Sin ilusión pero con esperanza

Total, que cada cual tira para lo suyo sin pensar que, en este momento, la posibilidad real de que no se juegue un partido más es más que factible. Y ahí entran los lamentos de los que parecían tranquilos. El Girona, que pareció dejarse llevar en la última jornada sin pelear por el tercer puesto, y la UD Almería, que literalmente dejó de competir para pasar lo que entendían como un trámite. Y así las cosas, el único club que no abre la boca en todo este galimatías es el Real Zaragoza que, con calma tensa, espera que comiencen los playoff con el factor campo a su favor (aunque para ellos sea casi un castigo) o, mejor aún, los casos confirmados y alguno que esté por llegar impida que se retome la competición y obligue a la Liga a tirar por la calle de en medio y dejar los play off para mejor ocasión, subiendo al que ha hecho méritos para ser tercero.

Espero que el diabólico escenario que puede dibujarse no llegue nunca y que los playoff se jueguen de una manera u otra. Porque si no, la cara de 'pardillos' que se van a quedar a todos los que decidieron que lo del Málaga era sólo un rato necesario para acabar la liga y reservarse para las eliminatorias, va a durar años. Y es que, en plena pandemia en la que aún estamos, con medidas drásticas que varían de un día para otro, cualquier detalle debe ser tenido en cuenta y cualquier ventaja aprovechada. Y la UDA no ha peleado por defender las suyas y ahora reza a todos los dioses para que no suceda lo que nos tememos que pueda pasar.

En todo caso, y si finalmente hay justicia divina y los cruces se juegan, con el Elche o con el Fuenlabrada en el asunto, viene un segundo problemón para los almerienses. De todos los equipos que están en el 'fregao', los nuestros parecen los más frágiles. Desde luego son los más jóvenes que es lo mismo que los más inexpertos. Pero rigiéndonos no tanto por el DNI como por lo visto sobre el campo en el último mes y pico, el play off tiene más pinta de calvario que de oportunidad. A base de frustraciones, con la guinda del partido-basura ante el Málaga, la credibilidad parece agotada, la ilusión languidece y sólo la esperanza sigue viva, más que nada por aquello de que es lo último que se pierde.