El preparador físico del Almería no ve «habitual jugar cada 72 horas; vamos a ir sobrepasados»
Incertidumbre ·
Javier Agenjo teme al «índice lesional» y considera escasos los plazos dados por la Liga de Fútbol ProfesionalLa UD Almería anda los pasos para llegar en el mejor estado posible a los plazos que, por protocolo, ha marcado la Liga de Fútbol ... Profesional que, como ya se anunció el lunes, podría 'instaurar' la normalidad en el mundo del balompié en pocas semanas. De hecho, se habla de la primera de mayo para entrenar y de la última de ese mes para hacerlo en grupo. Javier Agenjo, uno de los preparadores físicos de la UD Almería, aclaró posibles dudas a lo largo de una videoconferencia en la que ofreció luz, aunque no toda la que él hubiese querido. El coronavirus mediatiza y mantiene en entredicho, por el desconocimiento sobre este virus, si será posible cumplir los plazos. «Como mucho nos van a quedar dos semanas para que el equipo entrene de forma colectiva. Imposibilita realizar tareas jugadas de forma conjunta desde la primera semana», dijo.
Periodismo y compromiso
Estos plazos, al preparador físico rojiblanco le parecen insuficientes para algo tan importante como las lesiones, pues consideró que «no es habitual jugar cada 72 horas y eso significa que vamos a ir sobrepasados y que el índice lesional va a aumentar exponencialmente para el Almería y para todos los equipos de Segunda División». De ellos, la UDA no va a necesitar motivación. «Estamos en una posición para intentar subir a Primera División. Más motivación que esa no hay», pero el aspecto personal y deportivo casa con otro más importante. «Todo el mundo quiere competir y conseguir el objetivo que tenemos, pero creo que en los tiempos que corren lo importante es la salud». Esta contrae incertidumbre, por los plazos y por las formas de afrontar la competición, tal y como se especula. «Hace semanas escuché plantearse jugar en una sede en Gran Canaria, donde se estaba dispuesto a ofrecer jugar allí, también el riesgo de contagio puede disminuir porque no estás viajando cada tres días. Son alternativas. A lo mejor todo el mundo no quiere eso. Yo, que estoy solo, me parece una forma con menos opciones de dañar la salud».
La salud del equipo
La ausencia de lesiones también es una medida saludable para el deportista. En ese sentido, Agenjo, entre la incertidumbre de fechas, consideró que el tiempo para trabajar es corto. «La incertidumbre la llevamos teniendo desde que empezó el confinamiento a la hora de planificar porque no sabíamos cuánto iba a durar esto, cuándo iba a cambiar. De hecho todavía no lo sabemos con certeza». Del segundo aspecto, sus palabras son contundentes. «Tiempo suficiente no es, básicamente porque el protocolo que da la Liga es entrenamientos individuales, por grupos y luego colectivo. Como mucho nos van a quedar dos semanas para que el equipo entrene de forma colectiva. Imposibilita realizar tareas jugadas de forma conjunta desde la primera semana. Si es verdad que las primeras semanas está bien que sea individual por el hecho de que los jugadores pueden recuperar estados de fuerza y resistencia generales que ya han estado adquiriendo durante este confinamiento, pero que tienen que seguir mejorando; no se pueden alcanzar velocidades en una cita como sí en un campo, para la segunda semana trabajar en grupos de ocho y espacios reducidos hasta va a ser lesivo a la hora de entrenar de esa forma», puntualizó.
Y es que, para él, el tiempo necesario es más prolongado. «Ni tres semanas es óptimo porque es primero entrenamiento individual, luego por grupos de ocho y entrenamiento en equipo. En una pretemporada normal entrenas con el equipo desde el primer día. A nivel de interacción con los jugadores, entre unos y otros, a nivel de modelo de juego y físico para adaptarte a las demandas de la competición... no podemos hacer ejercicios específicos de un once para once hasta la tercera semana, que se supone que es cuando entrena todo el mundo junto. Si esa tercera semana ya empieza la competición, no estamos adaptados para ese tipo de esfuerzos. Lo ideal sería que a nivel colectivo tengamos tres semanas. Va a ser complicado por las fechas, básicamente».
El temor
Cierto es que esa 'precipitación' por querer acabar la competición antes de agosto o septiembre puede influir en el aspecto físico de los jugadores. «El enfoque que tengo ahora mismo es la primera semana intentar elevar esos niveles de resistencia y de fuerza general, que ya han estado adquiriendo, pero sobre todo reeducar aquellos movimientos específicos del fútbol. El jugador no está pudiendo acelerar, no puede frenar, cambiar de dirección, saltar, aterrizar, golpear. Todos esos movimientos que no puede hacer en su casa es importante que durante la primera semana trabajemos en la reeducación del movimiento específico para que el jugador se vaya readaptando a todo eso».
Lo cierto es que los tiempos y la medida de jugar cada 72 horas, como parece que sucederá, serán contraproducentes con vistas a acudir a los partidos en un óptimo estado. «Desde el primer día de entrenamiento al primer partido va a pasar mucho menos tiempo que en una pretemporada normal. El estrés competitivo que va a haber de jugar once partidos que no son los primeros de Liga sino que te vas a jugar el ascenso, otros el descenso... Muy pocos equipos están acostumbrados a jugar cada 72 horas y en Segunda muy pocas semanas dobles hemos tenido este año».
En ese proceso lo del descanso entre partido y partido va a requerir de un trabajo específico. «Ahora lo que tenemos que hacer desde el primer día hasta que empiece la temporada es optimizar al máximo el rendimiento del jugador y minimizar al máximo el riesgo de lesión y, de esa forma, llegar a la primera jornada en condiciones óptimas». Lo siguiente, una vez se empiece a jugar y sólo pasen 72 horas de un partido a otro, el trabajo consistirá en buscar para un jugador «recuperar niveles hormonales, metabólicos y que los jugadores que no jueguen intentar compensar esa carga incluso el mismo día del partido, completando en el estadio para ganar tiempo».
Lo que viene y cómo viene
Con todas esas dudas sobre la mesa, la competición deberá arrancar con otros aspectos a tener en cuenta y medidas que podrían instaurarse para este espacio específico. «Me parece interesante la hidratación y el número de cambios. No he escuchado nada más. Lo de los cambios es interesante que puedas hacer cinco porque tienes a un jugador 45 minutos a tope, lo cambias y sacas a otro y más en las condiciones que vamos a jugar, pero hay que preguntar si a nivel táctico te interesa quitar a cinco jugadores y meter a otros cinco en medio de un partido. Estaría bien tener ese recurso, por el índice lesional y el jugador no va a llegar con un rendimiento tan óptimo como se debería, pero que luego sean el entrenador y el cuerpo técnico los que decidan si realizan los cambios o no».
Luego está el tema de los horarios, el calor al jugar en verano, con una Almería dada a tener altos porcentajes de humedad y altas temperaturas. «La hidratación va a ser muy importante. Espero que la Liga ponga los partidos a unos horarios en los que competir sea menos agresivo y no dañe ni el espectáculo ni la salud. En Almería hace mucho calor y no es el estado ideal».
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