Los Reyes no existen, es la UD Almería
A la UD Almería, que se adelanta 0-2 en 24 minutos, le falla aptitud en defensa y actitud después para frenar a un Girona que se mostró superior
Se puede perder, que antes de jugar era un resultado 'aceptable', pero hacerlo del modo que lo ha hecho la UD Almería en Montilivi no ... tiene calificativo, bueno sí, una mala gestión de lo que pasa en un campo de fútbol. El Almería es un equipo que se 'debilitó' en el mercado de verano por hacer un equipo al que le falta aptitud para algo tan importante como es el trabajo defensivo y sobre eso gira la 'rueda' que, con ese movimiento destapa otras carencias que hablan de actitud, que se pierde por ver inalcanzable la reacción, que convierte al Almería en un equipo endeble en cuanto encaja un gol, por más que la ventaja sea como la del día del Granada o como los dos goles que marcó, en 24 minutos, Leo Baptistao para pellizcarse y pensar que la suerte había cambiado.
Girona FC:
Pablo Gazzaniga; Eric García (Arnau Martínez, m. 79), David López, Blind; Yan Couto (Valery, m. 67), Yangel Herrera, Aleix García, Miguel Hernández; Iván Martín (Pablo Torre, m. 85), Savinho (Portu, m. 79), y Artem Dovbyk (Christian Stuani, m. 67).
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UD Almería:
Fernando Martínez; Alejandro Pozo, César Montes, Kaiky Fernandes, Álex Centelles; Idrissu Baba, Dion Lopy (Gonzalo Melero, m. 67); Sergio Arribas (Largie Ramazani, m. 67), Lucas Robertone (Chumi, m. 46), Adri Embarba (Lázaro Vinicius, m. 79), y Leo Baptistao (Marciano, m. 88).
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Goles: 0-1, m. 2: Leo Baptistao. 0-2, m. 24: Leo Baptistao. 1-2, m. 37: Iván Martín. 2-2, m. 38: Artem Dovbyk. 3-2, m. 43: Artem Dovbyk. 4-2, m. 70: Savinho. 5-2, m. 84: Stuani.
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Árbitro: Ortiz Arias, madrileño, auxiliado en el VAR por el también madrileño Del Cerro Grande. Amonestó a David López (45+3), del Girona FC, y a Lucas Robertone (m. 26), Leo Baptistao (m. 73), de la UD Almería.
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Incicencias: Partido correspondiente a la décima jornada del Campeonato de Liga de Primera División, Liga EA Sports, celebrado en Montilivi.
Pero lo de Granada está en el subconsciente de un equipo consciente de su incapacidad para manejarse con el marcador a favor y, no se diga, cuando las cosas están en contra. En las dos situaciones, hay falta de lectura para encarar lo que traiga el duelo. Ponerse 0-2 y no ganar no es imposible -el Almería lo ha demostrado ya esta temporada-, lo que es imposible es que el bloque compacto se desmorone de tal modo que aparezcan las dudas sea cual sea la ventaja porque lo inesperado pasará, sí o sí. Nadie nace sabio, pero esta UD Almería es tan previsible que, por esa falta de contundencia defensiva, el rival sabe leer y tirar de paciencia porque el error, tarde o temprano -más bien lo segundo-, llegará para poner las cosas en su sitio como consecuencia de unos errores que convierten al Almería en el 'Rey Mago' de la Liga, que da ocasiones de oro para, sino se endereza, catar de nuevo la plata. Lo de la mirra, en la Biblia, se dice que era una forma de asumir la vulnerabilidad de Jesús, como premonición de que moriría para salvar al ser humano y ahora mismo este Almería está 'muerto'.
Para restregarse los ojos
El Almería comenzó con otra imagen, presionando la salida de balón y provocando la incomodidad en ese estilo del Girona. En el primer minuto ya la encontró Gazzaniga. Hubo saque de banda, mal ejecutado por el equipo de Míchel, el balón le cayó a Lucas Robertone y el 'Amazon Prime' de la UDA lo filtró para Leo Baptistao que conectó el disparo por bajo y, tras dar en Gazzaniga, significó que la UD Almería se adelantara en el marcador. Sin ceder, en el 5, una falta en la frontal del área la ejecutó bien Adri Embarba, cuyo disparo ajustado al palo derecho de la meta gerundense lo despejó Gazzaniga a córner.
El Girona se estiró, empujando al Almería a tener que trabajar en defensa, tal y como se esperaba. Los de Míchel salían con velocidad y buen control de balón para acercar el peligro a la meta de Fernando. Así, en el 8, Iván Martín vio portería, pero lo hizo en fuera de juego y el tanto no subió al marcador. Tampoco, la acción tras la salida de un saque de esquina que remató David López fuera por poco, con el cuadro local empujando gracias a las acciones a balón parado.
Dueño del balón, obligó al Almería a trabajar en defensa y mucho, con alguna que otra desconexión rojiblanca. Un balón de Yangel Herrera, en el 22, acabó con un disparo cruzado que Fernando Martínez rozó con la punta de los dedos para que se fuera a saque de esquina. No hubo problemas en esa acción, pero el balón se lo quedó el equipo gerundense. Una mala decisión de Yangel Herrera, en la línea de medios de la UD Almería, dio pie al segundo gol. Adri Embarba, atento a la acción, corrió con el balón como si no hubiera un mañana, entró al área, acompañado por Leo Baptistao por la derecha. El madrileño cruzó para hacer el segundo, pero Gazzaniga puso manos blandas para despejar el balón, que le cayó al hispano-brasileño que la empujó para poner el 0-2.
La versión mala
Pero esta UD Almería es capaz de todo e incapaz de tener solidez defensiva. En el 37, el 'castillo de naipes' se desmoronó con una bonacada de viento. Fue tras la recuperación de Blind, puede que en falta con Leo Baptistao, el balón le cayó a Aleix García que vio a Iván Martín solo en las cercanías del área rojiblanca, con Álex Centelles adelantado a su posición, y el balón lo aprovechó, estando escorado, para cruzar y poner el 1-2 y empezar, sin verse, a un equipo dando vueltas al pensamiento, porque volvió a defender mal tras el saque de centro y Artem Dovbyk, valiéndose de la colaboración de Blind y del trabajo defensivo rojiblanco, recibió el balón entre rivales y puso las tablas.
El Almería se desmoronó en seguida. No tuvo capacidad de reacción, volvió a ser previsible, con un rendimiento imprevisible, tras el esfuerzo de los primeros 35 minutos. Lo cierto es que el Girona había hecho méritos para tener el marcador a favor por dominio y control, pero sin acierto cara al marco contrario. En el 43, volvió a aparecer de nuevo Artem Dovbyk para, tras deshacerse de la blanda actuación de César Montes y Kaiky Fernandes, poner el gol de la remontada.
Sin intensidad, pero...
La segunda parte decreció en cuanto a intensidad, porque así lo mandó el Girona, que dio sensación de manejar el partido y de estar capacitado para marcar a las primeras de cambio, porque el Almería se 'descosía' en defensa con la incertidumbre del manejo del balón cuando lo recuperó. Además, no tuvo facilidad para crear ocasiones en ataque, como sí lo hizo el cuadro de Míchel, que pudo marcar en el 57, con un disparo de Yan Couto que atajó Fernando.
Llegó el momento de mover de nuevo el banquillo, el Girona metió a Stuani y Valery para hacer que su equipo no se acomodara, Gaizka Garitano puso a Ramazani y Gonzalo Melero por si sonaba la flauta. Pero esta UD Almería es un equipo al que le falta actitud y aptitud en el trabajo defensivo, que se va del partido con el marcador en contra, como consecuencia de la incapacidad para defender, no por un error puntual, sino por no saber cómo desbaratar las intentonas del rival. Así, el gol estaba a punto de llegar y lo hizo en otra imprecisión coral porque el balón de Aleix García, en el 71, puso a Savinho con ventaja ante Centelles y marcó, del mismo modo que lo hizo Leo Baptistao en el primero, buscando hueco por el palo de Fernando Martínez, que tal vez pudo hacer más.
Ritmo e incapacidad
También el Girona pudo hacer menos, pero no bajó la intensidad. Precisamente, Stuani fue contundente en una nueva acción en la que, defensivamente, se estuvo mal porque el balón en largo para Arnau Martínez, por la derecha, acabó con un centro al área en el que el uruguayo el ganó la posición a César Montes para firmar el quinto y darme mecha a la fiesta de la grada de un Montilivi maldito. Dos temporadas seguidas y dos goleadas, al menos este año con un gol menos que el pasado, pero también con más dolo que entonces.
Lo sucedido en este partido no tiene explicación, o sí, como se dice al principio. Aptitud, actitud, incapacidad defensiva, falta de lectura y así mil detalles, todos negativos, pese a que el inicio trajo ilusión, como la que se gesta la noche del 5 de enero, esperando a los Reyes. Definitivamente, no existen, es la UD Almería.
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