Gui Guedes se afirma en la UD Almería: 'Ahora me siento un jugador de grupo
El portugués se afianza en la entidad indálica y destaca la fuerza de un vestuario unido de cara al partido de Las Palmas
Gui Guedes atraviesa un momento de consolidación en la UD Almería. Tras varias cesiones y etapas de espera, el portugués se ha asentado y reconoce ... sentirse «ya un jugador de grupo», reflejando la confianza que ha ido ganando con el tiempo. La victoria frente al Sporting supuso un punto de inflexión tanto para el equipo como para él y Gui no duda en destacar la importancia de ese triunfo. «Necesitábamos ganar sí o sí. Hemos hecho una semana de trabajo muy buena, teníamos las ideas bien claras. Fue un partido bien conseguido y los tres puntos era lo más importante». Para él, la fuerza del grupo y el apoyo de la afición son determinantes y no es casual que subraye que «tenemos un grupo muy unido y en casa, con la afición, las cosas se tornan mucho más fáciles. Con el grupo, la afición y con la fuerza que el grupo tiene, hicimos un buen partido».
El portugués insistía en que la fortaleza del vestuario no depende sólo de la mezcla entre jóvenes y veteranos, sino de un equilibrio que se nota en cada entrenamiento y partido. «Es un poco de un misto. Estamos todos muy unidos y se nota, creo que, por ejemplo, en los entrenamientos todos quieren ganar, pero de una manera saludable. Nadie lucha uno contra otro». La convivencia entre generaciones funciona de manera distinta en este vestuario y Gui lo explicaba. «Ahora el fútbol está cambiando un poco, los jóvenes no escuchan tanto a los veteranos, pero en nuestro grupo sí, se escucha. Yo más, en opinión personal, soy un chico que me gusta más escuchar que hablar, pero también puedo hablar. Me gusta escuchar a los veteranos porque tienen la experiencia, entonces seguramente me va a ayudar mucho más».
Evolución
Su papel dentro del grupo refleja su evolución personal. Con 20 años y varias experiencias acumuladas, se encuentra en un punto en el que ya no es un jugador novel, pero aún conserva la frescura de la juventud. «He tenido ahí unas sesiones, me ha hecho muy bien mentalmente y físicamente, porque necesitaba también de minutos y ahora sí, me siento ya un jugador de grupo. Tengo el cariño de mis colegas, también doy cariño». Esta sensación de pertenencia le permite afrontar con ambición el próximo partido frente a la UD Las Palmas, rival directo en la lucha por el ascenso, aunque mantiene los pies en la tierra. «Sabemos que es un campo muy complicado, pero es lo que digo yo y nosotros todos, tenemos que seguir trabajando y llegar a una buena racha. Varios partidos sin perder, ganar, y eso es lo que queremos». Su mentalidad competitiva le hace pensar en enlazar victorias y no conformarse. «Queremos seguir seguros» y lo asociaba con la diferencia entre los que luchan arriba y los que se conforman en mitad de tabla. «Tenemos que ganar todos. Queremos ascender y todos los partidos los tenemos que ganar». Así, destacaba la calidad de la plantilla de Las Palmas y la dificultad, pero dice creer que «mentalmente estamos muy preparados y físicamente se nota que el equipo está fuerte; físicamente tenemos números muy buenos; va a ser un partido muy duro». Consciente de la exigencia, sabe que deberán adaptarse a situaciones donde quizá no tengan el control absoluto.
Respecto al estilo de los rivales, Gui se centra en su propio equipo. Ahora estamos trabajando todos los aspectos de juego y, en mi opinión, estamos trabajando muy bien, estamos siendo cada vez mejores en todos los aspectos y un equipo como nosotros que quiera ascender tiene que preocuparse más con nosotros mismos que contra el rival que vamos a jugar». Acostumbrado a partidos intensos y cargados de giros inesperados, sabe que la Segunda exige máxima concentración. «Últimamente ha pasado de todo, pero esto que pasa nos va a hacer más fuertes. Es Segunda División. Aquí puede pasar de todo».
La persona
A nivel personal, Gui se siente en el mejor momento de su etapa rojiblanca. «Todas las fases de mi vida han sido importantes y ahora ha llegado el momento de afirmarme aquí en el Almería y seguir trabajando todos los días, como yo hago, dentro y fuera del campo también me cuido bien; hay que seguir trabajando porque en el fútbol a veces estás muy bien, pero de repente no lo estás y hay que seguir trabajando y no nos podemos rebajar». Esa fortaleza mental le ha permitido afrontar cesiones, lesiones y períodos sin jugar sin perder la concentración. «Todos nosotros a veces tenemos recaídas, que nos sentimos más bajos, más tristes, pero estoy seguro de lo que quiero, los patrones que quiero cosneguir. Tengo que trabajar todo día, quedarme fuerte, tengo apoyo de mi familia, de mis compañeros, entonces el silencio y mi opinión es la mejor respuesta y, después, si tengo la oportunidad, intento hacer lo mejor que puedo y ya está».
Su resistencia física y carácter también lo diferencian en el vestuario. «Mucha gente en el vestuario también me dice que no parezco muy fuerte, pero después es que soy fuerte», y añadía que la intensidad y la garra son parte de su identidad futbolística. «Yo también he jugado ahí en Vitoria, en Oporto, que son equipos de garra, de intensidad. A mí me ha quedado también la garra y la intensidad y puede ser por eso también».
Muy unidos
El vestuario multicultural del Almería no ha generado segregaciones entre nacionalidades. «Es curioso, inicialmente pensaba que se iban a hacer más grupos, aquí en este vestuario hablan todos con todos. No hay mucho los grupitos pequeños que nos damos todos muy bien». Sobre la gestión de los minutos de juego, mostraba madurez. «Una persona, un jugador siempre quiere jugar, Pero entiendo muy bien. A veces los partidos condicionan, hay tácticamente cosas que unos pueden ser mejor que otros y el míster tiene que cambiar jugadores. Lo que quiero es que cuando entre que lo doy a todo e intento hacer lo mejor y después un día puede salir bien y otro mal, pero seguramente yo, en términos físicos en términos de trabajo, le voy a dar todo».
Respecto a su rol táctico, detalló la complejidad de su posición. «Por mis características, sin balón tengo que ser fuerte, ganar duelos, caídas, creo que físicamente estoy muy bien y las caídas, defendiendo, llegar al área, defender también en mi área. Es todo importante y con balón es un poco lo que el partido está dando, pero puedo conducir, llegar al área, hacer pases, es un poco de todo». Además, su conducción recuerda a sus ídolos. «También he visto muchos jugadores, por ejemplo, un ídolo que tengo es Kaká y conduciendo el balón me encantaba mucho».
Su rol
La responsabilidad de organizar el juego le obliga a mantener equilibrio entre defensa y ataque. «En el centro del campo controlamos un poco el partido, equilibrios, hacemos un poco de todo, corremos para adelante, corremos hacia atrás. Quiero ser humilde, pero el centrocampista es una posición muy complicada» y añadía que también debe gestionar el ritmo del partido».
Sobre sus compañeros en el medio campo, resalta la complementariedad y la cooperación. «Tenemos muy buenos jugadores ahí. Algunos con aspectos diferentes, otros más equilibrados, más parecidos, pero a mí si juego con, por ejemplo, Lopy, me doy muy bien; con Baba, me doy muy bien; con todos. Es un deporte colectivo e individualmente tenemos que estar todos muy bien para después, últimamente, ser un buen equipo». Respecto a Horta, compatriota y compañero, destacaba la calidad de sus pases y su visión. «Lo conocía antes, a él y a su hermano. A su hermano, sobre todo, que estaba en el Málaga. Es muy bueno, creo que en términos de verticalidad tiene mucho y el pase es de calidad. En el segundo gol es un pase de calidad de Horta y es muy bueno».
La mejoría
En cuanto al aspecto defensivo, Gui subrayaba la mejora del equipo respecto a las primeras jornadas. «Estamos trabajando muy bien en el aspecto defensivo y cada día que pasa vamos a ser mejor porque le estamos poniendo caña, trabajando duro y las porterías a cero van a llegar». Y sobre la producción ofensiva, destacaba la importancia de la segunda línea. «Ahí adelante tenemos jugadores con mucha calidad. A mí, personalmente, Arribas es de otro nivel, pero todos estamos dando mucho nivel ahí y es diferenciado en esta categoría, tenemos a Adri, Nico, Arribas, Talhis, Leo. Todos nos van a ayudar a concluir nuestros objetivos».
La comunicación y la relación con sus compañeros fuera del campo también son esenciales para el rendimiento del equipo. «Me llevo muy bien con Bonini, que ha llegado este año, con Leo, con Nelson, con los portugueses, con los brasileños también o con Selvio o Daijiro, que está a mi lado en el vestuario. Este año estoy más comunicativo, estoy hablando más también, tengo un poco más de confianza con todos». Gui reconocía que esa comunicación fortalece la cohesión. «Ayuda mucho. Yo era un aspecto que tenía que mejorar, que era hablar, porque en el centro de campo tienes que hablar sí o sí y creo que estoy mejorando también».
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