraba Manuel Espinosa, subdirector del centro. «Es la cuarta vez que estamos aquí y se ve que la gente tiene mucha curiosidad... Lo interesante es que se den cuenta de la importancia que tiene la investigación, que sepan lo que hacemos, por qué lo hacemos y los beneficios que genera», aseguraba.
El bullicio en la caseta de la Escuela de Salud Pública era de órdago también. Allí, casi una decena de investigadores explicaban a los más pequeños la importancia de una buena alimentación. «Estamos haciendo un taller de cocina saludable para generar hábitos de vida saludable», decía María Ángeles Prieto. La experta guiaba a los niños paso a paso para montar zumos de manzana y naranja y deliciosos gofres de espinacas. Un juego, sí, pero también una manera magnífica de aprender a comer bien. «Ellos son los que cocinan, juegan con los alimentos y aprenden haciendo, que es la filosofía de la escuela de pacientes», confirmaba Prieto. A su lado, dos niños levantaban una jarra de líquido naranja. «¡Mirad, qué color tan bonito tienen!», gritaban.
Y así pasó la tarde. Multitudes en las diez, sí, diez casetas que montó la Universidad de Granada, gestos de alegría entre los investigadores de Genyo y larguísimas colas para entrar en la caseta del Parque de las Ciencias. No se puede imaginar mejor caldo de cultivo para los científicos del mañana ni mayor logro de la investigación. Granada es capital de la Ciencia y lo que se vio ayer en el Paseo del Humilladero vale más que cualquier título.
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