El Almería vuelve a lo alto a base de mucho trabajo

El Almería se volvió o, para ser más justos, la Real B lo convirtió en un equipo previsible, sin llegada o sin acierto en el último pase para hacer crecer la hierba de la duda sobre el todavía 'temprano' césped del Estadio de los Juegos Mediterráneos. Es más, ni tuvo ni encontró espacios. Estos los achicaba todos una Real B que, con su fútbol, daba avisos continuos. Los cambios y el trabajo de los que todavía no son pero quieren ser apareció para cambiar las cosas. Fue fruto de un robo de Akieme que cambió el partido. Para ser exactos, lo cambió Sadiq con el segundo, tras una jugada con la colaboración de Villar y Appiah. Con el Sanse peleando por las tablas, Sadiq puso la magia de nuevo a un buen servicio, de nuevo, de Juan Villar. El nigeriano asistió a Alejandro Pozo que terminó matando el partido. Luego, cuando la Real se 'desangraba', quiso morir matando y Sadiq, otra vez, intervino para que nadie de casa sufriera. Lo cierto es que lo que con mucho trabajo se adquiere, más se quiere.

Ambos equipos buscaron incomodar a su contrincante con una presión alta, la Real Sociedad B lo hacía con sus dos hombres de arriba. Sin embargo, no era 'fino' en la circulación de balón. El Almería, con calidad, aprovechó la primera que tuvo. Fue en un balón en largo que llegó al área txuri urdin, en el minuto 3. El balón le cayó a José Carlos Lazo que lo filtró para Sadiq Umar. El nigeriano 'bailó' con su marca buscando el espacio para el remate, pero no lo encontró y sí halló a Lazo que golpeó perfecto para adelantar a la UDA.

Los de Xabi Alonso intentaron salir con el balón desde atrás y el Almería, con presión medio-alta, perjudicó la circulación para robar y aumentar las diferencias. En una pérdida, en el 11, Ander Martín estuvo a punto de contactar con Jon Magunazelaia que no llegó por poco. El Almería encontró el balón, pero no la profundidad.

El Sanse trabajó siendo fiel a su estilo, el Almería estuvo en sus manos, sin capacidad para encontrar cómo crear peligro. El cuadro txuri urdin, atento al robo, pudo meter más miedo en una acción en largo buscando a Ander Martín, que 'superó' a un Fernando que salió tarde y, cuando el donostiarra se disponía a disparar, apareció Juanjo Nieto para evitar el disparo.

El partido entró en fase plana, con casi todo el juego desarrollándose en el centro del campo. Sí es cierto que la Real Sociedad B tuvo menos conexión que el Almería, al que le faltó precisión en el pase final para haberse puesto por delante. Se quedó el balón en la transición entre el pasador y el rematador, cuando la UD Almería vivía más cerca del área del Sanse que el equipo donostiarra de la de los indálicos.

Curro y Sadiq no tuvieron suerte en los diez últimos minutos sin conseguir molestar a un equipo donostiarra muy seguro atrás, renunciando a llegar al área de Fernando con la claridad con la que lo habían hecho antes. A los rojiblancos, tras el robo, les faltó capacidad de decidir con claridad antes del descanso.

En el inicio de la segunda parte, el encuentro se movió con espesuras, pero más en poder de la Real Sociedad B que de la UD Almería. Los donostiarras, metidos atrás con dos líneas de cuatro, no sufrieron, pero sí hicieron sufrir porque, en el 56, tras aproximaciones a balón parado de la UDA sin capacidad para interpretarlas, una mala gestión en la salida de balón estuvo a punto de costar caro porque Djouahra buscó que Fernando estaba fuera del área para marcar desde casi el centro del campo. Por fortuna, se fue al lateral de la red.

El Almería no tuvo fluidez en su juego, pero sí encontró cómo hacer daño, en el minuto 60, con una buena acción por la izquierda de Francisco Portillo al segundo palo que le cayó 'como del cielo' a Sadiq Umar que, en solitario, ante Gaizka Ayesa, incomprensiblemente mandó el balón al mismo cielo del que había caído.

El Sanse no dejó de empujar, de tener el partido en sus manos, de hacer cosas ante un Almería espeso y 'perjudicado' por las circunstancias porque Rubi tuvo que retirar lesionados a Samú Costa y Babic y hacer un cambio para modificar la situación con el ingreso de Arvin Appiah en lugar de un Francisco Portillo sin fortuna. No había tocado el británico ni un balón. El primero fue para asistir a Sadiq, en el 74. Antes, la acción fue consecuencia de un robo de Sergio Akieme que se la puso a Juan Villar y este para Appiah que se la puso a Sadiq que, esta vez sí, acertó a batir a un gran Ayesa.

El cuadro donostiarra no se salió del partido. Insistió e insistió por maquillar una derrota que era dura de digerir y buscó las tablas. Sin embargo, en el 87, Sadiq dio su segunda asistencia cuando lo parecía tener todo a favor para conseguir el segundo tanto en su cuenta particular. El balón nació en los pies de Arnau Puigmal que se la puso a Juan Villar y este a Sadiq. El nigeriano se paró ante Ayesa y en lugar de mirar a portería vio a Alejando Pozo cómo entraba por la derecha y le puso el balón perfecto para que el sevillano matara el partido.

La diferencia, con el 3-1 final, era demasiado amplia para lo que ambos entregaron sobre el terreno de juego. El Sanse siguió teniendo balón y buscando más brillo a su partido, aunque sin puntos. Así, en el 96, el cuadro donostiarra pudo marcar por medio de Javier Martón de cabeza a la salida de un córner lanzado por Jon Karrikaburu, pero Sadiq salvó en la misma línea de gol, demostrando que el nigeriano sirve para 'un roto y para un descosido'. Un gol marcado, otro evitado y dos asistencias en el partido con el que la UDA vuelve a ocupar un liderato a base de protagonizar un partido de 'pico y pala'.

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