Los pequeños detalles matan a la UD Almería

Si hay que hablar del partido, éste no quedó marcado por una primera parte en la que el equipo donostiarra fue el dominador, el que firmó las ocasiones ante un Almería obligado a defenderse, a no permitir que el equipo de Alguacil creciera con el gol. Por fortuna no llegó, cuando lo hizo el Almería había mejorado sus prestaciones en ataque, pero no en defensa, donde otra vez se pecó de ingenuo. Marcó Oyarzabal por un mal marcaje, como el que provocó el gol de Torrientes, que fue anulado. Por necesidad, la UDA quiso ganar, pudo hacerlo, y Sergio Arribas hizo justicia cuando a la Real le pasaban las piernas. Éstas debieron dar ventaja o al menos dado la ocasión para adelantarse, pero el escudo, la clasificación, todas esas cosas que diferencian a los pequeños de los grandes, impidió que un penalti de Le Normand sobre Ramazani llegara a tirarse. No ocurrió lo mismo en un balón rebotado que le dio en la mano a Sergio Akieme. El VAR dictó sentencia y Carlos Fernández adelantó a la Real en tiempo de descuento. El tercer gol vino a mostrar las carencias de un equipo que no ha aprendido nada. El modo fue idéntico, pero faltó haber aprendido de los errores, manejar los pequeños detalles.

El Almería inició con una propuesta distinta, estirando la presión para perjudicar la salida de balón ante un equipo txuri-urdin con balón y buscando la portería indálica. En el primer minuto, Mikel Oyarzabal disparó por encima de la meta defendida por Luis Maximiano. La Real tampoco actuó de forma diferente, tuvo el balón y presionó al Almería para 'incentivar' las pérdidas. En el 11, esa presión surtió efecto porque el balón le cayó a Sadiq Umar que momentos antes había hecho una de las suyas, torpón con el balón en los pies, pero que se llevó el balón y dejó a su paso a Édgar González, Robertone y Chumi para enganchar un disparo con la zurda que se fue a la base del palo derecho de la meta de Maximiano.

En el 14, el nigeriano buscó otra, recordando que esta era su casa hace un par de temporadas. Sin embargo, el pase al borde del área pequeña lo despejó Houboulang Mendes, con el cuadro donostiarra teniendo más balón, dando un paso al frente y hundiendo un poco al Almería, a quien le costó conquistar el balón, siempre manejado por el conjunto de Imanol Alguacil, haciendo lo preciso siempre para tener el partido en su mano, parándolo con una faltita o retrasando el balón. Además, la Real reactivó el dominio y obligó al Almería a perseguir balón, ante la inferioridad numérica en el centro del campo.

Pese a todo, el equipo txuri-urdin no estaba encontrando la forma para superar el trabajo de los rojiblancos, más por número que por ideas. Barrenetxea, en el 41, pudo buscar el gol con un disparo que fue cortado en defensa, con otra oportunidad posterior, en el 42, con disparo de Turrientes que se fue por encima del larguero, preludio de otra ocasión firmada por Sadiq Umar, en el 46. El nigeriano se hizo dueño del balón y se sacó un disparo desde la frontal que Luis Maximiano llegó a tocar con la mano para mandarlo a saque de esquina, en la última acción de una primera parte con control donostiarra que utilizó la presión para buscar a Sadiq Umar, que fue el que metió el miedo.

No contento Alguacil con el modo de desarrollarse el partido, metió a Mikel Merino y a Take Kubo para revolucionar el partido. Sin embargo, el Almería tuvo un reinicio de partido con llegadas al área de Álex Remiro, pero sin posibilidad de mejora, al contrario que el conjunto donostiarra que marcó en el 59, en una acción por banda izquierda que remató con el brazo Beñat Turrientes, pero si no entró en esa sí lo hizo en el 62, en un saque de esquina de Zakharyan que tocó en el primer palo Aritz Elustondo y Mikel Oyarzabal tocó lo justo para poner a la Real por delante.

El Almería se vio obligado a reaccionar porque ni siquiera el empate hubiese sido válido. En el 66, se le quitó valor a la primera llegada de la UDA en una contra que Largie Ramazani convirtió en gol, pero en fuera de juego. Sin embargo, a la Real le empezaron a pasar factura la acumulación de partidos y, en el 76, una buena acción de ataque acabó con un disparo de Lázaro Vinicius, sin marca, en la frontal del área, que Álex Remiro no pudo blocar y el rechace le cayó a los pies de Sergio Arribas que cazó el balón para poner las tablas y reactivar al equipo que encaró mejor los minutos finales. En el 85, en otra llegada, Ramazani cayó dentro del área, pero el Almería perdió el balón que pasó a ser de Take Kubo.

Sí pitó, en el 91, una mano de Sergio Akieme, al que le dio el balón de un rebote que aprovechó Carlos Fernández para transformar y dejar al equipo rojiblanco otra vez metido en el pozo, tanto que no fue capaz de reaccionar cayendo de nuevo en el mismo error porque Zubimendi, en el 94, volvió a marcar en una acción de saque de esquina en la que Elustondo tocó de cabeza para prolongar y que el mediocentro donostiarra sentenciara el partido.