El Almería sigue sin saber jugar fuera

En Soria, la derrota duele más por las expectativas creadas, menos si se toma conciencia de lo sucedido sobre el terreno de juego, en el que el equipo

rojiblanco no se estuvo nunca. Para empezar, salió sin intensidad y pronto se vio por debajo en el marcador para diluirse poco a poco o de golpe. Reaccionó por corazón en la segunda parte, pero sin convicción ni ocasiones para haber soñado con un triunfo que se lo apuntó el Numancia por jugar un poquito más, pero sobre todo por saber hacer lo justo y necesario para conseguir su propósito, que era el mismo que perseguían los rojiblancos, pero que tal vez los castellano-leoneses se lo tomaron más en serio.

Con la derrota a cuestas

El Almería empezó perdiendo. Tuvo la ocasión de marcar en el minuto 2, en un centro al área que atajó Munir sin que nadie llegara al remate y en la acción siguiente se adelantó el Numancia. Julio Álvarez condujo el balón, le ganó el sitio a su par y centro para que Marc Mateu hiciera el tanto soriano, cuando sólo llevaban cuatro minutos de juego.

Al equipo rojiblanco le tocaba remar contra corriente, como por ejemplo le pasó frente al Elche en el último partido ganado en casa, y pudo ser mayor la ventaja si, en el minuto 9, el centro de Manu del Moral lo hubiese rematado mejor el hispano-venezolano Julio Álvarez, pero por fortuna para la UD Almería Casto, en el sitio, evitó que ese balón encontrara el destino.

Los unionistas trataban de sacar el balón controlado desde atrás ante un Numancia bien posicionado que apretaba la salida de balón con la presencia arriba de Julio Álvarez y Manu del Moral, que lo intentó al cumplirse el primer cuarto de hora con un disparo, desde dentro del área, que atajó en dos tiempos y con ayuda de Fran Vélez el cancerbero rojiblanco.

Este tuvo trabajo en el minuto 25, con dos disparos seguidos de Manu del Moral, el primero despejado por Casto y el segundo que se marchó fuera. Eran los únicos acercamientos a un área que había en el partido. El Almería no miraba a la puerta de Munir con la calidad requerida para, cuando menos, meter cierto miedo en el cuerpo a los de Jagoba Arrasate, que jugaban con tranquilidad, sin ser dueños del balón, lo eran del partido.

El balón, rojiblanco

En esa fase, el partido fue un monólogo del cuadro numantino que, en el minuto 33, tuvo una nueva ocasión, creada a través de la combinación entre Pablo Valcarce y Manu del Moral, que este no fue capaz de mandar entre los tres palos, justo un minuto antes de que Quique González cabeceara fuera un centro de Nano González. El Almería se mostraba espeso, sin capacidad de sorprender a Munir, el cancerbero del cuadro castellano-leonés, que hacía difícil la vida a los de Fernando Soriano. Mientras, el Almería, en defensa, sufría y Marc Mateu, en el 43, pudo marcar, pero su disparo se fue por encima del larguero.

Fernando Soriano se vio obligado a modificar el equipo y hasta su esquema. Entró Miguel Ángel Corona por Fran Vélez, el talaverano se colocó junto con Pozo, mientras José Ángel se puso por dentrás. En el 47, una falta lanzada por Julio Álvarez no llegó a cabecearla por poco Callens en una fase diferente de juego, con los dos equipos buscando otra cosa. La entrada de Juanjo Expósito por Antonio Puertas sirvió para incomodar a los centrales numantinos.

En el 59, un disparo de José Ángel tras dejada de Juanjo Expósito fue el primer disparo de los rojiblancos a portería, aunque se marchó fuera por poco, justo antes de que Pablo Valcarce perdonara el segundo para los numantinos, al no rematar bien un centro de Marc Mateu.

Control numantino

El Almería lo intentaba sin fortuna y aún así Jagoba Arrasate optó por sacrificar a Julio Álvarez para dar entrada a Carlos Gutiérrez, para tener algo más de control ante el posible acoso mostrado por los de Fernando Soriano, que no tardó para hacer el tercer cambio, dando entrada a Iago Díaz en lugar de Fidel, justo después del intento rojiblanco de empatar, tras una falta botada por Fidel precisamente que remató mal Juanjo Expósito.

Empujaba el Almería que, en el 77, protagonizó tres saques de esquina casi seguidos, iniciados con un centro de Nano al que no llegó Juanjo, pero sí un defensor para mandarla por la línea de fondo. De ahí al final, llegadas a las cercanías, un disparo de Ximo Navarro sin consecuencias y poco más, lo mismo que un Numancia que hacía poco más que los rojiblancos, que controlaba un reloj que corría más de lo deseado para acercarse a una victoria que le permite salir del descenso, al que cae un Almería sin intensidad, sin fútbol y sin opciones como consecuencia de un fútbol ramplón, impropio de un equipo que quiere hacer otra cosa en la categoría que no sea sufrir.