Jorge Cuenca, todo a su justa medida en el Almería

Dicen que 'asimilar' la presión hace que esta sea más llevadera y el central rojiblanco no titubeó para, hablando sobre lo que pasó el domingo, asegurar que «siempre es importante ver cuál es el techo de este equipo, que esperemos que sea muy alto, y es más presión añadida, pero nos gusta y queremos seguir por esta línea, esta dinámica, y dar siempre el máximo y aspirar a lo máximo». Una meta que deberá 'señalarse' jornada tras jornada y el domingo, ante el Sporting, la ocasión es para demostrarlo. «Tiene mucho mérito», dijo al respecto de la condición de imbatido del cuadro astur –no ha encajado en ninguno de los tres partidos disputados–, «son un equipazo y esperemos quitarles nosotros esa imbatibilidad».

A Jorge Cuenca se le ve jugar como si llevara toda la vida haciéndolo a alto nivel. La madurez también la expone hablando. Parece curtido en mil batallas, como lo demuestra el verano 'ajetreado' que ha debido de pasar. Entrenaba con el Barça a las órdenes de Koeman y de pronto surgió el interés del Villarreal. Allí estuvo dos días, con el Almería a la espera. «La verdad que ha sido un poco ajetreado. Pasé dos días sólo en Villarreal y ya bajé para acá. Fue una operación a tres bandas. Sigo en un hotel, no estoy en la casa y esperemos que todo se asiente cuanto antes y poder estar centrado al 100%».

De momento no se vio en Lugo lo de no estar al máximo, sino todo lo contrario. «Estoy contento porque llegué la semana pasada y no sé las sensaciones, los entrenamientos y estoy muy a gusto y muy contento. Tener a compañeros dentro del vestuario ayuda mucho y hace todo más fácil».

De momento, lo del hotel no lo ha dejado, con el contratiempo que eso supone. «Eso es. Tener que comer y cenar todos los días fuera, intentas mantener una dieta, pero no es tan fácil como tener la compra en casa y cocinarte tú mismo, pero más o menos sabemos lo que tenemos que hacer y que comer y lo llevamos como podemos».

Con todos esos contratiempos, sobre el campo se le ve un jugador poderoso, que seguramente pueda ser un referente en su posición sin tener que esperar muchos más años. Bien por alto, 'medido' en el pase, insuperable en defensa, lo del pasado domingo en Lugo fue una muestra que genera alegría. «Estamos muy contentos, ha salido todo como lo planeábamos y a intentar seguir por esta línea».

Su empaque a la hora de sacar el balón desde atrás le hace tener cualidades para incluso 'adelantarse' en el campo. «En Barcelona no llegué a jugar de pivote, pero cuando estaba en las categorías inferiores del Alcorcón alguna vez jugué de '6' y sí me gustaba, pero la posición que llevo desarrollando estos últimos años ha sido de central».

En esa posición habitual ha tenido buenas fuentes de las que beber. «En estos últimos años allí en Barcelona te fijas mucho en Piqué y Lenglet, que son grandísimos centrales e intentas aprender de ellos en cada entrenamiento y se aprende muchísimo».

No le ha costado adaptarse al estilo, porque ya lo traía, ni al vestuario, porque en el mismo hay muchos antiguos compañeros. «Sí porque al final siempre que llegas a un club estás un poco ahí más apartado, más tímido cuando vas iniciando conversaciones con los compañeros... La verdad que aquí ha sido llegar y tengo a Sergio –Akieme–, Manu –Morlanes–, Chumi, Aitor –Buñuel–... que ya los conocía. También conocía a gente como Aguza, que coincidí con él un tiempo en el Alcorcón y la verdad que me lo han hecho todo mucho más fácil».

Esa adaptación la hizo a tiempo para, como queda dicho, lucirse en Lugo, con el estilo impuesto por José Gomes. Este, en los entrenamientos, «nos corrige ciertos aspectos defensivos en posicionamiento en centros al área, marcas, basculaciones, ese tipo de cosas, y en la salida de pelota o en desplazamientos, quiere jugar desde atrás».

Eso le da protagonismo en un equipo que, jugando como lo hizo en Lugo, tuvo más opciones de pase. «Al final, cuando tienes la pelota no te centras sólo en uno o dos compañeros y si te cierran esa línea estás muerto. Lo que intentamos es dar las máximas opciones al compañero y hacérselo fácil».

Con ese estilo, el equipo sumó la victoria en Lugo para dejar un estado de satisfacción importante, pues «estamos muy contentos. Ha salido todo como lo planeábamos y ahora a intentar seguir por esta línea».

Y eso que la segunda parte fue diferente por la expulsión de Akieme. El equipo se adaptó a ese estilo que propuso el partido. «Hay que saber sufrir, cuando toca achicar agua hay que achicar agua y sabemos que no todo iba a ser fácil y no todo va a ser como en la primera parte del Lugo. Va a tocar momentos de sufrir y sufrir mucho y tenemos que preparados para ello».

Es eso a lo que se juega en Segunda División. «Hay que correr, hay que sacrificarse todos por uno mismo y por el compañero y ser muy sólidos atrás. Muchas veces los partidos se ganan al final y lo que te da el seguir vivo en ese partido es tener la portería a cero. Lo sabemos y lo vamos a intentar en cada partido».

La próxima cita será en casa frente a un Sporting muy sólido. «Sabemos cómo es la Segunda División. Aquí no hay que relajarse nunca y rara vez se gana por dos o más goles en Segunda, ya lo sabemos todos. El partido ante el Sporting va a ser duro, lo sabemos, lo afrontamos de esa manera y esperemos llevarnos la victoria».