El poder de intimidación de esta UD Almería
El tercer tiempo ·
Los últimos encuentros nos vienen a demostrar que ya ni siquiera necesita desplegar un fútbol excelso para imponerse a sus más complicados contrincantes. Se ha ganado tal respeto y admiración de sus oponentesMás vale que dejemos de hacer introspecciones en la propia historia del club para buscar comparaciones, ya que lo que está consiguiendo esta UD Almería ... de Rubi no tiene parangón. Que sí, que con José Gomes la pasada temporada también se ganaron seis partidos seguidos, pero en esta misma jornada 16 llevaba cinco puntos y diez goles menos que en la actual temporada. Y lo digo sin ánimo de subestimar para nada aquel espléndido primer cuarto del curso liguero con el portugués como responsable técnico.
No resultará fácil rebajar el grado de euforia cuando la trayectoria del equipo está siendo meteórica, marcando diferencias casi estratosféricas sobre sus rivales directos en lo más alto de la clasificación. Aunque el discurso de la humildad y el trabajo ha penetrado de tal modo en el tuétano del vestuario, que, difícilmente podrá verse alterado.
Desde luego, el vértigo o el miedo a las alturas no está afectando el rendimiento de un equipo que se siente poderoso y cada vez más confiado en sus posibilidades.
Los últimos encuentros nos vienen a demostrar que ya ni siquiera necesita desplegar un fútbol excelso para imponerse a sus más complicados contrincantes. Se ha ganado tal respeto y admiración de sus oponentes, que lo han convertido en el equipo a batir de la categoría. Los propios medios nacionales lo tratan como al equipo de moda. Su fama le precede, desprendiendo un poder de intimidación sobre sus propios rivales. Una reputación bien ganada, ya que todos los aficionados al fútbol conocen su estilo de juego, el entrenador que lo dirige, los jugadores más descollantes y el poderío de sus dos delanteros, Sadiq Umar y Dyego Sousa.
En cada uno de los anteriores artículos para IDEAL, discúlpenme la autocita, he ido describiendo la evolución de la UD Almería durante este sensacional primer tercio de liga. Con un juego de palabras, 'El rubí de Rubi', quise expresar el diamante en bruto que Joan Francesc Ferrer tenía la misión de pulir.
En 'Certezas y dudas razonables' me cuestionaba si, además de un once de garantías, el fondo de armario con los nuevos fichajes llegaría a parecido nivel que el de los ausentes Manu Morlanes, Jorge Cuenca o José Corpas, por citar algunos. Y la respuesta en si misma constituye todo un elogio para Joao Gonçalves. El responsable de haber confeccionado con jugadores casi desconocidos, el más reciente Dyego Sousa, la mejor plantilla de la categoría.
En los siguientes títulos, 'El valor del compromiso' y 'A recuperar la personalidad', aludí a la capacidad de lucha de este equipo indálico hasta el final, jamás dando un empate por bueno. Y a su descomunal capacidad para resolver los partidos en cuanto los ha afrontado con la ambición de ir a ganarlos sin contemplaciones, ya que maneja mejor que ninguno todas las facetas del juego.
Y en plena saciedad de triunfos y marcando distancias ante sus rivales, 'Ganando en fiabilidad'. Ni siquiera merece mayor explicación. En un programa de El Desmarque de Interalmería llegué a decir que, después del estado de alarma por la covid-19, Rubi ha decretado el estado de felicidad en la afición de la UD Almería y que ojalá nos dure hasta que concluya la temporada.
¿Tienes una suscripción? Inicia sesión