El penúltimo paso de Juan Villar en la UD Almería
El onubense volvió a sentirse futbolista en Ipurua, «con ganas de tener poco a poco más minutos y poder ayudar al equipo» y «deseando tener esa sensación de marcar»
En el último entrenamiento de la tercera semana completa de entrenamientos de pretemporada, Rubi tuvo que lamentar en rueda de prensa que «el único aspecto ... negativo ha sido la lesión de Juan Villar porque realmente hemos sido muy afortunados en todo lo demás». Era la última acción de aquel 29 de julio. Las pruebas médicas realizadas con posterioridad diagnosticaron que el delantero onubense sufría una lesión en la parte posterior del muslo derecho. «Se confirmó la dolencia y su recuperación dependerá de la evolución de la misma», decía el parte médico emitido por la entidad indálica. Una semana antes de que se cumplieran los dos meses –el 17 de septiembre– el corteganense recibió la buena nueva de que podía incorporarse al trabajo de grupo. Pero un futbolista no se siente futbolista hasta que pisa el césped, siente la presión del rival, se prueba, primero, y se siente bien, después.
Ipurua, un campo que respira ambiente de fútbol y de batalla a la vez, fue ese lugar, el verde en el que el de Cortegana dio el penúltimo paso. El último será cuando marque. «Estoy contento de poder volver a jugar, de poder volver a estar dentro del equipo y con muchas ganas e ilusión de poco a poco tener más minutos», confesó el rojiblanco. Los goles han sido siempre lo suyo. Desde 2008, en el Recre, ha sumado ya 114 en competición liguera, pero es, cuando consiga ver puerta con la UDA y esta campaña, cuando se sienta futbolista. «Deseando tener esa sensación de poder marcar, que al final para un delantero es lo más bonito y poder ayudar al equipo», dijo ayer a los servicios de comunicación de la UD Almería.
Felicidad
El pasado viernes, en terreno 'hostil', fueron solo tres los minutos oficiales disputados, a los que hay que añadir el descuento, para estar feliz en la parte individual, exclusivamente porque. «Es cierto que lo importante para mí son los resultados. No conseguimos lo que queríamos», expulso lamentándose. Sin embargo, «en el plano personal estoy contento de poder volver a jugar, de poder volver a estar dentro del equipo y con muchas ganas e ilusión de poco a poco tener más minutos».
Quedan detrás casi tres meses de trabajo, en los que ha habido muchos ejercicios con y sin balón y en solitario o, para ser más exactos, con los miembros de los servicios médicos vigilando. Él, por su parte, dando pasos de solo centímetros, pero al frente siempre, para ahora ver la luz. «Se hacen las semanas largas, los días larguísimos, pero son lesiones que muchos de los futbolistas tenemos que pasar por ellas. Es una piedra en el camino, pero creo que me he recuperado bien, tengo mucha ilusión y me encuentro muy bien en el día a día. Ahora a intentar jugar lo máximo de minutos posibles y hacerme un hueco en la plantilla», relató el experimentado jugador.
Aunque fuesen pocos los minutos disfrutados en el duelo del pasado viernes ante el Eibar, lo cierto es que su trabajo en el campo da para hablar con cierta felicidad. «Me encuentro muy bien, pasé un par de semanas que me costó entrar en dinámicas de entrenamientos, después de volver con el equipo, pero llevo un par de semanas que me encuentro muy bien, muy cómodo y con ganas de tener poco a poco más minutos y poder ayudar al equipo», expuso como deseo.
Las horas previas
El equipo viajó por la mañana hacia Bilbao y ya en Eibar le tocó salir al terreno de juego. Era su tercera convocatoria en el presente curso liguero, pero por cómo se puso el partido el del viernes pasado ante el equipo armero el primero en el que le tocó saltar al campo. El día fue intenso. «Un poco de ilusión de poder volver a estar con los compañeros, de poder volver a estar en un campo, de poder volver a jugar, que desde que me lesioné no había jugado con afición, volver a verla, sentir el apoyo de la gente y ese ambiente de fútbol que se respira los días de partido. Era volver a vivir esos días, pero con muchas ganas y mucha ilusión de que todavía me queden muchos partidos por delante».
Se suele decir que pasado, pisado. Más aún cuando lo que se queda en el recuerdo es la derrota sufrida ante un rival directo como el dirigido por Gaizka Garitano. No hay tiempo para lamentos, como no las ha habido cuando hubo alegría por los triunfos sumados hasta dos jornadas antes. «Ahora tenemos una racha de partidos muy seguidos. Ahora todos sabemos que el míster va a necesitar de toda la plantilla para los partidos que nos vienen. Esto es lo que nos toca. La Segunda División es así. Sabíamos que era una salida complicada, un partido complicado, pero creo que hicimos cosas bien y tenemos que seguir como estamos. Ahora tenemos otro partido importantísimo que tenemos que ganar», quiso recordar
Además, en Ipurua, durante unos minutos, se jugó con pólvora arriba, con la presencia del onubense, así como de Sadiq Umar y Dyego Sousa, una imagen poco dada, pero no incompatible. «Sí, es cierto que por circunstancias y cómo estaba el partido se dio la opción de entrar los tres. Somos jugadores diferentes cada uno y al final podemos aportar nuestro granito de arena a las situaciones de partido y creo que perfectamente podemos jugar los tres», reconoció.
Lo que pasó, con el resultado final, no fue plato de buen gusto. Sin embargo, llama la atención para que no cunda el pánico. «Para nada. Todavía queda mucho, estamos en muy buena posición, el equipo está muy bien y tenemos que seguir en esta línea», sentenció.
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