El lío con la Supercopa en Arabia Saudí que se traen entre manos el presidente de la Federación Española de Fútbol quien, pese a ser ... calvo, se llama Rubiales (que en mi época era como se decía a los tipos rubios guapetones) y el central del Barça, Piqué, que de tanto escuchar que es el más inteligente de los futbolistas patrios está cayendo en errores propios de gente menos dotada, está dejando a la vista los intereses que existen para que vayan unos equipos y no otros al torneo hispano con sede temporal en el país asiático. En todo caso, nada que no pudiéramos imaginar, aunque ahora esos pensamientos se han convertido en sonidos y con ellos, llegó el escándalo.
No es que el tema tenga, a priori, mucho interés para una columna de consumo local como esta, pero por aquello de que me estoy dejando llevar últimamente por un manifiesto chovinismo provincial situando a Almería en el centro del mapamundi, simplemente porque de más allá de nuestras fronteras sólo llegan malas noticias, cada día peores, y estoy en ese momentazo de buscar únicamente alegrías cantando, bufanda al aire, las primeras estrofas del himno rojiblanco que, por cierto, son las únicas que se pueden entonar sin caer en la asfixia inexorable, pues resulta que me he interesado por este tema por sus ramificaciones almerienses.
Y es que, cuando se habla del fútbol español en Arabia Saudí, a mí que me perdonen, peo la UD Almería ocupa un lugar casi sagrado. Total, que puestos a favorecer a los equipos que más quieren en el país que paga la Supercopa, además del Real Madrid y del Barça, deberíamos contar con el Turki F.C. ('aka' UD Almería) Dicho esto, el 'calvo Rubiales', además vecino de Motril desde bien pequeñito (el acento le delata) debería pensar que la UDA es una golosina para la Supercopa y sus comisiones millonarias y por ello, invitarla año tras año, junto a Madrid y Barça, para disputar el trofeo. La cuarta plaza, la de la comisión pequeñita, que la peleen honradamente el resto de clubes de España. Pero los tres grandes en Arabia -RM, FCB y UDA- por derecho natural, diría que divino, no pueden faltar.
Sinceramente, el tema hay que tratarlo con cierta dosis de cachondeo, porque de cinismo ya va sobrado.
El caso es que, después de la caída de las Torres Gemelas, de la crisis de 2008, de la pandemia, del volcán, de la guerra de Ucrania y del Girona en playoff, parece que la nueva desgracia que nos tendrá entretenidos desviando la atención de otros problemas más mundanos son los audios del dúo Rubi-Geri, como cariñosamente se llaman los beneficiarios del pastel. El tema es, desde la adquisición y revelación de las escuchas hasta el contenido de las mismas, una vergüenza más que digerimos a estas alturas con absoluta naturalidad. Al final, en este mundo de tanto relativismo sólo cuenta mirarse al ombligo. Pues, mira por dónde, a mí sólo me vale que metan a la UD Almería en la Supercopa, como participante fijo, mientras Turki nos apadrine. Desde luego, visto el panorama nacional, sería el menor de los escándalos.
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