El respeto se puede pedir, pero es mejor ganárselo

Pero lo que pasó fue algo así como ese 'asomarse al abismo' de todos los partidos, que necesita la UDA para reaccionar. En cuatro partidos anteriores fuera había encajado dos goles, en éste sólo permitió uno y empezó a manejar el partido, no sin 'perder el tiempo' porque el dominio era estéril tal y como quería el Elche. El equipo de Eder Sarabia empezó a empujar y llegar, pero el rojiblanco despertó de tal modo que se hizo dueño del duelo. La presión surtió efecto y Lopy aprovechó un robo de Baba para entablar el partido y coger el pincel para dibujar un duelo diferente, con opciones para haberse adelantado antes de llegar al descanso. Fue después cuando el Almería enseñó la 'escritura de propiedad' para 'echar' al Elche de su campo como si fuese un 'okupa'. Consiguió remontar con el noveno gol de Luis Suárez y Leo Baptistao tuvo opciones para matar el partido bastante antes de llegar al final, que, como no podía ser de otra forma, tuvo una actuación épica que engrandeció el trabajo defensivo. El Elche buscó, con centros laterales y a balón parado, no perder en casa, como no lo había hecho en seis de los siete partidos anteriores. Pero los rojiblancos se encargaron de dejar sin efecto todas esas intentonas para pegar un golpetazo fuerte en la mesa. El playoff está a la vuelta de la esquina, tras varias jornadas mostrando dudas y con muchos faltando al respeto de un equipo que se lo gana en el Martínez Valero por su propuesta futbolística.

Más de lo mismo porque sin apenas pasar nadas, un error de Sergio Arribas que no sigue la marca provocó la entrada por la izquierda de Yago Santiago, asistente de un José Salinas que se sacó un zapatazo que sorprendió a Fernando Martínez para empezar como casi siempre, con un gol en contra en el que se vieron las carencias del equipo rojiblanco, incapaz de manejar esas subidas. Y menos mal porque, en el 7, Fernando Martínez sí estuvo atento para atajar otra entrada por la izquierda, mal defendida, con disparo de Rodrigo Mendoza que controló el meta rojiblanco.

El Almería se vio superado con 'creces'. Su lentitud provocó que hubiera pérdidas que supo manejar el conjunto de Eder Sarabia. A la contra, el cuadro indálico estuvo cerca del gol en una recuperación de Dion Lopy en el centro del campo que acabó con pase a Leo Baptistao que encaró a Matías Dituro, pero el disparo ajustado lo despejó el meta argentino cuando se habían cumplido 16 minutos.

El conjunto rojiblanco, desdibujado en el campo, era dueño del balón, que no era molestia para el Elche porque lo permitía ante un conjunto almeriense que 'se manejaba' con dominio estéril, con una presión demasiado arriba, lo que provocaba cierto riesgo porque el Elche, cómodo, se 'saltaba' la presión con cierta facilidad. En el 22, Rodrigo Mendoza lo intentó de nuevo con un disparo que se marchó por encima del larguero.

Al equipo rojiblanco le faltó velocidad para sorprender a un Elche bien plantado en el terreno de juego, muy bien puesto en defensa, sin dejar espacios y tampoco es que el balón le llegara a los medias puntas indálicos muy controlados por el sistema defensivo implantado por los de Eder Sarabia. Sin embargo, ese presión tras pérdida del Almería, de la que habló Rubi en la previa, terminó dando rédito. Fue una recuperación de Iddrisu Baba en zona de medios del equipo ilicitano, con balón del ghanés hacia Luis Suárez que se la devolvió al Dion Lopy que, tras preparar el disparo, lo alojó con la derecha en el fondo de las mallas de Matías Dituro, tras 36 minutos disputados.

Que el Almería tiene gol es un hecho. No necesita mucho para encontrar la portería rival. Bien es cierto que también tiene errores. En el 38, una recuperación de Sergio Arribas, en banda derecha, acabó con balón de éste para Luis Suárez que atacó con Leo Baptistao a su izquierda, con lo que el cafetero le dio el balón para que lanzara su disparo al larguero. En la siguiente acción, en el 40, Suárez le ganó el espacio a los centrales y su disparo, sin ángulo, se fue al lateral de la red, sin más acciones en las áreas en un partido con alternativas en el control, con la 'segunda parte' del equipo rojiblanco.

El paso por vestuarios hizo que surgieran modificaciones porque Sarabia sentó a Mourad para meter a Sory Kaba, mientras que Rubi rompía el doble lateral, dando entrada a Nico Melamed. No fue partícipe en la primera ocasión rojiblanca. Ésta surgió en el 46, en un disparo de Bruno Langa que se fue al palo. La siguiente acción fue para voltear el marcador, en el 53. Nació fruto de la presión indálica con Dion Lopy 'atosigando' a Álvaro Núñez, que había recibido el balón de Agustín Álvarez; el balón le cayó a Luis Suárez, que encaró a Dituro y alojó el balón justo a la izquierda del argentino.

El gol fue un golpe duro a un Elche que hasta protestó el gol sin saber por qué. Aún así, una media salida de Fernando pudo costar caro porque el cabezazo de Agustín Álvarez se fue fuera, como también lo hizo un servicio magistral para Leo Baptistao que se llenó de balón y mandó por encima del larguero cuando casi estaba solo para sentenciar el partido. Hubo entonces cambios en ambos equipos, con la entrada de Raúl Guti y Josán, en el Elche, y Arnau Puigmal en la UDA.

El Almería se mostró seguro de lo que estaba haciendo, logrando y, en el 69, una acción entre Dion Lopy y Nico Melamed acabó con el balón en los pies de Luis Suárez que se encontró con Matías Dituro, que evitó el tercer gol rojiblanco, pero no evitó que el Elche estuviese un tanto desactivado por el trabajo de los de Rubi, seguros en defensa y sin perder la cara al partido en ataque, presionando arriba, tratando de incomodar y mucho al Elche que recuperaba el balón, pero sin finalizar. Le pasó en el 81, en una acción en la que Sory Kaba estuvo a punto de marcar, pero lo evitó Édgar que la mandó a córner. A la salida, Aleix Feas, a la media vuelta, mandó el balón fuera, en el mismo minuto.

El Almería se tuvo que dedicar a aguantar en defensa ante un Elche pegando un arreón final, que firmó entonces sus mejores minutos en la segunda parte, salvando balones los rojiblancos con el temor de las acciones a balón parado. Rubi trató de frenar las internadas del Elche por el flanco izquierdo, dando entrada a Pozo por Arribas para tapar con un doble lateral que incomodara las intenciones de Salinas y de Josán.

Al Almería no le duraba el balón y, en el 86, el Elche pidió un penalti por manos de Chumi, pero el central gallego estaba en el suelo cuando le fue a un brazo pegado al cuerpo. Fueron momentos de agobio que Rachad cerró llevándose el balón al córner contrario para cerrar una victoria con un peso importante.