Lucas Robertone, un futbolista de guante blanco en el Almería

Cuando en 2020 se hablaba del fichaje de Lucas Robertone por la UD Almería, que se adelantó a varios equipos españoles –Celta y Elche le querían– y también europeos, el equipo indálico estaba en la certeza de adquirir, entonces, el 50% de un jugador en fase de crecimiento. Cuando hace unas semanas anunció su renovación hasta 2028 y aumentó en un 30% la propiedad sobre el ex de Vélez –que conserva un 20% de la propiedad del de Concordia–, se confirmaban todas las virtudes que atesoraba de su etapa en Argentina– y despejaba las incógnitas propias que conlleva su adaptación a un fútbol distinto para él, en otro continente y con otro estilo.

El rojiblanco, que el pasado domingo frente al Atlético portó el brazalete de capitán por tercera vez esta temporada –también lo lució en el partido en Villarreal en el Camp Nou en la despedida de Gerard Piqué con un gesto hacia el central blaugrana aplaudido en redes sociales–, aparece entre los jugadores tops de la UD Almería en el partido disputado el pasado domingo frente al conjunto colchonero, siendo el segundo jugador con más pases en el centro del campo, el primero en acciones de alto impacto ofensivo, segundo en número de remates y centros completados, liderando además la faceta de recuperadores, además de ser el tercero en el número de kilómetros recorridos, solo superado por otro que se lució volviendo a ser lo que era, el portugués Samú Costa, y el 'correcaminos' Álex Pozo. Lucas participó en un partido coral, por lo que, al término del enfrentamiento, habló en UDA Radio con cierta alegría, pero advirtiendo de que «el equipo se vio mejor, una nueva cara en lo que fue el último partido con la Real Sociedad. Volvimos a ser ese equipo que éramos en casa, presionando alto y tratando de manejar y lastimar al rival y fue un partido así».

La UD Almería logró discutirle el mando en el marcador al Atlético por actuaciones como la de Lucas Robertone, que dio el pase del gol definitivo, uno de los dos en los que buscó a El Bilal Touré durante todo el encuentro. «Creo que venía de un centro anterior que no recuerdo bien la jugada, pero sabíamos que ellos en los centros laterales se hundían un poco en la defensa y era una manera de hacerle daño, meterle un centro por delante y por suerte el centro fue a la cabeza de El Bilal, que estaba ahí y pudo entrar para meter el gol y que nos sirva para el empate», reconoció.

El del domingo fue un duelo en los que sacar a relucir el orgullo bueno. El argentino lo mostró por llevar el brazalete de capitán. Era la tercera vez y, como las dos anteriores, feliz de haberlo llevado. «A quién no le gusta ser el capitán. Es un orgullo llevar el brazalete de este club que me ha tratado muy bien desde que llegué. Estoy muy contento». Y ese brazalete solo es para líderes, el tercero esta temporada, tras los ocho partidos que lo ha portado César de la Hoz y los seis que lo lució Babic. Ninguno estuvo ante el Atlético y el argentino se puso la 'capa de superhéroe' para lucirse.

Superó su media de kilómetros por partido, que era de 10,763, y se fue a los 10,822 para solo verse superado en distancia recorrida por Samú Costa, con 11,864, y Alejandro Pozo, con 11,360, con una velocidad media de 7,21 km/hora, poco menos que Embarba (7,72 km/hora), Gonzalo Melero (7,65 km/hora) y Samú Costa (7,33 km/hora). El ex de Vélez se ha destapado en la UDA. Su rendimiento merece ser destacado en varios ámbitos. En la recuperación fue el líder, un 'ladrón' de guante blanco, firmado 10, de las que 4 fueron en campo rival. Dos más que las que firmaron Samú Costa o Rodrigo Ely.

En cuanto al pase, el rojiblanco se fue a los 39 acertados en el centro del campo, por donde le supera solo Samú Costa, que se fue a los 53. El argentino tiene a sus jugadores 'preferidos' en Alejandro Pozo y Adrián Embarba, de los que también recibe algunos pases. A ambos le entregó 9 balones por barba, mientras que 8 tuvieron en Samú Costa a su destinatario, situado en el centro, mientras el de Concordia aparecía por la banda derecha, aunque fue por el centro por el que intentó el 82% de los pases, mientras que en la parcela ancha se fue al 79% de los servicios ejecutados.

Su partido fue importante. Es cierto que Fernando Martínez se llevó el MVP, pero Robertone lideró otros aspectos del juego, como el de asistencias de alto impacto ofensivo, con 5, por delante de Gonzalo Melero, Álex Pozo y Rodrigo Ely, que solo intentaron una de esas características. Tercero en remates, por donde Embarba lideró esa 'ofensiva', el argentino se fue a los cinco centros, uno menos que Adrián Embarba.

Como queda dicho, uno de esos 'servicios' de gol fue para El Bilal y sirvió para reactivar al equipo durante el partido, que se vio 'desbordado' por el gol de Correa y el anulado por fuera de juego de Kondogbia. «Sí. El equipo, después de ese gol, supo mantener la calma, no desesperarse porque contra estos equipos te puede caer otro, pero fuimos a buscar el empate con calma y tranquilidad y creo que por suerte lo pudimos encontrar en esa jugada».

Y en la segunda parte el partido fue de esos de ida y vuelta para acabar en tablas, si bien a nadie le hubiese extrañado ver una victoria indálica, lo mismo que la derrota, aunque también es cierto que Fernando estaba bajo palos precisamente para eso. «Por momentos, era un partido donde nos sentíamos cómodos con el balón, sabíamos que ellos, por momentos, presionaban alto y otros no y supimos aprovechar esos momentos que ellos replegaban para tener más posesión de balón y agarrar confianza. Creo que también este partido lo intentamos tratar de finalizar más y hacer un poco más de daño al rival. Aunque no tuvimos tantas situaciones claras, lo logramos».

Hubo un equipo diferente en la segunda parte, en la que el Atlético se replegó y el Almería tuvo el mando. De hecho acabó con más posesión que el cuadro colchonero y más incluso en campo contrario, comparando las cifras de ambos equipos. «Creo que hablamos eso en el vestuario, de mantener la calma, de tratar que en esos momentos que ellos no presionaban tan alto tener confianza con el balón y lo pudimos hacer. Eso te da confianza dentro del campo y te salen las cosas mejor. Creo que fue un partido bastante bueno».

El 'nacimiento' del importante encuentro quizá nazca en la cita de la semana anterior frente a la Real Sociedad, que deparó cierta decepción en los rojiblancos por el resultado final del partido. «No sé si decepcionados, pero sí que no fue nuestro día», indicó el argentino. «Está claro, y más como veníamos jugando en casa. Teníamos esa espina de por qué cambió tanto en un partido. Pero lo pudimos recuperar».

Y sin error, el partido no se olvida. «La afición se sintió bastante durante el partido y eso, como lo decimos siempre, nos ayuda y nos da confianza y nos hace sentir bien dentro del campo. Hay que hacerlo así hasta el final de la Liga».

Solo así se conseguirá un objetivo que puede estar a mitad de camino. «Tratamos de ir partido a partido, sabemos que estamos en una buena posición, pero esto puede cambiar en una fecha para otra, así que no hay que relajarse. Ahora tenemos un partido fuera de casa en el que trataremos de sacarnos esa espinita de la que siempre hablamos, que no pudimos en Cádiz, y luego cerraremos con el Espanyol la primera vuelta y ahí analizaremos lo que fue»

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