El Almería tumba al Rayo por efectividad

Para los que hablan de méritos, al Almería le dieron la espalda ante el Cádiz, que marcó cuando mejor jugaba el Almería. Hoy, sin embargo, el que mejor jugaba o más cerca estuvo del gol fue el Rayo Vallecano, pero los tantos los hizo el Almería en ese momento en el que se decantan los partidos. Antonio Puertas, el único almeriense en la plantilla, hizo el primer gol del partido y el primer gol almeriense después del que Ortiz Bernal logró, frente al Barça B, el 12 de mayo de 2012. Luego 'puntualizó' la ventaja Ramón Azeez, en el 44 y, en la segunda parte, Fidel hizo el tercero para domir tranquilos. Desde el 11 de mayo de 2015, con un 3-0 frente al Granada, no se ganaba con tanta claridad.

Balón sin gol

El Almería, sin disparar, fue quien tuvo el balón ante un Rayo Vallecano sin llegada, salvo alguna acción a balón parado bien controlada por la defensa rojiblanca. El equipo de Fernando Soriano tuvo más el balón, funcionó en cierto modo la sociedad de Fidel con Pozo y, de vez en cuando, apareció Antonio Puertas -titular ayer ante la ausencia de Jonathan Zongo- para crearle peligro a Toño.

El Rayo, pasado el primer cuarto de hora, aprovechó un despiste en la zaga rojiblanca para montar una contra que estuvo cerca de convertirse en gol. Fue una acción iniciada por Patrick Ebert con balón para Álex Moreno y el disparo cruzado se le fue fuera, en el minuto 16. El Almería, que trabajaba bien, respondió con una acción por banda izquierda en la que el servicio de Fidel lo mandó Chuli por encima del larguero.

Blandos atrás

El Rayo tenía algo más de balón y estaba atento a los descuidos, tal y como avisó el viernes, en rueda de prensa, Fernando Soriano. Y llegó en el minuto 28, con una mala entrega de Pozo que puso en un dos para dos a Patrick Ebert y Javi Guerra. El alemán buscó disparo y Casto respondió metiendo una mano que evitó el gol, pero no el rechace, que le cayó a Javi Guerra y el delantero malagueño buscó el gol, pero de nuevo el meta extremeño reaccionó a tiempo para evitar el gol, cuando se cumplía el minuto 27.

El Almería no estaba fino ante un Rayo que ganaba en velocidad a la defensa rojiblanca, con problemas para impedir las llegadas del equipo franjirrojo -ayer de rosa y negro-. En el minuto 30, hubo otra ocasión para los de Sandoval, en un pase de Álex Moreno que Javi Guerra aprovechó para que Casto volviera a lucirse.

Era una fase del partido en la que el Almería había perdido el control del partido, se mostraba espeso e impreciso en el pase, el Rayo estaba cada vez más cerca del gol, pero no logró hacerlo. Y el Almería, como le pasó en contra con el Cádiz, no desperdició las suyas. En el 41, nació de una acción personal de Antonio Puertas. El único jugador almeriense en la primera plantilla, pese a tener a Pozo al lado, quiso probar fortuna por su cuenta, se fue de tres jugadores rayistas y, con la izquierda, puso el balón en el fondo de las mallas.

Sentencia

El gol fue un mazazo para el equipo de Sandoval. El Rayo no lo asimiló y se fue un poco del partido. Entonces llegó el segundo,

tras una gran acción de Chuli, por banda izquierda, puso el balón al segundo palo, Fidel tocó de cabeza hacia el centro y Ramón Azeez, atento y solo en el centro, la puso de cabeza al fondo de las mallas de Toño para casi poner punto y final a una primera parte.

No fue distinto el comienzo de la segunda parte. Empujó el Almería que dispuso de dos ocasiones casi continuadas, una primera firmada con un disparo de Chuli que se fue casi por el banderín de córner y otro del propio Chuli tras una falta lanzada por Fidel.

Reacción sin gol

El Rayo tenía que reaccionar y lo hizo con idénticas armas a las utilizadas en la primera parte, con una acción, en el 53, ocasionada por Álex Moreno, que se plantó ante Casto, pero el meta rojiblanco, en otra gran intervención, impidió el propósito del delantero rayista. El Almería volvió a perderse, con algún pase en profundidad, pero sin llegada. Sandoval optó por refrescar a su equipo con la entrada de Mojica y Fran Peinado, primero, y Manucho, después, con el que metió al Almería en su campo.

Sin embargo, el Almería atemperó las acometidas del equipo de José Ramón Sandolval, cerca siempre del área rojiblanca y que casi había equilibrado la presión, que en la primera parte llegó a ser de un 67 %-33 %. La pausa rojiblanca fue una especie de disfraz de cordero para que apareciera el lobo. Pozo, en el 74, aprovechó un balón en largo para llegar hasta la línea de fondo, traerse a dos marcadores que esperaron el centro. 'Maquiavelo' también picó para hacerlo, pero lo que buscó fue el pase atrás, hacia la frontal del área, donde Fidel esperaba sin compañía de nadie para hacer el tercero y dejar sentenciado un partido que pasó a quedar dormido.

El Rayo, encorajinado, no dejó de creer en, cuando menos, marcar el gol del honor -siempre marcó en sus visitas a Almería, donde ganó sus tres partidos anteriores-, pero el Almería no quiso jugar más, movió el balón a la velocidad que quiso, más rápida que el reloj, que no llegaba el minuto 90, porque había cierta incredulidad. Y es que tanto acierto no se había dado en años, tanta comodidad, casi nunca.