UD Almería

Encontrado el 'problema' del Almería, Garitano ya pone nombres en la pizarra

Pero no todos los futbolistas pueden iniciar este camino de cero. Al menos no desde el mismo punto de partida. Por un lado, dentro de los que comenzarán con una rémora, los que están lesionados. Por otro, los que se encuentran con sus respectivas selecciones nacionales y que no regresarán a Almería hasta la próxima semanas. En los días previos a que el cuadro rojiblanco tenga que viajar a tierras catalanas para medirse al segundo clasificado, un Girona intratable entrenado por Míchel.

Ahí será la primera cita liguera con el cuerpo técnico encabezado por Gaizka Garitano. Un equipo de trabajo que, desde que asumió el cargo de sustituir a Vicente Moreno (con la interinidad de Alberto Lasarte entre ambos), tiene muy definida la teoría de lo que ha fallado hasta el momento. Aunque los números ya le habían 'facilitado' el conocer la teoría. Porque, para ser colista, el listado de cosas que se han hecho mal es bastante amplio. Por mucho que las sensaciones, en las seis primeras jornadas, pudieran ser hasta buenas, pese a que no se ganaba ningún encuentro.

Todo por la gran cantidad de goles encajados, que hacían imposible cualquier buen rendimiento en ataque. «Ha habido cosas que se han hecho bien», decía Garitano en su presentación. Cuando también ponía el argumento de que debían mejorar todo lo demás que, en la época de Vicente Moreno y Alberto Lasarte, el equipo ha dado muestras de una extraordinaria flaqueza. Lo que ha ido minando la moral de un plantel confeccionado, en su más alto porcentaje, para ser dominador de los encuentros y que suceda lo que ellos quieren, sin tener que estar tan a remolque de lo que proponga el rival de turno.

Una fragilidad que les ha llevado a que deban verse contra las cuerdas para intentar sacar lo mejor de cada uno. Porque son el equipo que más tiempo ha estado por debajo en el marcador. Además, el que menos ha tenido el luminoso a su favor en las nueve jornadas disputadas. Ni tan siquiera una hora por delante, de los que 40 minutos fueron ante un Granada al que le sacaban una renta de tres goles, insuficiente hasta para ganar el choque entre los dos equipos que cierran la tabla clasificatoria.

Y para poner la teoría en la práctica, de lo que Gaizka Garitano quiere demostrar sobre el rectángulo de juego, falta saber los nombres propios que el preparador vasco colocará en su pizarra. Los que le dirán, en su pensamiento y en el de su cuerpo técnico, que tienen que estar, de inicio, en Montilivi dentro de nueve días. Cuando, realmente, se inicie su periplo como entrenador de una UDA que ha dado, como si fuera una carrera larga, demasiada ventaja a todos sus rivales para lograr la permanencia en la Liga EA Sports.

Ante el Girona, cierto es, solamente será el primer momento de una carrera, en teoría para Garitano, de 29 'kilómetros'. Que en nada o en poco podrá parecerse a la que más tiempo tenga al final del ejercicio. Porque el técnico no podrá contar con jugadores que, así lo dice la teoría, deben ser importantes en este proceso. No estará Luis Suárez, como tampoco Marc Pubill. Ambos, según las previsiones, no estarán hasta 2024, aunque Mohamed El Assy apuntó que el primero podría estar, incluso, antes de Navidad y, por tanto, jugar algunos minutos en este 2023.

Son dos ejemplos de los que deberán esperar para incorporarse al grupo de trabajo y ver, desde la barrera, lo que sus compañeros hacen a las órdenes del nuevo cuerpo técnico. Saber lo que realmente espera Gaizka Garitano de ellos cuando regresen. Después de que puedan ir escuchando las charlas técnicas y ver todo lo que transcurra en este tiempo.

Periodo en el que se debe ver el gran cambio que se busca para que los marcadores no sean tan negativos y, de paso, sean positivos en el camino para ir acercándose a la zona de permanencia y poder ir escalando posiciones en la tabla clasificatoria. Dependiendo, casi en exclusiva, de que la tabla de goles encajados no siga aumentando a la 'velocidad' que lo ha hecho en las nueve primeras jornadas. Para lo que está haciendo especial incidencia desde el primer momento que se hizo cargo del equipo y entrenó al plantel.

Más trabajo defensivo. Pero no de la línea defensiva o de los dos pivotes. Lo está haciendo para que el bloque sea, precisamente, un bloque. Que no ocurra, como en el Nuevo San Mamés, que la distancia entre los centrales (Chumi y Kaiky) con el delantero centro (Ibrahima Koné) llegó a ser de casi 60 metros. Es lo que quiere corregir. De ahí que, cuando hay una pérdida, en los entrenamientos se le pueda escuchar a Gaizka Garitano incidir en la presión y que no se quede ningún jugador 'descolgado' en ese trabajo. Para que los defensas no se vean en inferioridad y, sobre todo, que los atacantes rivales se acerquen a la zona de peligro sin haber tenido casi ninguna oposición en el camino.

De lo que se vea dependerá en gran medida el bloque que, dentro de una semana, se gane el puesto para estar de inicio en Montilivi. Una clara declaración de intenciones de lo que debe ser el nuevo Almería. El que estará, a su vez, condicionado por si Lucas Robertone y Édgar González se han recuperado de sus sendas lesiones, como así parece, y recobran su titularidad.

Sin olvidar a los tres internacionales que están con sus selecciones. En teoría, César Montes, Dion Lopy e Ibrahima Koné deben ser piezas importantes para el 'nuevo' Almería. Pero llegarán, además de por el cansancio físico acumulado, con pocos días para integrarse en los pensamientos de Gaizka Garitano. Una circunstancia que, por ejemplo, puede aprovechar un jugador como Marciano.