La liga de los fontaneros
El conflicto de intereses planteado es una golosina para su estudio juridico que la UDA debería defender
Javier Gómez Granados
Almería
Jueves, 5 de junio 2025, 21:01
La marcha de Pubill con la Selección fue un golpe en las aspiraciones de ascenso rojiblancas que, comoquiera que hubo tiempo para digerirlo, no hizo ... tanto ruido como debiera. Pero el secuestro de Luis Suárez, imprevisto y sin margen de maniobra, con pasamontañas y boca sellada, sin explicaciones, sin información oficial y sólo con filtraciones, ha hecho tanto ruido que sólo la fontanera Leire ha sido capaz de elevarse por encima en términos de decibelios y de cutrez, estos días.
Porque si cutre es el panorama político patrio, pero cutre, cutre y de bajos fondos, la organización de esta supuesta Liga profesional de Tebas lo es tanto o más. Es verdad que no afecta a la vida de las personas, más allá del sentimiento deportivo del aficionado, aunque sí a las finanzas del club y, por extensión, de la ciudad por aquello de proyectos y expectativas creadas. Pero lo cierto es que a uno se le quitan las ganas de ver este fútbol soez de la sórdida L.F.P. adoctrinada desde la F.I.F.A. y la U.E.F.A, organizaciones igual de degradadas, como la propia R.F.E.F, y desea con fuerza que Florentino se salga con la suya, abra el negocio de la 'Superliga' y dejen vivir en paz a los clubes pequeños, que son la mayoría, en competiciones más o menos coherentes y no violentadas.
Lo de Pubill, pero sobre todo lo de Luis Suárez, es un navajazo de barrio bajo. Muchos culpan al club, a la UDA, de no haber previsto esta opción una vez que conocían el calendario allá por el verano pero, digo yo, ¿cómo se prevé y se neutraliza esto? ¿Debería haber comprado la UDA un delantero del nivel de Luis Suárez o un lateral de la talla de Pubill para tenerlos en el banquillo, por si acaso tienen que jugar cuatro partidos en junio? ¿Y lo de la motivación, cómo lo gestionamos? ¿Y lo de los altos salarios? En fin, que por más que nos cabree esta UDA silenciosa hasta el ridículo, la realidad es que es víctima y no responsable. Como tantos clubes, deben tragar con lo que les imponen los altos organismos de nuestro podrido fútbol en el que interesa la rentabilidad económica de sus dirigentes, exclusivamente. Lo demás es irrelevante. Un poco de ruido pasajero, sin más. El conflicto de intereses planteado es una golosina para su estudio jurídico. Una organización desorganizada que organiza calendarios sólo mirando por los cuatro o cinco clubes que engordan sus bolsillos. Una mayoría silenciosa que traga y sufre en silencio los perjuicios, deportivos y especialmente económicos, que les generan por puro desprecio. Una defensa irracional de la obligación de acudir con la selección de cada país por encima del derecho de aquel que, con esfuerzo, contrata y paga, muy bien, al sujeto del conflicto. Y un futbolista silenciado, secuestrado, al que obligan a quedar mal, decida lo que decida, en una situación no pretendida por él.
Es tan fácil cuadrar un calendario cuando hay interés en ello, cuando además poco más trabajo tienen que hacer, que resulta insultante soportar que una pandilla de imbéciles provoque una situación como la que tiene que vivir la UDA, con el riesgo de un perjuicio millonario que deberían defender en los tribunales. Al menos, el derecho o la expectativa hurtada.
Pero esto es lo que hay. Una forma de corrupción como otra cualquiera. Porque, más allá del resultado final, la competición ha quedado corrompida.
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