El Almería crece desde el sufrimiento

Fue un partido con mucho desequilibrio, en el que el Almería sólo estuvo presente, en ataque, durante los primeros minutos, que no gozó más de tres ocasiones a lo largo de los noventa, y estuvo notable en defensa, con una gran actuación de Casto, que evitó el gol en muchas ocasiones, que suspiró aliviado cuando el balón se fue al palo y que, como todos los componentes del 'mundo' rojiblanco, lo hizo después del final porque si perder pudo ser un palo, la victoria es un ilusionado empujón hacia la salvación. Pero queda mucho.

Un gol y para casa

De salida, la UD Almería tuvo el problema de la posesión. El fútbol se desarrollaba en la parcela rojiblanca, con imprecisiones y pérdidas que hacían que fuese el equipo gerundense el que manejara el control del partido, recuperando el balón con celeridad. Los de Gorosito buscando sorprender a la contra, pero sin conseguirlo. En las dos ocasiones en las que lo intentó, la posición adelantada de Quique González, primero, y de Chuli, después, impidió la 'verdad' de los dos remates.

Lo cierto es que el Girona proponía una línea de presión que provocaba la pérdida del balón por parte de la UD Almería y el equipo rojiblanco sufría. Sin embargo, en el minuto 16, el talento puso el partido 'patas arriba'. José Ángel Pozo cogió el balón por la banda derecha, sentó a Lejeune y centró, desde la línea de fondo, pasado el segundo palo, cabeceó Jorge Morcillo al centro y Quique González conectó para situar al Almería con ventaja en el marcador.

El equipo rojiblanco se adelantaba pronto en el marcador y era el momento de esperar la solución. Pudo llegar, sin que el equipo gerundense hubiese puesto en aprietos a Casto, en el minuto 22. La acción la comenzó Casto con un buen pase para Chuli, este avanzó, Dubarbier dobló para profundizar por la izquierda y ponerla al segundo palo, por donde apareció Pozo que no pudo 'enchufarla' dentro.

Las ocasiones del rival

El Almería, guardándose bien en defensa, tuvo un descuido en el minuto 23. El balón le cayó a Álex Granell y el disparo de este requirió la intervención de Casto, que un minuto antes despejó con el pie un balón que le pudo caer a Lekic. El Girona mandaba más, tenía más balón y hasta llegaba. El serbio, en el 26, remató a las manos de Casto un centro de Sebas, que había entrado en el 15 por la lesión de Aday.

El Girona estaba más en campo rojiblanco, naciendo su peligro en acciones a la contra, con las que ganaba la espalda a la poblada defensa del conjunto de Néstor Gorosito, adelantándose en el remate. Todos los centros los conseguía tocar el cuadro gerundense de cabeza. Este creaba más espacios que la defensa rojiblanca, con problemas a la hora de crear en acciones de ataque, lo que cercenaba a la posibilidad de crear peligro para los de Pipo Gorosito.

Este, el incierto panorama, dio pie a ver un partido trabado, con pelea en el centro del campo sin que ninguno de los dos consiguiera su propósito, el que perseguía el Almería para aumentar las diferencias, pero no hubo llegadas, y el Girona para buscar el equilibrio en el marcador, pero también con problemas para superar a un equipo con Ximo Navarro y Saveljich como 'controladores' aéreos, anticipándose a las intentonas del equipo de la Costa Brava, sensaciones con la que se llegó al descanso.

Fútbol directo

A la salida, el Almería no quiso que el fútbol pasara por el centro del campo y buscó acciones directas. En el 55, el equipo de Gorosito tuvo la primera llegada con cierta claridad. Dubarbier, sin embargo, no acertó en el remate, que no llegó a puerta, pero sí que le cayó a Quique González, que se quedó sin hueco, y perdió la ocasión de poner el segundo.

El Girona partido, tenía problemas, pero no más que el Almería, dedicado más a defender de forma descarada el resultado, con los dos mediocentros metidos casi en defensa, para trabajar con siete detrás y mucho espacio para con los dos hombres en punta.

Las ocasiones para los de Pablo Machín comenzaron a llegar por también llevar el peso del partido. Apareció a la par la suerte y el trabajo, que es la consecuencia de lo primero. Así, en el minuto 60, una falta que puso en juego Álex Granell y la conectó, de cabeza, Lekic, se estrelló al larguero. En el 65, apareció Casto para meter una mano providencial y despejar a córner el remate cruzado de Álex Granell.

Acoso sin derribo

El Almería sólo buscaba acciones a la contra cuando el Girona ya jugaba con cuatro defensas, tras pasar Kiko Olivas al lateral y subir Sebas a la posición de volante. En el Almería, la marcha de Dubarbier lesionado, puso en campo a Fran Vélez para jugar en esa misma posición. No se miró mucho al ataque. Esa 'zona' fue para el acoso y derribo del equipo del Girona, que por alto o por bajo instaló la incertidumbre ante el marco de Casto. Por fortuna, la que no tuvo en otros partidos, se cubrió con el manto rojiblanco. ¿La Virgen del Mar, la fortuna o las cosas del fútbol? Que cada cual tome parte por quien quiera.