De donde no hay no se puede sacar

Solo algunos cánticos de Fernando (hacéoslo mirar) levantaban el ánimo tras una intervención con el pie del meta que, inmediatamente después, acabaría en un gol de Munir, rematando solo en el área con tres rojiblancos para cubrirle.

Lo dijo Garitano en rueda de prensa:«Nos meten goles que no se meten normalmente en Primera División, con nueve hombres en la defensa y uno de ellos». Y es que, ahora mismo, la cosa da para lo que da que, vistos los resultados, es para la absoluta nada. Reflejado se vio en el hastío de la afición, que dijo basta con el gol de Las Palmas en el 90 abandonando el estadio en masa.

Hemos llegado a ese punto. A los cánticos de «jugadores mercenarios» a los que nadie quiere llegar. Porque estoy seguro de que a los jugadores les duele, pero también de que más de uno estará pensando meramente en su próxima nómina y en qué club estará dispuesto a adquirir de sus servicios cuando llegue un descenso a Segunda División, que parece ya inevitable.

Poco más da este partido para opinar. Quizás decirle a Gaizka que tener a tu jugador más desequilibrante y fino a nivel estadístico en el banquillo para que juegue 30 minutos es, como poco, osado. Más viendo los nombres que hay sobre el césped y la situación con las lesiones. Ojalá poder escribir algo positivo en estas líneas la semana que viene, pero es que ya no lo veo posible.