De un ascenso frustrado con el Almería B al deseado con la UDA
Jero Lario trabaja con el primer equipo rojiblanco con la intención de «arrimar el hombro para el ascenso a Primera»
A veces sucede que cuando una puerta se cierra, otra se abre; pero nos quedamos tanto tiempo frustrados mirando a la puerta cerrada, que no ... vemos cuando la otra se abrió. A Jero Lario y al Almería B la situación provocada en el fútbol no profesional por el coronavirus la puerta del ascenso a Segunda B se le cerró en la cara. El filial, que había tenido una reacción que le permitió, mediada la temporada, soñar con jugar el playoff de ascenso, vio cortada su progresión por la decisión de la Real Federación Española de Fútbol de suspender las competiciones y dar validez a las clasificaciones hasta la última jornada disputada. Se acabó la posibilidad para los de Nandinho, pero ese mal sabor de boca se podría tornar en dulce para Jero Lario, Fran Callejón, Dani Albiar y Rubén Enri, que trabajan con el primer equipo para buscar el ascenso a Primera División.
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Son palabras mayores. Puede que por índice de 'participantes', jugar lo tengan complicado, pero «hace uno o dos meses, sería inimaginable estar en este grupo», expuso Jero Lario, en UDA Radio. El cancerbero lorquino ha defendido la portería del filial a un gran nivel y presentado su propuesta para estar en el primer equipo a base de soberbias actuaciones. Cuarto portero menos goleado del grupo, mantuvo su portería a cero en nueve partidos y el mal sabor de boca por no jugar el playoff, motivo por el que «la verdad que estamos jodidos porque ahora mismo nos encontrábamos un calendario bastante asequible», se 'colorea' de esperanza ante otra posibilidad, la de «cambiar el objetivo y arrimar el hombro para que podamos subir a Primera».
El proceso
Jero Lario cumple su segunda temporada en la UD Almería. El jugador lorquino (7-2-1995) llegó al conjunto rojiblanco para defender la portería del filial en Segunda División B, tras desvincularse del Celta B. Con el conjunto rojiblanco disputó 14 partidos, completos todos. Sin embargo, y pese a sus buenas actuaciones, no se pudo lograr la permanencia. En Tercera, esta temporada, ha obtenido actuaciones de mérito que han permitido soñar con algo al final irrealizable para su equipo, pero no para su club, porque de no poder luchar por ascender a Segunda B sí que puede hacerlo por llegar a Primera.
Las palabras de José María Gutiérrez y esa seguridad con la que habló sobre la participación de los jugadores del filial en los once partidos que quedan en Segunda A supuso para él un subidón. «Es una responsabilidad y te motiva a la hora de entrenar y afrontar los entrenamientos. Yo, desde el primer momento, he sentido buenas sensaciones y, aunque sé que es difícil, hay que estar siempre preparado por si llega la oportunidad».
Como queda dicho, será cambiar un objetivo frustrado por otro. «Por un lado estamos fastidiados por no poder jugar esos partidos que nos hubieran hecho seguro llegar al playoff y ahora cambiar el objetivo y arrimar el hombro para que podamos subir a Primera».
Por lo primero dijo estar fastidiado. «Todos estamos fastidiados, jodidos, porque ahora mismo nos encontrábamos un calendario bastante asequible. La primera parte de la temporada hemos jugado con los equipos de arriba y estábamos a tres puntos del cuarto y del tercero y a cuatro del segundo. Enfocábamos este último tramo de temporada con mucha ilusión y con las garantías de que nos hubiésemos metido en playoff».
Por la mente se le pasa estos días la posibilidad de buscar el ascenso a Primera División con la UD Almería. «Es un objetivo precioso que hace un mes o dos sería inimaginable estar en este grupo, pero ahora, ya te digo, con mucha responsabilidad e ilusión de poder ver el objetivo».
Para debutar con el primer equipo no pone pegas. «¿El Málaga, que es el último partido celebrando el ascenso? Estaría bien. La verdad que no estoy para elegir, pero si tengo que elegir me gustaría hacerlo en el Estadio de los Juegos Mediterráneos. No voy a decir equipo pero me da igual».
Vida nueva
Lo cierto es que por la pandemia que ha paralizado el mundo, el fútbol en la actualidad es algo diferente. «No es habitual esto, pero los porteros tenemos la suerte de trabajar con un entrenador de porteros y, quieras o no, se asemeja mucho al trabajo que nosotros hacemos habitualmente. Realizamos todo lo que conlleva nuestro trabajo específico y nos falta solamente el tema del grupo. Es otra historia», reconoció el meta.
Ese trabajo diario sí que es diferente por la motivación. Cuando lo ha hecho con sus compañeros de demarcación, está claro que es más fácil motivarse por comparar con Fernando o Antonio Sivera. «Nosotros, cuando trabajamos los tres juntos, ves que Fernando o Antonio la paran y hay competencia. Eso te hace mejorar».
Lo cierto es que hasta la vida para ir al Estadio de los Juegos Mediterráneos ha supuesto un cambio. «Nosotros de casa ya salimos vestidos, llegamos al Estadio, nos toman la temperatura, tenemos nuestro lugar de aparcamiento habilitado, nuestra silla correspondiente para cambiarnos de botas y guardando la distancia de seguridad. Al final del entrenamiento dejamos la ropa del anterior entrenamiento en un cubo y nos ponen otra ropa nueva».
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