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El destino es así de caprichoso y el fútbol tiene este tipo de dualidades. En este duelo decisivo, el Almería busca sumar un triunfo que le abra la puerta a la lucha por el ascenso a la máxima categoría, objetivo enquistado por la divagación que arrojan los inciertos resultados, generalmente sólido en casa y cicatero a domicilio –ha logrado fuera la pírrica cifra de un punto en seis partidos–, mientras el Cartagena se enfrenta a una realidad ineludible: una derrota lo condena matemáticamente a Primera RFEF, si es que no salta al campo con la sentencia ya leída por el anticipo de victorias de rivales directos en esa pelea.
La UD Almería llega con la convicción de que cada victoria suma en un largo camino hacia la cima, aun cuando aún le queden siete jornadas más para concretar su sueño de ascender a la categoría perdida el curso pasado. No se trata de llegar de golpe, sino de abrir la brecha que, a fuerza de esfuerzo, les permita encaminarse hacia el objetivo.
Para el Cartagena, la situación es otra. La urgencia es tal que cada minuto en el campo cuenta, pues un fallo en este encuentro significa ver sellado su descenso, sin margen para redención, incluso si los rivales directos ganan podría ser matemático antes de saltar a jugar dicho compromiso. De este modo, mientras uno intenta abrirse paso hacia la permanencia en la lucha ascensional, el otro lucha por no arrastrar consigo la pesadilla del descenso.
Otra vez
Resurgir es una obligación perpetua para quien no consigue sus logros. En esta categoría, como en todas, vencer es una obligación perenne. No hay día que no se intente porque es una exigencia del guion, sea cual sea el objetivo perseguido. La UDA llega a la cita con el cartel de 'otra vez'. Le pasó después de perder en Albacete, tras Visitar Riazor, El Molinón, El Plantío o el Nuevo Los Cármenes. Lo cierto es que no siempre logró restañar heridas reprochables. Un refrán muy español avisa, a modo de recordatorio, que agua pasada no mueve molino y, en fútbol, los puntos perdidos no vuelven a jugarse, sus suspensos no permiten subir nota en septiembre.
La árbitra por JOSÉ GABRIEL GUTIÉRREZ
Huerta de Aza: El CTA ha designado para dirigir el partido a la colegiada Marta Huerta de Aza, natural de Palencia, que el pasado día 31 de marzo cumplió 35 años de edad y es la primera árbitra que milita en la LFP. Está adscrita al colegio canario, ya que desde hace años reside en Tenerife y, tras sus inicios en casi todas las categorías del fútbol femenino con 150 partidos arbitrados, tomó otro rumbo a su trayectoria.
El 'salto' a la LFP: Su trayectoria, ya en el fútbol masculino, antes de lograr el ascenso a Segunda División, deparó dos temporadas de militancia en Primera RFEF en las que arbitro 31 partidos correspondientes a la fase regular del campeonato de Liga. Dijo adiós a la categoría dirigiendo el encuentro del playoff de ascenso jugado entre FC Barcelona Atlètic y UD Ibiza (5-3), en el que mostró once tarjetas amarillas.
Segundo a la UDA: El de hoy no es el primer partido que le pita a UD Almería y FC Cartagena esta temporada, que es la de su debut en Segunda División. A los rojiblancos es el segundo, tras hacerlo en campo del Real Oviedo, con derrota (3-2) y dos expulsiones de jugadores de la UDA. A los albinegros será el cuarto tras tres derrotas, fuera en campo del Burgos CF (3-1) y en casa contra el Real Oviedo (0-1) y la SD Eibar (0-2).
Con Camacho Fernández en el VAR: Su principal asistente, desde la Sala VAR para el partido de hoy, es el colegiado valenciano Iván Caparrós Hernández. Es el decimoquinto partido de Huerta de Haza en lo que va de esta Liga, tras siete victorias locales, cuatro visitantes y tres empates. En el apartado disciplinario, lleva la media de 5,78 tarjetas amarillas, mostrado cuatro rojas y señalado en cuatro jugadas el punto de penalti.
Sin pesar, aunque pueda doler la victoria en 'carne ajena' por el mal trago con compañeros de profesión, el Almería puede pensar que está en un cruce de caminos, pero con el GPS anunciando cuál es la vía perfecta. Ésta es ganar sin distinción del nombre del rival, tan peligroso como si fuera el líder porque se juega el ser o no ser –puede que ni eso– y se agarrará a un clavo ardiendo para darle sentido a los próximos siete partidos.
Todos
Desde Luis Maximiano, Fernando o Bruno Iribarne hasta Luis Suárez, Marezi o Leo Baptistao, todos juegan. La semana ha ido dando vueltas alrededor de un objetivo de peso que seguramente pasará por hacer cosas que no salieron en Granada porque, aunque el nivel del Cartagena no sea como el del equipo nazarí, juega con 'armas' diferentes y morderá por no despedirse de Segunda o irse con la cabeza bien alta a costa de lo que sea.
El Almería sí quiere despedirse de Segunda y hoy posiblemente deba ser el de la buena imagen, aunque el cambio no debe ser cuestión de un día, sí de retoques puntuales. Lo mismo hay diferencias con respecto al once de Granada, con hasta cinco jugadores apercibidos de suspensión. Radovanovic, con un día ausente del grupo, regresó ya a los entrenamientos y formaría pareja de centrales con Édgar. Los dos costados tienen claro que los ocuparían Marc Pubill y la opción de un Álex Centelles que no juega desde el parón de selecciones y Bruno Langa, que ha jugado 5 partidos de inicio en menos de un mes, entre sus compromisos con la selección mozambiqueña y la entidad indálica.
La clave
El centro del campo es el eje del fútbol moderno porque controla el ritmo, equilibra al equipo y marca la diferencia entre dominar o sobrevivir. Quien lo gana, suele mandar. Y eso lo sabe una UDA que ha visto dañada esa línea en muchas fases de la actual temporada y aún sigue padeciendo por esos desajustes que aparecen con asiduidad. Dos de los tres que juegan habitualmente están apercibidos, pero los tres están llamados a aparecer en el once. De todas formas, con Gui Guedes recuperado, no hay que olvidar que respondió con cierto nivel cuando fue requerido hasta que cayó lesionado frente al Málaga en La Rosaleda.
Más cerca en el tiempo queda el duelo de Granada de la pasada semana para advertir de que Luis Javier Suárez será la referencia, con Nico Melamed, Arnau Puigmal, Leo Baptistao y Sergio Arribas peleando por dos plazas. Los cuatro estuvieron en el campo durante el partido en el Nuevo Los Cármenes, aunque no coincidieron juntos porque los dos exespañolistas se fueron sustituidos por Lázaro Vinicius y precisamente Arribas, mientras Arnau entró en lugar de Melero.
Alcorcón en el recuerdo
El Almería de Rubi ya vivió en su anterior intento por subir a Primera lo de sufrir para ganar a un descendido. De hecho, el ascenso matemático no llegó antes porque el empate firmado en casa frente al Alcorcón impidió el carácter festivo que se le había dado a aquel partido ante los del almeriense Fran Fernández.
Por aquello de que no te alabes hasta que no acabes, la UDA no venderá la piel del oso hasta no cazarlo. Tampoco está para tirar cohetes por esa irregularidad manifiesta que atenaza las opciones de ascenso.
Enfrente un Cartagena desahuciado que ha sumado sólo cuatro puntos de los últimos 48 disputados, pero que de vez en cuando manda avisos porque de las cuatro victorias dos son con Racing de Santander, en El Sardinero, o Huesca, en casa.
No será un partido fácil para los rojiblancos porque sean quiénes sean los que defiendan los colores del Cartagena seguramente todos querrán seguir en Segunda y este partido es el escaparate perfecto. Con Guillermo Fernández Romo, el equipo está a la deriva, ha perdido jugadores y no logra victorias. De los que quedan e implicados no faltará ninguno. Luego están las circunstancias. A la hora del partido puede que todo esté hecho sobre todo para uno de los dos.
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