«He sentido angustia y pánico escénico al pinchar»
Marta Fierro EME DJ ·
Es una de las pioneras del sector, que le ha dado muchas alegrías, pero también disgustosGallega del 82, Marta Fierro pinchaba música en 2006 en un local de su tierra cuando llegaron «las personas adecuadas»: «Se acercaron y me dijeron ' ... pásate por nuestra oficina que queremos contratarte». Y empecé a pinchar todos los fines de semana con un caché bastante bueno. Fue un momentazo total». El bautismo de EME DJ fue en el Festival de Benicassim: «Flipé, era el templo al que algún día podría ir y de repente ya estaba allí».
Tras la primera camada de los 90, Fierro es una de las pioneras, y hoy, con 42 años, anda cerca de completar dos décadas en la cabina como una de las DJ más solicitadas en la escena española. Aun así, no todo ha sido tan idílico, pues el pánico escénico y la ansiedad le han obligado a hacer parones en su actividad, y su preocupación por la salud mental le llevó a crear la plataforma 'Depresión en la cabina', donde es posible compartir experiencias y ser tratado por un equipo de profesionales voluntarios.
– ¿Ha cambiado mucho la profesión en todo este tiempo?
– Se ha democratizado con la tecnología, puedes aprender en tu habitación con un equipo. Pero no creo que haya mejorado, es mucho más fácil considerarte DJ que serlo. Hay mucha gente que se dice DJ porque le pagan por ello, pero no tiene preparación musical ni cultura de DJ, se ha comprado una controladora con la que pincha. Hay muchísimos DJ, una competencia horrible, y las discotecas y pubs se aprovechan porque ya no tienen equipo como antes, hasta tenían discos, y ahora buscan solo una persona que ponga todo.
– Desde 2023 se les considera artistas por ley, con lo que conlleva de derechos laborales...
– Pero los locales no se hacen responsables de eso. Voy a pinchar mucho a un sitio en Galicia que lleva bandas como Vetusta Morla, Iván Ferreiro... Pues les hacen la pelota que flipas, y a mí, que he trabajado un montón para ellos y que podría estar al mismo nivel que los músicos, ni me ponen para dormir, ni transporte, ni nada, no nos ven como artistas.
– En su web, otra DJ dejó testimonio de cómo las «redes de amistad masculinas» ejercen de muro de contención para las mujeres, y habla de «apenas unas 10 DJ programadas en todo un año frente a unos 200 hombres».
– Yo tengo que hablar desde el privilegio, nunca me he sentido un bicho raro. A lo largo de mi vida me he encontrado muchos más chicos DJ y no he tenido problema, pero sí hay machismo. Después de mí vinieron muchísimas chicas pero sigue siendo más difícil para una tía porque tienes que demostrar el doble. Y también hay chicas que son muy guapas pero no saben pinchar y que sin embargo tienen mucho trabajo, ¿sabes?
– Por las redes llegan 'reels' de eventos de música electrónica con DJ mujer siempre joven, atractiva y sexualizada.
– A mí nunca me han contratado por mi imagen. Pero en la cultura en la qu e estamos mucha gente mucho más joven que yo se pone botox. Hay mucho edadismo, ya no me contratan en ciertos sitios no porque crean que no puedo satisfacer a un público más joven sino porque no llamo tanto la atención. La imagen es muy potente. A lo mejor lo piden o a lo mejor son las propias chicas las que lo hacen porque están más cómodas. No me meto.
– Es usted una DJ 'open format', que mezcla géneros.
– Al ser ecléctica puedo jugar en todos los palos. Una sesión de un solo género, si es de una hora la aguanto, pero si es larga me puede llegar a aburrir.
Incapacitada
–¿Se pone nerviosa antes?
– Mucho. No siempre, pero sí. Me ha pasado toda la vida y en algunos momentos me ha incapacitado, por la ansiedad.
– ¿Algún momento terrible?
– Iba a pinchar en una sala de Bilbao. Estaba en un camerino con mi mánager, quedaban 5 o 10 minutos para que saliera, preparándome para bajar el nivel de ansiedad. Y de repente, entran diez personas que no conocía y empiezan a drogarse, a hacerse rayas... Pues que invadieran así mi espacio me violentó, estaba muy vulnerable y me puse fatal, a vomitar, me incapacitó de tal forma que no pude hacerlo.
– Y creó la plataforma 'Depresión en la cabina', «un lugar muy solitario en el que te enfrentas a tus propios demonios», dice.
– Ya llevaba años con el tema de la salud mental, había escrito sobre mis ataques de ansiedad y de pánico en redes sociales. Daba charlas en colegios e institutos sobre mi trabajo de DJ, y metía el tema de la salud mental. Y entonces le puse nombre y busqué gente preparada para ayudar voluntariamente y gratis. Es un apoyo, funciona y ayuda, porque en la comunidad DJ no hay nada igual, pero sí mucha mentalidad de ganador, de tiburón, individualista y capitalista. Porque entre los grupos de música hay colegueo, pero aquí estás tú sola, hay muchísima guerra de egos.
– Le llaman quejica, llorona.
– Tengo ese sambenito. Empecé a contar lo de los ataques de ansiedad y que tuve que dejarlo por temporadas y la gente me decía '¡dedícate a otra cosa, vete a trabajar de cajera!'.
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