Medianoche de encantos en el Almería
La UD Almería se juega sus últimos movimientos antes de que el reloj marque la hora bruja
La UD Almería encara las últimas horas del mercado de fichajes con una sensación de máxima tensión. Con el reloj avanzando hacia la medianoche, cada ... movimiento se convierte en decisivo. La dirección deportiva debe cerrar la incorporación de perfiles clave sin superar el límite salarial y, al mismo tiempo, gestionar salidas necesarias para liberar espacio, algo obligatorio o no sería posible. Lo que entre antes de que suene la hora bruja tendrá que permanecer en la plantilla hasta enero, como mínimo –dependerá de su resultado– convirtiendo cada decisión en un compromiso estratégico de largo plazo.
El club busca reforzar posiciones esenciales: un central, un mediocentro, un delantero centro y un extremo izquierdo –menos obligado por el rendimiento de Embarba, que está tirando del carro–. La salida de Luis Maximiano, Robertone e Ibrahima Koné es prioritaria para abrir hueco económico y permitir las llegadas previstas. Cada negociación se vive como un verdadero baile, en el que la combinación de planificación, rapidez y precisión marcará la diferencia entre un fichaje que refuerce la plantilla y uno que quede fuera por limitaciones financieras.
A pocas horas de la medianoche, la UD Almería sabe que la presión se concentra en el reloj y en la lista de jugadores que todavía deben definirse. El cuerpo técnico confía en que los movimientos se concreten a tiempo para mantener el equilibrio de la plantilla y corregir las carencias defensivas que el equipo arrastra desde el inicio de la temporada. Con la afición pendiente de cada noticia, lo que ocurra antes de que termine el mercado marcará la dinámica del equipo en los próximos meses y condicionará su lucha por objetivos ambiciosos en la competición. La intención es que no pase como el curso pasado, en el que el mercado de verano sólo permitió la llegada de Nico Melamed y, luego, hubo falta de jugadores.
Urgencia
La UD Almería afronta el tramo final del mercado de fichajes con una sensación de urgencia que va mucho más allá de las gestiones habituales de cada verano o invierno. El equipo rojiblanco, que actualmente cuenta con una plantilla de 25 jugadores –sin contar los del filial–, necesita reforzarse en varias posiciones clave para dar un salto de competitividad en el momento más importante de la temporada. La dirección deportiva trabaja sin descanso para incorporar a un central, un mediocentro, un delantero centro y un extremo izquierdo –por si a última hora alguien puja por un Adrián Embarba que ha dado un paso al frente para quedarse–, operaciones que dependen, en gran medida, de que se concreten las salidas de Luis Maximiano, Lucas Robertone e Ibrahima Koné, tres futbolistas con peso en el tope salarial cuya marcha es imprescindible para abrir margen financiero.
La prioridad, sin embargo, no solo está en fichar, sino en resolver los problemas estructurales que han vuelto a dejar al equipo en evidencia durante las últimas jornadas. Con siete goles encajados en los tres primeros partidos del campeonato liguero, el conjunto indálico sigue mostrando las mismas grietas defensivas que ya condicionaron su rendimiento el curso pasado, cuando los errores atrás se convirtieron en una losa imposible de levantar.
La fragilidad en el balance defensivo ha pasado de ser un detalle puntual a convertirse en un problema crónico que exige soluciones inmediatas si el equipo quiere pelear por los objetivos marcados a principio de temporada.
Jugador con jerarquía
En ese sentido, el fichaje de un central con jerarquía y experiencia se ha convertido en el objetivo prioritario de la secretaría técnica. El cuerpo técnico considera que la línea de retaguardia necesita un líder capaz de ordenar al equipo, corregir desajustes y aportar seguridad en los duelos individuales. No se trata solo de sumar un jugador más a la rotación, sino de incorporar un perfil que eleve el nivel de todo el bloque defensivo, algo que se ha notado ausente desde el inicio del campeonato. Las estadísticas son elocuentes. El equipo sigue concediendo demasiadas ocasiones y muestra dificultades para defender situaciones de contraataque o balones laterales, problemas que ya se arrastraban desde la temporada anterior y que no han sido corregidos en este arranque de año. Lo último que se sabe es que el canario Aridane, con pasado en Cádiz, Osasuna o Rayo, puede ser el elegido.
La necesidad de ajustar la zona medular también está sobre la mesa. Con la marcha inminente de Lucas Robertone, el equipo pierde a uno de sus jugadores más regulares en el centro del campo, lo que obliga a la dirección deportiva a acelerar la búsqueda de un mediocentro organizador, teniendo en cuenta que además habrá convocatorias de elecciones sin parón en Segunda y habrá que ver si Dion Lopy o Baba son llamados, como también posibles recambios como Gui Guedes o Dzodic. La idea es encontrar un futbolista con capacidad de dar equilibrio, filtrar balones con criterio y ayudar a sostener al equipo en los momentos en los que el rival aumenta la presión. La falta de control en la medular ha sido otro de los factores que ha contribuido a la fragilidad defensiva, ya que el equipo sufre demasiado cuando no consigue imponer su ritmo y se parte entre líneas con facilidad.
Un hombre gol
En ataque, la dirección deportiva tiene claras las carencias y sabe que no puede permitirse improvisar. El objetivo de sumar un delantero centro de área, que aporte gol y sea capaz de fijar defensas, ganar duelos físicos y descargar balones para los compañeros, llega, de momento, para seis temporadas. Se trata del brasileño Thalys, cerrado a falta de confirmación oficial, que lo sitúa como una alternativa inmediata para reforzar el frente de ataque, aportando calidad y proyección en un campeonato tan largo y exigente. Bien es cierto que no hay tanta urgencia en la posición de extremo, ya que Embarba parece dispuesto a 'perdonar' ofertas y quedarse, y Perovic también encuentra su sitio en la plantilla. No obstante, contar con alternativas de calidad en ataque siempre puede marcar la diferencia en los momentos decisivos de la temporada.
El gran condicionante de todas estas operaciones sigue siendo el límite salarial. La UD Almería ha tenido que moverse con precisión quirúrgica durante todo el mercado, priorizando la salida de jugadores con fichas altas –Édgar fue el último y antes lo hicieron Pozoo y Gonzalo Melero– para liberar espacio en el presupuesto y afrontar las incorporaciones necesarias sin comprometer la estabilidad financiera del club.Las salidas de Luis Maximiano, Lcas Robertone e Ibrahima Koné, ya avanzadas en diferentes negociaciones, permitirían reducir la carga económica como también equilibrar una plantilla que necesita reajustar su estructura. En este contexto, el club también también tiene la opción de dar ficha del filial a Stefan Dzodic, una maniobra que liberaría una plaza en el primer equipo sin perder la disponibilidad del joven para los planes del técnico.
Tic, tac
El trabajo en las oficinas del UD Almería Stadium no se detiene. Cada llamada, cada negociación y cada detalle cuentan cuando el reloj avanza hacia el cierre definitivo del mercado. La sensación en el club es que, con los refuerzos adecuados, el equipo puede dar un salto de calidad y revertir una dinámica que, de momento, sigue marcada por la irregularidad y la falta de solidez. El cuerpo técnico insiste en que, más allá de los fichajes, será fundamental trabajar en la cohesión defensiva y en el equilibrio entre líneas para evitar que los mismos errores vuelvan a repetirse jornada tras jornada.
El desenlace de estas últimas horas de mercado será determinante para el futuro inmediato del equipo. Con el respaldo de la presidencia de Mohammed Al Khereiji, el club busca cerrar un ciclo de incorporaciones que permita mirar al tramo final de la temporada con mayores garantías. Si las gestiones culminan con éxito, la UD Almería sumará calidad y variantes a su plantilla, del mismo modo que también enviará un mensaje claro. El objetivo de consolidarse en los puestos de privilegio pasa por corregir de raíz los problemas que el equipo arrastra desde el curso pasado y por construir un bloque más sólido, equilibrado y competitivo en todas sus líneas.
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