Ni fuera ni en casa
Es preocupante que, después de los últimos años de fútbol que está brindando el Almería a sus aficionados, el discurso siga siendo el de la tranquilidad
CÉSAR VARGAS
Miércoles, 19 de octubre 2016, 11:51
Parece una quimera, a día de hoy, pensar que la UD Almería pueda hacerle daño a un rival como visitante. Cuando los rojiblancos están ... acertados en ataque, tal y como sucedió en Girona, es la defensa la que echa por tierra la buena labor realizada. Cuando se consigue que la suerte esté del lado andaluz para estrellar los lanzamientos contrarios en los palos, el equipo renuncia al ataque.
Es preocupante que, después de los últimos años de fútbol que está brindando el equipo rojiblanco a sus aficionados, el discurso siga siendo el de la tranquilidad, el de que el próximo partido tiene que servir como punto de inflexión y el de que queda mucha temporada por delante. Decía este martes Casto en sala de prensa que este panorama empezaba a parecerse alarmantemente al del curso pasado, y no le falta razón al portero extremeño.
El punto cosechado en Alcorcón viene a ser más de lo mismo. Un empate cimentado en la renuncia al ataque que, a su vez, viene justificada por el hecho de que Fran Vélez viera, absurdamente, dos tarjetas amarillas por hacer dos veces lo mismo en cuestión de minutos. Dirá Soriano que es ventajista decir que el Almería pudo haber logrado los tres puntos en Alcorcón si hubiese sido más ambicioso. El técnico, como ya ha hecho en alguna ocasión, se refugiaría en que, si el equipo hubiera dado un paso adelante y recibe gol, lo tildaríamos de loco por no haberse conformado con el empate estando con uno menos. Yo no.
En la situación actual y ante la inoperancia que mostró el conjunto alfarero, el equipo rojiblanco pudo haber intentado tener más el balón, sin perder la cabeza, y tener más presencia arriba. El resultado es que los almerienses siguen sin ganar fuera de casa. El año pasado sólo se logró una victoria como visitante. Esto no sería tan malo si el Mediterráneo fuese un fortín. Nada más lejos de la realidad.
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