Empezar por los cimientos

El éxito del ascenso de la UD Almería, en la temporada 2021/22, fue precisamente el modo de trabajar en el club y el fiasco de temporada 2023/24 también, con algo tan importante como la suerte, que la que existió el año del ascenso no se ha tenido en éste –gran parte de curso sin delanteros y otra sin centrales–. Lo primero no garantiza estar un año después en Primera División, lo segundo sí 'garantiza' estar ahora en Segunda.

Habrá oportunistas que todavía achaquen a la fortuna que aquel equipo dirigido por Rubi ascendiera a Primera División, exponiendo como 'piedra filosofal' de aquella 'victoria global' al 'casual' triunfo del Alcorcón sobre el Eibar, el mismo día que el Almería empataba en Leganés, como si los 80 puntos sumados con anterioridad por los rojiblancos fuesen resultados que debieran ser descartados.

Me alegraría ver a Rubi de nuevo en el banquillo de la UD Almería, porque gran parte del éxito de aquella temporada se debe en gran medida a su forma de trabajar, por saber exprimir las virtudes a una plantilla a la que hizo equipo por dos temporadas, con la segunda entrega compitiendo con equipos de más nivel y cumpliendo el objetivo, encima con el 80% de los jugadores que eran la base del equipo que subió desde Segunda División. Y si no es Rubi, que el que venga tenga las mismas características y métodos de trabajo, más allá de que las formas sean diametralmente opuestas a las que utilizó el técnico vilarense para hacer reales los propósitos previstos.

Aquella temporada, lo mismo que la presente, son esas 'varas de medir' necesarias para no errar. La campaña recientemente finalizada, el chasco continuo, es para ponerla en un cuadro a la entrada de la sede del club, en el Power Horse Stadium, como un 'decálogo' con ese como principal punto de cómo no hay que hacer las cosas para que quien entre por la puerta no vuelva a repetirlas y que quienes lleven las riendas, que serán los mismos en los despachos, 'escriban en la pizarra cien veces' que 'Así no se hacen las cosas'.

Las cosas se hacen con cabeza y cautela, dando pasos en firme y dejando los trabajos al azar porque la suerte te puede permitir que lo que pretendes se consiga un día, pero conociendo a la UDAlmería los 'tiros al palo' se van fuera aunque toque dos veces, mientras los del rival, aunque toquen por fuera, el efecto los lleva hacia adentro. El segundo gol de Osasuna es un ejemplo.