Cuando el cerebro cambia de camiseta

Un encuentro en el que las miradas, además de las habituales (todas) en Sadiq Umar, estarán en los dos encargados de poner el equilibrio y, también, el cerebro en los dos conjuntos. Ambos con pasado vistiendo la camiseta que hoy será rival. Que tuvieron que dejar porque el entrenador de turno prefería otro tipo de jugador para dicha demarcación y que estaba, curiosidades o no, en el oponente esta noche. Los dos siendo hoy titulares.

Íñigo Eguaras y Radosav Petrovic encarnan lo que cada uno de los entrenadores busca para una demarcación tan específica como la de pivote defensivo, con buena salida de balón y que debe ser el equilibrio entre el ataque y la defensa. Cada uno con unas características que entran como 'anillo al dedo' al que hoy es su entrenador y que, por todo lo contrario, no encajaba en el que tenían al comienzo del curso. Lo que no vale para uno sí vale para otro, deben pensar en las dos aficiones. Eso sí, con matices en cada uno de los casos referidos.

Como sucediera la pasada jornada ante el Fuenlabrada, la posición de '4' (numeración de Johan Cruyff) será hoy, en el Almería, para Íñigo Eguaras. El navarro, de esta manera, disputará su segunda titularidad consecutiva, que se repetirá mientras el Almería no fiche a un central y se haga con el puesto y 'mande' de nuevo a César de la Hoz a su 'hábitat natural'. El que ocupa, con muy buenas palabras de Rubi, un Eguaras que no parará de saludar y de recordar desde que entre en La Romareda cuando pasen unos minutos de las 19.00 horas.

Con una gran diferencia a lo que ha hecho durante los cinco años y medio anteriores, dado que si siempre se ha metido en el vestuario local, esta noche será en el del visitante. Con la camiseta del Almería y no portando la de un Real Zaragoza que ha 'controlado' durante media década como líder en el centro del campo. En una época que ha jugado siempre unos metros más adelante y con más llegada al área rival.

Hasta que llegó JIM y vio que, para su estilo, necesitaba otro tipo de jugador para llevar la manija del equipo. Alguien más defensivo y con más cuerpo para ser otro tipo de jugador. Sin importarle que tuviera menos toque, para lo que ya debían estar otro tipo de futbolistas. Así que pidió, el pasado verano, a Radosav Petrovic (o le llegó el serbio desde el Almería). Tras dos años en el Estadio de los Juegos Mediterráneos, el que llegara del Sporting de Lisboa ya se había quedado sin sitio. En su caso porque Rubi quería otro tipo de jugador para dicha demarcación y porque, además, la entidad entendía que su aportación en el terreno de juego no había sido la esperada en las dos campañas precedentes y le abrieron las puertas de par en par para que escogiera alguna de las ofertas que le pudieron llegar.

Y se marchó hasta La Romareda. Así que hoy ejercerá de 'anfitrión' ante los que fueron, en su gran mayoría, sus compañeros el pasado curso y, en menor medida, el anterior. Cuando en ambos casos, se quedó a las puertas de un ascenso que, ahora, sigue buscando el Almería con un estilo de juego similar al que había, aunque con varios matices distintos y con una mayor seguridad defensiva que, antaño, no logró tener el equipo, ni con Petrovic.

Con el 'choque de estilos' frente a frente, el duelo presenta otras muchas circunstancias para ser determinantes. Con un Sadiq que lleva cinco goles en los cuatro últimos partidos; con De la Hoz regresando, tras sanción, para ocupar el puesto 'maldito' de central diestro; con Arnau Puigmal creciendo a pasos agigantados y haciéndose con la titularidad por méritos propios y no por la lesión de Robertone; sin olvidar la opción de dormir líder y esperar, relajados durante el fin de semana, a que la jornada sea muy propicia para sus intereses.

Delante, un Real Zaragoza que sigue inmerso en la venta del club y que, tras las dos victorias seguidas, hoy puede 'apuntarse' a los candidatos a la sexta plaza o poder mirar ya a la próxima campaña por la diferencia con los extremos de la Liga SmartBank. La que aspira liderar un Almería con 'cerebro' recién estrenado y que se conoce el escenario de hoy como su casa.