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Tutivillus, cargado con sus pergaminos, en una estampa alemana del siglo XVII.
¿Sabías que...?

Si hay alguna errata en este texto, es culpa de Tutivillus

Este diablo de nombre cambiante empezó su carrera documentando los errores de los monjes durante el canto y la oración y ha acabado como 'demonio patrón' de escribas y calígrafos

Domingo, 6 de junio 2021, 00:01

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Es probable que en este texto acabe colándose alguna errata. Ocurre muchas veces: uno lee y relee, comprueba y recomprueba, pero solo atina a ver ... el error cuando la pieza ya está publicada y la metedura de pata se ha vuelto irreparable. Y no hablemos ya de los mensajes de móvil o de los tuits, tan breves que uno no logra entender cómo pueden ser tan propensos al desliz. Pero mejor no nos agobiemos más de la cuenta, porque quizá la culpa no sea nuestra y, simplemente, ande por ahí cerca Tutivillus haciendo de las suyas. Sí, sí, Tutivillus, un demonio citado por primera vez en el siglo XIII que preocupaba mucho a los amanuenses de los monasterios pero que, con el paso del tiempo, se acabó convirtiendo en una especie de bendición para ellos, ya que la intervención maléfica de un diablillo siempre podía servir de excusa para quien había cometido algún error. «Otras artes tienen sus santos patronos, pero solo los calígrafos pueden presumir de tener un demonio patrón», planteó el escritor e ilustrador estadounidense Marc Drogin en su estudio histórico de la caligrafía medieval.

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