El 'sexto hombre' de la UD Almería
Arnau Puigmal, un ʽsoldado' a las órdenes de la causa que provoca cambios en el juego cada vez que entra; ya acumula tres asistencias de gol para los indálicos
En todos los equipos que marcan época hay nombres que brillan en la primera línea, pero también hay otros que cambian el curso de los ... partidos desde un segundo plano. En los Chicago Bulls de Michael Jordan –y el 'señor de los anillos' Phill Jackson en el banquillo–, mientras el número 23 destrozaba récords y defensas, había un jugador como Toni Kukoč capaz de romper la dinámica de cualquier encuentro saliendo desde el banquillo. Su creatividad, su versatilidad y su facilidad para desequilibrar lo convirtieron en el perfecto sexto hombre de una dinastía.
Los Lakers de Kobe Bryant y Shaquille O'Neal también encontraron en esa figura del suplente de lujo una pieza fundamental. Robert Horry, sin ser un titular indiscutible, se convirtió en el hombre de los momentos decisivos. Sus triples ganaron partidos de playoffs y su sola presencia en pista obligaba a los rivales a jugar con cuidado. La historia lo recuerda como ʽBig Shot Rob', un especialista en aparecer justo donde el guion del campeonato se decidía.
Recursos que irrumpen
El fútbol, aunque con sus diferencias respecto al baloncesto, también ha ido encontrando en esa figura del jugador que cambia el ritmo del partido un valor incalculable. Los entrenadores saben que no se trata sólo de tener un once potente, sino de contar con recursos que irrumpan cuando las piernas rivales ya pesan y los esquemas tácticos comienzan a resquebrajarse. Ahí se construyen las alternativas, las sorpresas y, muchas veces, los puntos que marcan una temporada.
En la UDAlmería, ese papel empieza a llevar nombre propio y éste no es otro que el de Arnau Puigmal. El catalán, que acumula su quinta temporada como indálico –de ella estuvo medio año en Elche– se ha consolidado como ese futbolista que, aun sin partir siempre desde el once inicial, consigue alterar la dinámica de los encuentros –ha sido titular en uno de los seis partidos jugados–. Sus cifras lo respaldan. En esos partidos disputados esta temporada ya ha repartido tres asistencias, generado once pases clave y completado seis conducciones exitosas que rompen líneas rivales. Además, ha creado dos grandes ocasiones de gol, lo que confirma su capacidad para ser diferencial en los metros decisivos.
Puigmal no sólo brilla en el último tercio del campo, también se muestra como un jugador fiable en la circulación. Con 102 pases en seis encuentros y un 90,3% de precisión, demuestra seguridad en la entrega y criterio en la toma de decisiones. A esto se suma su acierto total en los balones largos (100%) y su capacidad para mantener la posesión bajo presión, con cinco acciones de conservación de balón exitosas en momentos de riesgo. En la radiografía general de su temporada se aprecia con claridad dónde están sus puntos fuertes: su mayor atributo es la creatividad (61), muy por encima de otras facetas como el ataque (53), la técnica (49), la defensa (42) o el apartado táctico (36).
Trabajo de sobra
El propio futbolista lo explicaba tras la última victoria en los micrófonos de UDA Radio. Arnau reconoció que la victoria tardó en llegar, pero que era completamente justa por lo trabajado en las jornadas anteriores. «Sí, yo creo que veníamos trabajando muy bien, yo creo que habíamos hecho trabajo de sobra para llevarnos la victoria y al final ha llegado. Yo creo que lo veníamos mereciendo».
En su análisis del partido habló de la paciencia y de los distintos momentos que atravesó el equipo, valorando la dificultad del Sporting, pero también advirtiendo sobre lo que se debe corregir. «El Sporting es un equipo muy fuerte. Ellos han hecho su trabajo en la primera parte y yo creo que en la segunda hemos salido mejor, obviamente la roja nos ha beneficiado, hemos tenido más juego, pero yo corregiría también los últimos minutos, yo creo que nos hemos tirado demasiado atrás, pero ya lo sabemos para la próxima, intentaremos mejorar y a seguir».
Siempre suma
También se refirió a su papel individual, siempre marcado por la entrega y por la intención de sumar al grupo, sin importar el rol que le toque ejercer sobre el terreno de juego. «Yo, siempre que salgo, sea de titular o de suplente, intento aportar mi juego al equipo. Creo que soy fuerte yendo al espacio y la verdad que se ha dado así, también como te he dicho antes, la roja ha beneficiado, había más espacios», señaló.
Las estadísticas que reflejan su tercera asistencia del curso salieron a la conversación post-partido, aunque él mismo relativizó su importancia frente al colectivo. «Sí, eso son estadísticas y obviamente en lo personal contento, pero sobre todo necesitamos la victoria que lo veníamos mereciendo».
Méritos
Por último, puso en contexto lo que significa este triunfo tras dos derrotas consecutivas que habían dolido al vestuario. «Sí yo creo que veníamos trabajando muy bien, aquí con el Racing pues se dio así un poco el partido con la expulsión, se nos puso en contra y en Valladolid no me gusta entrar en detalles, pero salió así y hasta por fin nos hemos llevado la victoria que creo que lo merecíamos».
Con sus palabras quedaba la sensación de que este triunfo no era sólo un resultado, sino un punto de partida. Arnau mira hacia adelante con la convicción de que el esfuerzo sostenido tarde o temprano abre la puerta a nuevas conquistas. En esa línea, el Almería encuentra en él lo que los Bulls tuvieron en Kukoč y los Lakers en Horry, un jugador distinto, capaz de modificar el pulso de un partido sin necesidad de estar en el ʽquinteto inicial'. Arnau Puigmal se convierte así en la carta guardada que Rubi puede poner sobre la mesa cuando la partida se complica. Y como demostró la NBA, muchas veces son esas piezas, aparentemente secundarias, las que sostienen los grandes triunfos. Y el del sábado frente al Sporting hay que calificarlo como grande. Más allá de las formas, lo que priorizaba era la conquista de los tres puntos en juego y esos se quedaron en casa. Cierto es que ʽbeneficiado' por que los de Asier Garitano se quedaron con un jugador menos por dos acciones que aparecen como sancionables en el reglamento. La primera, casi de un niño, por «desplazar el balón, retrasando la reanudación del juego, cuando le correspondía ejecutar un saque de meta a su equipo» y la segunda, según Pérez Hernández, «por entrar al terreno de juego estando el balón en juego sin mi autorización, tras permanecer fuera del mismo de forma voluntaria».
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