Entre la tristeza del golpe ante el Rayo y la esperanza del ascenso
Samú Costa, que aclaró que su enfado fue con el cuarto árbitro, considera más importante que el Almería gane al Zaragoza porque «si no lo ganamos, el partido ante el Espanyol no va a tener tanta importancia»
La UD Almería quiere olvidar rápidamente el duro golpe sufrido por la derrota encajada el pasado viernes frente al Rayo y centrarse en el partido ... del domingo, en Zaragoza, con la esperanza de ganar para soñar con el ascenso.
Samú Costa, uno de los jugadores más destacados en la presente temporada en la UDAlmería, habló con contundencia de lo que significó la derrota ante del pasado viernes, pero también de la importancia del partido de La Romareda de cara al futuro. «Es el más importante. El próximo partido lo es. Ahora no estamos pensando en el Espanyol, sólo en el Zaragoza porque si no ganamos al Zaragoza el partido ante el Espanyol no va a tener tanta importancia. Tenemos que ir a Zaragoza como si fuera el último partido, como si jugáramos para ascender», aseguró.
La derrota
Antes no se tapó para hablar del partido frente al Rayo Vallecano y esa derrota ante los de Andoni Iraola. «No fue un juego muy bueno por nuestra parte. No jugamos nuestro mejor fútbol, pero tuvimos mala suerte, con un gol casi en el 90; con el Leganés en el 98. Pero tenemos que trabajar más y controlar lo que podemos hacer. Del resto no podemos hacer nada», explicó. Una derrota dolorosa porque se vio al equipo mejor con diez. «Comenzamos jugando mejor porque con un jugador menos no puedes mantener el balón, tienes que jugar hacia el frente y creo que cuando lo hicimos así, con la entrada de Joao –Carvalho– y Fran –Villalba–, tuvimos más dinámica en el equipo y estábamos muy cerca de marcar. Después, con un lance de suerte del Rayo sufrimos el gol», relató.
La derrota fue un golpe duro y difícil de asimilar. «Estamos un poco tristes por el juego, pero es posible pelear por ascender porque hay 27 puntos en juego y estamos a cinco del Mallorca y siete del Espanyol y creo que tenemos que enfocarnos en nuestro juego. Si los ganamos, después vamos a ver qué pasa. Estamos con esperanza y estamos bien».
Lo que no le dejó buen sabor fue escuchar críticas que le apuntaban hacia un enfado contra el banquillo en su sustitución cuando en realidad, según manifestó, era para el cuarto árbitro. «Estaba hablando con el cuarto árbitro. Estaba enfadado por la tarjeta roja a Ivanildo y cambió el juego y estaba hablando con el cuarto árbitro. No estaba hablando con nadie de entrenadores –como se apuntó en redes sociales– porque tengo que respetar a los entrenadores, al club y a todas las personas que trabajan aquí. Sólo hablando con el cuarto árbitro».
Una equivocación
Y es que el rojiblanco consideró que hubo una equivocación en la segunda amarilla a Ivanildo Fernandes. «Creo que el árbitro no vio la acción y fue el cuarto árbitro el que dio la información, pero no sé. Hablé con el cuarto árbitro porque estaba enfadado y era el que estaba más cerca. No puedo hacer eso, pero no falté el respeto a nadie. Por eso estoy tranquilo».
Esas acusaciones en redes sociales quiso cortarla. «Sí. Me quedé un poco enfadado. Me gusta que me pregunten primero y después pueden explicar lo que quieran en internet, pero primero tienen que hablar con el jugador y saber qué ha pasado. Nadie ha hablado conmigo. Ahora cuento la verdad y en el club todo los saben».
Creer en lo que queda
No quiere hacer cambiar de idea a nadie, pero sí dijo estar segundo de las esperanza en ascender. «Las personas tienen derecho a pensar lo que quieran, pero dentro del club, hablo por mis compañeros y con todos los que forman la entidad, vamos a luchar hasta el último minuto y vamos a ver qué pasa porque el equipo va a dar el máximo dentro del campo y creemos al máximo que vamos a ascender».
Dijo tener ejemplos para pensar en ese esperanzador reto. «El fútbol cambia mucho. El Mallorca está perdiendo muchos puntos y eso ha pasado con nosotros y va a pasar con otros clubes, pero tenemos que enfocarnos en nuestro trabajo, dar el máximo porque hay muchas cosas en juego todavía», concluyó.
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