El Barça lucha por ser segundo

Xavi Hernández, confirmado por él mismo en su cargo, no ha dado con la tecla, en toda la temporada, para que su Barça funcione de forma continuada. Esa autoexigencia del ADN Barça es una losa imposible de levantar. Ganar y jugar bonito, muy bonito, es la exigencia que asfixia a un equipo que, pese a tener una plantilla descomunal, siempre está sometida a la comparación con los maravillosos años de Messi, Iniesta y el propio Xavi. Y no hay manera de soportar esa constante mirada al pasado. El FCB está devorando canteranos a una velocidad abrumadora en busca del nuevo Messi. Ahora, con Lamine Yamal, estamos ante el enésimo canterano de altísima calidad al que se le somete a una presión extrema. De momento responde bien el joven talento. Frente al Almería se le espera para resolver un partido incómodo ante un rival muy inferior, pero que no tiene ninguna presión.

Esquema táctico

La forma de jugar del Barça es de sobra conocida. Toque y ataque, con presión alta y mucha llegada por las bandas. Lo de siempre, aunque, obviamente, con matices. El FC Barcelona es de esos equipos que, gracias a la excelente calidad de su plantilla, tiene una riqueza táctica impresionante. Esta temporada ha habido algún partido en el que Xavi ha cambiado hasta cuatro veces de sistema para encontrar acomodo a las circunstancias del momento. Y es que, pese a tener múltiples soluciones, tanto cambio sólo refleja que no ha terminado de encontrar un modelo definitivo. En cualquier caso, el dibujo más habitual del FCB es el agresivo 1-4-3-3, manifiestamente ofensivo y con el objetivo de entrar en área rival de forma constante, tanto a base de pases cortos abriendo líneas por el centro como por los costados, aprovechando la habilidad, velocidad y precisión de sus hombres de banda y el altísimo nivel goleador de su delantero polaco, Lewandowski que, pese a llevar una campaña muy irregular, sigue siendo un referente. Pero es el joven hispano-marroquí Lamine Yamal el que se lleva todas las miradas en un Barça que se encomienda a él para abrir defensas con su habilidad y velocidad.

A pesar de buscar tener siempre tres hombres cerca del área rival, ese sistema 1-4-3-3 tiene variables constantes. Bien Xavi coloca a dos extremos puros abriendo el campo y generando muchos espacios, bien sitúa sólo a uno de ellos para colocar en el otro extremo a un interior del tipo Gavi (lesionado de larga duración) o Gündogan dejando la labor ofensiva propia del extremo puro a los laterales de largo recorrido. Con ello se mantiene el poder de las bandas, pero acumulan más hombres en la zona ancha para jugar en pase corto que tanto gusta en Can Barça.

La mayor diferencia de este Barça respecto del que ganó, con solvencia, la pasada Liga, es la solidez defensiva. El pasado ejercicio el cuadro catalán estuvo soberbio en defensa colocando un muro en la portería de Ter Stegen imposible de superar. Esta campaña, por el motivo que sea, ese muro ha caído. Y eso, unido a lesiones importantes como la de Gavi o Pedri, han reducido el nivel de éxito de los blaugranas. Además, la incorporación de Vitor Roque ha sido fallida debido, seguramente, a las prisas que hay en Can Barça por volver a la senda del triunfo y del juego bonito.

El FCB no se puede permitir un tropiezo en Almería. Sin títulos esta temporada, todo pasa por arrebatar la segunda posición al Girona y eso exige no fallar en la plaza más fácil de Primera División donde todos los que la han visitado se han llevado puntos. Y el Barça cuenta con los tres.