El Atlético viene a por los tres puntos

Aquello es historia reciente. Demasiado reciente como para que algo sustancial haya cambiado en los colchoneros, más allá de algunas altas y bajas en el mercado invernal, hasta la fecha irrelevantes, aunque una de ellas muy ruidosa, como fue el traslado de Paulista del Valencia al Metropolitano.

El Atlético, pues, sigue siendo el mismo, con las mismas prestaciones y objetivos. El Cholo Simeone llegó al Atlético de Madrid en diciembre de 2011. Su figura es más importante que la de cualquier jugador y sólo él le da un carácter exclusivo al juego del Atlético que, con algunas variantes, mantiene su personalidad y sus valores propios desde hace más de una década. El argentino siempre ha tenido que escuchar que el juego de su equipo es muy defensivo, aunque los números, tal vez no los de la posesión, dicen todo lo contrario. Lo que ocurre es que la actuación coral en defensa, la intensidad en la presión y los apoyos solidarios de todos, más allá del rango de estrella de alguno de ellos, es algo que Simeone no negocia y que nadie le discute. El Atlético es, por encima de todo, un equipo muy trabajado durante la semana y que trabaja a destajo en cada partido. No es, precisamente, el rival más cómodo toda vez que a la calidad indiscutible de sus futbolistas de altísimo nivel se une el trabajo constante y esforzado más propio de equipos de perfil más bajo.

Esquema táctico

A pesar de algún cambio táctico ciertamente ocurrente en el último partido de Champions, con Llorente en punta, lo cierto es que Simeone es un tipo fiel a sus ideas y poco extravagante. El esquema que más utiliza el técnico argentino es una especie de híbrido entre un 1-5-3-2 y un 1-3-5-2, según los laterales caigan más hacia abajo o se incrusten en la zona medular. Sea como fuere, los costados, concretamente los laterales, son elementos esenciales y diferenciales en este equipo. Véase el caso de Lino y su enorme influencia desde su banda al jugar a pie cambiado en busca de alimentar, con rosca hacia adentro, a los delanteros.

Son, ante todo, muy intensos. Y es que los colchoneros, a pesar de no tener obsesión por la pelota y por la posesión, son un equipo absolutamente vertical y ofensivo, aunque el sello que les acompaña es de ser defensivos por encima de todo.

Los costados son muy importantes. Los laterales no se hunden atrás del todo en la defensa de cinco, sino que apoyan a los tres centrales para cerrar espacios y ganar superioridades en ataque. El nivel de desgaste físico de estos es extraordinario siendo auténticos atletas.

Con dos delanteros puros y mucha movilidad ofensiva, la figura de Koke es determinante para el buen funcionamiento del equipo. Lo juega todo y lo hace bien. Es el 'pegamento' que utiliza Simeone para que su equipo no se rompa. El sólo hace una labor ingente de esfuerzo, sacrificio y sentido del juego para mantener el orden cuando los laterales suben, algún mediocentro entra en el área para abrir espacios y los delanteros alteran sus posiciones. Ese detalle, el de la llegada de algún mediocentro o de algún lateral al área para colocarse en el segundo palo en los centros laterales con la idea de abrir espacios a los delanteros, es un arma muy usada por los atléticos.

En Liga el Atlético viene de golear a Las Palmas (5-0). En Champions, su partido más reciente, cayó con el subcampeón de Europa, el Inter de Milán (1-). Y, además, su objetivo de ganar la Copa del Rey sigue intacto pese a la derrota frente al Athletic Club de Bilbao (0-1). Ese Atlético de Madrid que visitará el Power Horse Stadium sabiendo que no puede ser el primero en perder con un equipo claramente inferior, pero conocedor de que ante los grandes la UDA crece y genera apuros que pueden confirmar los siete primeros clasificados.