Bochornosa primera parte del Almería en Girona

Y lo que demuestra es que el Almería sigue ampliando la cuenta. Un partido en Segunda, el último del pasado curso; uno en Copa, el único, y ya once partidos en Primera en los que Almería no consigue dar al 'traste' con la 'no victoria' rojiblanca lejos del Power Horse Stadium como si confirmara, tal y como nos ocurre a muchos, con la 'manta y la estufa' del rincón de tu casa no se está en ningún sitio. El Almería lleva todo ese tiempo con las coordenadas de la victoria 'dando vueltas' y el mensaje de 'Siri' o 'Alexa' indicando que esa no era la dirección correcta y eso de no encontrar el destino de los tres puntos se prolonga una semana más o dos o tres porque los dos próximos retos serán en casa. Y el camino por el que transcurre la ruta puede que no fuese equivocado, aquello de ser valiente y esas cosas, pero llegar al destino se consigue sin equivocarse en las rotondas como tantas otras veces ha pasado. Ayer ni valentía ni 'narices'. GPS roto y coche sin batería.

No escondió sus armas el Almería que pisó área del Girona, que no logró pasar de mediocampo en los primeros minutos, ante la presión con la que jugó el equipo indálico, muy alta, para incomodar las intenciones de los de Míchel. Justo en el minuto 5, la escapada de Taty Castellanos fue el primer aviso del equipo gironins al terreno rojiblanco, aunque el disparo final no encontró portería. Sí lo encontró, con idéntico protagonista, en el minuto 7. Fue como consecuencia de un centro desde la derecha de Arnau Martínez al segundo palo que remató placenteramente Taty Castellanos, tras error indálico al tirar el fuera de juego.

El partido fue a tumba abierta, con dos equipos que no especulan con su juego y con rachas de control de balón, sin juego en el centro del campo y llegadas de ambos equipos, si bien era el cuadro gerundense el que llevaba la voz cantante a la hora de atacar, con el conjunto indálico teniendo problemas para defender los balones en diagonal y generando pérdidas de las que trató de sacar provecho el conjunto de Montilivi. De hecho, en el 24, hubo otro error por la misma banda, con un balón de Tsyhankov colgado al segundo palo que remató dentro Taty Castellanos. Revisada por el VAR el extremo gerundense estaba en fuera de juego.

Pero sí se veía una predisposición diferente en las formas. El Girona, siendo peligrosos por los costados, necesitaba poco para llegar –lo hacía en dos o tres pases– y el Almería, sin seguridad ni contundencia, necesitaba tocar mucho balón para llegar al área rival, sin conseguirlo. De hecho, la última llegada clara de los indálicos se produjo en el minuto 5. El Girona fue, sin embargo, letal, aprovechando los espacios que 'amablemente' le ofrecía el cuadro almeriense. En el 35, un buen balón para Rodrigo Riquelme puso el pase atrás para que Victor Tsyhankov la enchufara al fondo de las mallas.

El Almería estaba roto porque ni siquiera fue capaz de llevar el balón ni siquiera a la zona de medios tras sacar de centro. Un balón perdido por Houboulang Mendes, en el 36, y recuperado por Aleix García acabó con un servicio para Rodrígo Riquelme que no encontró obstáculos para poner el 4-0 en el marcador y dormir a un equipo rojiblanco sin capacidad no solo de reaccionar, sino de 'taparse un poco'. Tsyhankov pudo hacer el cuarto antes de que lo hiciera Javi Hernández. Porque el ucraniano no fue capaz de rematar un buen centro desde la izquierda. Sin embargo, el lateral izquierdo se valió de una acción coral, en el 42, para meter más aún el dedo en la llaga. Fue un pase de Taty Castellanos ante un desmarque de ruptura de Victor Tsyhankov que la dejó de tacón para que el lateral zurdo gironins batiera, de un gran disparo, a Fernando.

Rubi entró al vestuario para mover el árbol y salió, puede que por primera vez en la historia en un partido de competición oficial, con cuatro caras nuevas, pero sin tiempo para asentarse sobre el terreno de juego, jugando ya con tres centrales –entró Chumi, para acompañar a Ely y Babic–, Taty Castellanos estuvo cerca de hacer el quinto, si bien la intervención de Fernando Martínez evitó más bochorno todavía.

Cambió un poco el Almería –no era difícil–, con Luis Suárez siendo, como en la primera parte, el que más lo intentó, pero al Almería le siguió costando mucho encontrar espacios. Así, en el 60, buscó portería con un disparo que blocó bien Gazzaniga. Era otro Almería que, en el 66, una gran acción de Lucas Robertone por la izquierda acabó en un pase atrás que enganchó muy bien Largie Ramazani para poner el 4-1 y empezar a aparecer ante un Girona más dubitativo.

De hecho, el Almería volvió a aparecer, en el 68, en una acción de Arnau Puigmal que Gazzaniga anticipó para, mandando el balón a córner, evitar el segundo del cuadro de Rubi. Pero no era el día. En otra acción en la que se muestran los estados –el Almería perdido y el Girona con la flor– un balón de Toni Villa al segundo palo lo cazó Iván Martín –diez segundos en el campo– para, ganándole la partida a Akieme –que ni le encimó–, por el quinto.

Y, puede que, por aquello de ser la semana de 'San Valentín', había que seguir regalando cosas. En el 78, otra buena acción de Toni Villa por la izquierda, atacando la endeblez por ese carril en particular y en defensa en general, acabó con centro para Iván Martín que se la dejó a Stuani para que firmara la media docena.

El Almería, que había intentado hacerlo bien en la segunda parte, se encontró con un Girona que 'quiso agradecer' la endeblez para dejar espacios y El Bilal Touré, que se marchó de Gazzaniga para superarle en la salida y definir.

Ya no hubo más aproximaciones de ninguno de los dos equipos, que si hubiesen llegado lo mismo la defensa de verbena exhibida hubiese dado para algún gol más, pero ya era suficiente la herida de un equipo rojiblanco que apareció tarde, muy tarde, para firmar un partido bochornoso del que es imposible sacar una lectura positiva porque no la hay por mucho que se escarbe.