El Almería es incapaz de dar señales de vida a domicilio
La 'enmienda' de la segunda parte no sirve para borrar lo que tira en la primera
Juanjo aguilera
Sábado, 18 de febrero 2017, 19:49
Ni con tres, ni con cuatro, ni con cinco. El Almería, que jugó con una defensa con tres centrales para disputarle la posición al Tenerife, ... tuvo el balón, pero no las ideas, en gran medida porque fue incapaz de interpretar el duelo cuando este se puso en contra a poco del comienzo. Ni se marcan más goles con más delanteros, ni se defiende mejor con más defensas. El Almería careció de capacidad de reacción dejando pasar los minutos como si se sintiera capaz de hacer algo que no ha sabido conseguir en ninguno de los trece partidos anteriores lejos del Estadio de los Juegos Mediterráneos.
Y pudo conseguirlo en la segunda parte. De hecho gozó de un par de acciones en las que faltó 'mala leche' para entablar el partido. Pero este equipo da la sensación de que es propicio, cuando juega fuera, para poner un comedor social, porque tendría el cielo ganado. Mejoró con la entrada de Fidel y Soriano fue 'desvistiendo' al equipo atrás para ganar presencia arriba, pero ni así llegó el resultado apetecido.
Otra derrota lejos de casa, otro partido más sin hacer gol en 2017 y ya son seis de los siete que se llevan disputados. Y ya se sabe que en fútbol, sin goles no hay paraíso.
Mal
Aunque en rueda de prensa, el pasado jueves, Fernando Soriano dio pocas opciones a la defensa de cinco, lo cierto es que sorprendió y jugó con tres centrales y dos carrileros para buscar algo diferente que pronto se fue por el 'sumidero' porque el partido comenzó con el Tenerife tratando de llevar la iniciativa, ante un Almería bien posicionado que, con su dibujo, trató de conseguir todo lo contrario.
Sin embargo, una mala defensa en el centro del campo, propició dos acciones claves, la primera fue la recepción del balón por parte de Omar, que consiguió filtrar el balón entre los centrales para Raúl Cámara. El lateral diestro encontró la segunda porque entró 'como Pedro por su casa' y aprovechó para batir a Casto.
Empezaban las prisas para el equipo rojiblanco, obligado a hacer cosas diferentes ante un Tenerife que tenía el balón y que cuando lo perdía lo recuperaba pronto por las pérdidas y escasa recuperación de los de Soriano, con desajustes defensivos que pudieron costar caros. En el 22, Jorge Sáenz remató fuera una falta botada por Aarón, sin defensor alguno. El Almería tenía más balón, que era lo que quería, pero carecía de capacidad para aprovecharlo, porque el toque se ejecutaba siempre en zona defensiva, lo que era una ventaja para un rival que actuaba con mucha comodidad y, encima, con el marcador a favor.
El Almería, con una libertad mal aprovechada -es una de las máximas del sistema impuesto por Fernando Soriano-, carecía de asociación entre los de arriba, Pozo no generaba y el equipo rojiblanco, sin balón, sufría en exceso, sobre todo porque perdía el pulso en el centro del campo, y con balón no era capaz de tener la chispa necesaria arriba para ser dueño del partido, con los tres de arriba desasistidos por completo. Por fortuna, el Tenerife no encontró el acierto en el último pase y el marcador, con 1-0, fue el que figuró a la conclusión de la primera parte.
En la segunda, el Almería buscó cambiar el decorado. Lo primero que hizo Fernando Soriano fue deshacer el sistema dando entrada a Fidel, que entró en el campo en lugar de Henrique Sereno, señalado con una amarilla y entrando tarde en todos los cruces. El Almería se veía obligado a juntarse más para no conceder, pero no lo consiguió. Por banda derecha, el conjunto tinerfeño hacía mucho daño. Camille, en el 50, creó, sin oposición, una acción que acabó con un clarísimo remate de Choco Lozano de cabeza, sin oposición, que detuvo Casto -la de siempre-.
Parece que fue como un toque de atención. Momentáneamente hubo más frescura arriba. La entrada de Fidel fue clave porque el onubense, en el 55, puso un balón perfecto para Nano y el centro del malagueño lo remató en el primer palo Quique González y del mismo modo que Casto sacó la de Lozano la logró detener Dani Hernández.
Había dado un paso al frente el equipo rojiblanco, tras tirar otra vez la primera parte. Borja Fernández probó un minuto más tarde con un disparo que Dani Hernández mandó a córner y Pozo, en el 59, lo intentó a la media vuelta. Lo cierto es que el partido era de ida y vuelta, con el Tenerife intentándolo en el 62, con un disparo de Choco Lozano que paró Casto en dos tiempos y otra, posterior, de Amath que se fue fuera, fruto también del espacio, porque el Almería se mostró partido. Amath, en el 69, atacó en solitario, a la contra, forzando el saque de esquina.
Recuperaba mejor el Almería, que ponía puntos para buscar el empate. Este pudo llegar en el 75, en una acción en la que Javi Álamo, que entró por Marco Motta, puso el balón al área y Antonio Puertas remató mal y dejó sin opciones la consecución de las tablas.
El Tenerife andaba metido en su campo, pero tratando de salir a la contra ante un Almería que cada vez estaba más 'debilitado' en defensa. Soriano sentó a Jorg Morcillo para que entrara Juanjo Expósito. Antonio Puertas, en el 86, tuvo las tablas de nuevo, pero la ejecución se vio entorpecida por Camille, que llegó lo justo para impedir un claro remate del almeriense.
Lo cierto es que el tiempo pasaba en contra de un equipo rojiblanco incapaz de ver portería, como si lo del gol, que se aprende en cuanto se conoce el balón, es un término en un idioma extraño, tan extraño que no aparece en 2017 nada más que en uno de los siete partidos disputados.
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