El órdago del Real Valladolid

Fue en abril cuando cambiaron de entrenador, en claro ejercicio de impaciencia, abriendo la puerta de salida a un técnico de prestigio como Pacheta y dando entrada a un entrenador joven (39 años), uruguayo, con buen cartel en Brasil y pasado como futbolista en la LaLiga. Paulo Pezzolano entró con buen pie en el Valladolid e hizo creer a la afición haciendo jugar a una plantilla con jugadores de mucha calidad, obteniendo, además, buenos resultados.

Sin embargo, la caída en picado ha hecho saltar todas las alarmas y Pezzolano y los suyos juegan ya más contra ellos mismos y sus miedos que frente al rival. Aún así, el técnico uruguayo sigue tratando de aplicar sus esquemas para evitar el caos. Y la victoria frente al campeón, FCB, es un aliciente máximo en el momento más oportuno.

Las palabras de Pezzolano al llegar a Valladolid siguen teniendo toda su vigencia y actualidad, ya que sus ideas, pese a los malos resultados, las mantiene. «Nos gusta ir a buscar al rival a su cancha, presión alta, cambio de marcas, mucha intensidad, equipo corto». Para el uruguayo hay claves en su fútbol, «hoy lo que damos son detalles, en lo táctico, dar un poco de orden, a mí entender para defender y otro para atacar dentro de una estructura».

La presión es una palabra clave en su diccionario. El técnico fue claro al afirmar que «cuando tú vas a presionar a un equipo no puedes hacerlo con inferioridad numérica, si estás mano a mano en ciertos lugares del campo corres un riesgo grande». Y añade que, «cuando salgo jugando el riesgo es del rival por los espacios que me va a dejar y cuando vamos a presionar también porque nuestra presión está trabajada».

El esquema táctico de Pezzolano ha variado desde la defensa, colocando a cuatro centrales o a tres con dos carrileros. La idea de atacar por bandas aprovechando la calidad de los hombres de creación le lleva a abrir más el campo, aunque la cantidad de ocasiones concedidas a los rivales le provoca la duda de si es mejor cerrar atrás a costa de perder algo de efectividad arriba. Aunque es cierto que el Valladolid, si algo tiene, es talento en la creación. Gonzalo Plata, Machis, Kenedy, Óscar Plano o Iván Sánchez son futbolistas de altísimo nivel, más allá del mal momento generalizado del equipo.

El Valladolid, que de haber perdido frente al Barcelona llegaría a Almería con pie y medio en Segunda, aterrizará sin embargo cargado de moral y sabiendo que su pasaporte para seguir en Primera pasa por superar a los de Rubi. Todo o nada.