La UD Almería quiere gritar 'PAM-PLO-NA' con la boca llena ganando a Osasuna
El equipo indálico piensa en la victoria por justicia ante un rival venido a menos, pero que quiere convertir en un fortín El Sadar, donde ha ganado dos de los nueve partidos disputados
Vuelve el fútbol, vuelve el Almería a la Liga y lo hace con la obligación de ser un equipo distinto. Los rojiblancos viajan a un ... lugar inhóspito, donde resulta difícil ganar, pero donde en condiciones 'parecidas' ya ganó en 2013. Es verdad que aquel Almería que dirigía el almeriense Francisco llegaba a El Sadar, en horas bajas y dirigido por Javi Gracia, con dos triunfos –los dos primeros de la temporada tras ganar en Valencia y al Real Valladolid en casa–, pero con la necesidad de ganar. Ahora la hay aún más con la intención de decir, alto y claro, PAM-PLO-NA y que el grito se escuche en el planeta fútbol porque de no hacerlo estará en entredicho la ansiada permanencia.
Gaizka Garitano recupera efectivos, aunque seguramente sin el ritmo de competición que se precisa para visitar a un rival que lo mismo no ofrece buen fútbol, pero que no tiene rivales por encima a la hora de competir. El Almería sabe que El Sadar es tierra hostil y difícil lugar para tratar de buscar lo que no se ha podido conseguir en los 18 partidos disputados hasta ahora. Pero de los 'cobardes' no se ha escrito nada bueno nunca. El fútbol, además, es un deporte cada vez más 'sujeto' a la confirmación de la diferencia que dicta la clasificación, pero sujeto a sorpresas que suelen aparecer de vez en cuando. En esta temporada no ha habido ni una sorpresa, ni siquiera la victoria del Girona frente al Barça, porque, atendiendo a los modos, no resulta extraño el 'sopapo' que el equipo de Míchel consiguió en Montjuic. Y del Lluis Company el Almería debe haber sacado lecciones, puede que la que más debe ayudar a reaccionar es el 'intolerable' cántico de un sector de la afición del Barça dirigido a los rojiblancos de «¡a Segunda!», como si el propio equipo azulgrana no tuviese cosas que 'esconder'.
El árbitro por JOSÉ GABRIEL GUTIÉRREZ
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Soto Grado: Dirige el partido César Soto Grado, adscrito al colegio riojano, aunque nacido en Candeleda (Ávila). Tiene 43 años de edad, es profesor de Educación Física y lleva seis temporadas en la LFP. En su trayectoria, tras una en Segunda División, ascendió a la categoría de Primera y, en su segunda temporada en la misma, logró la condición de internacional FIFA, que ostenta desde enero del año 2022.
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93º en Primera: Debutó en Primera en el campeonato de Liga 2019/20, arbitrando el encuentro entre Dvo. Alavés y Levante UD (1-0). Desde entonces, ha dirigido 92 partidos en la máxima categoría, finalizados con 51 victorias del equipo local, 16 del visitante y empates en los 25 restantes. Entre ellos, los 22 de la pasada Liga, en los que mostró la medía de 5,77 tarjetas amarillas, sacó siete rojas y señaló ocho penaltis.
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'Empate' con la UDA: En cuatro encuentros, dos en Segunda División y dos en Primera, ha arbitrado a la UDA, con una victoria, una derrota y dos empates. En Segunda División, en la Liga 2018/19, en campo del CD Numancia (0-2) y en casa con el CD Lugo (1-1). En Primera y en la pasada temporada, con derrota en la visita a la AD Rayo Vallecano (2-0) y en la última jornada, en la efectuada al campo del RCD Espanyol (3-3).
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Díaz de Mera en el VAR: El castellano-manchego Díaz de Mera le auxiliará hoy en el VAR, en el decimosegundo partido de Soto Grado en esta Liga. En los once que ha arbitrado hubo cuatro victorias locales, ninguna visitante, y siete empates. Lleva la media de 6,8 amarillas, mostrado cuatro rojas y pitado tres penaltis. A Osasuna, en Primera, le ha dirigido en ocho partidos, con dos victorias, dos derrotas y cuatro empates.
Escuchar eso es suficiente acicate como para reaccionar, si es que el número de 'descalabros' continuos en la competición no es suficiente, sin que el adjetivo deba ser el 'typpex' que borre las buenas sensaciones, la mejoría en algunos aspectos que han hecho, por ejemplo, acumular dos puertas a cero en los dos últimos partidos en casa o competir ante dos equipos de la 'magnitud' de Atlético de Madrid o FC Barcelona, éste más por el nombre que por su calidad futbolística. La duda es resolver –puede y debe hacerlo hoy– el enigma si jugando como lo hizo en el Cívitas Metropolitano o en el Lluis Company daría para haber ganado a Real Betis o RCD Mallorca. Osasuna no se parece a ninguno de estos últimos cuatro rivales.
Obligación
Para hoy vuelve a ser obligación no pensar ni poner excusas. El fútbol no entiende de ellas y quien lo piense así cae imbuido en una creencia con muchas dosis de irrealidad que contribuye a confundir a propios y extraños, pero sobre todo a los primeros. Gaizka Garitano ha tenido tiempo –una semana completa– para preparar el partido de esta tarde en la Carretera que lleva el mismo nombre que el recinto. Un partido que ha estado precedido de las alegrías que suponen las altas médicas de jugadores como Marc Pubill o Marezi, que están todavía en proceso de coger ritmo, pero que incluso alguno como el lateral podría jugar de inicio sin descartar tampoco al serbio. Además, Lucas Robertone han aparecido en los dos entrenamientos a puerta cerrada y apunta a ser el timón en El Sadar, mientras que Gonzalo Melero había trabajo al margen, por lo que no estará para hoy.
La presencia de Lopy supone la alegría de su 'rescate' al no estar en la lista de convocados para la Copa de África en la que sí estarán presentes el lateral diestro bisau-guineano Houboulang Mendes, el centrocampista ghanés Iddrisu Baba –que desnuda la parcela del centro del campo– o el delantero también de Guinea-Bisau Marciano.
Contrariedades
Por supuesto que hay contrariedades como ese 'déficit' de ritmo de los que vuelven a trabajar con la normalidad que rodea a quienes han salido de alguna lesión y que puede hacer que el técnico se lo piense, pero 'a andar se aprende andando', lo mismo que a ganar. Sin Mendes y con Pubill en ese proceso de readaptación a la actividad competitiva, el equipo indálico podría volver a utilizar el mismo esquema de las últimas semanas que ha permitido que el equipo no se 'debilite' en defensa. Así, asegurada la continuidad de Luis Maximiano bajo palos, con Alejandro Pozo o Marc Pubill y Sergio Akieme en los laterales, lo normal es que Chumi, Édgar González y César Montes aparezcan por el carril central.
Con Lopy fijo en el centro del campo, su acompañante bien podría Lucas Robertone que pagó en Barcelona la sanción buscada desde el banquillo cuando su lesión en el duelo frente al Mallorca, con lo más normal que las otras tres plazas es una cuestión a repartir entre Largie Ramazani, Leo Baptistao, Sergio Arribas y Adrián Embarba, de los que caería uno para esperar oportunidades en una nueva afrenta con la que buscar aprender a sumar de tres en tres.
El enemigo perfecto
Sin duda, en El Sadar se piensa en el Almería como el equipo ante el que dar continuidad a las victorias en casa de la que se despidió fue la segunda en casa, con lo que supone para el equipo navarro la importancia de hacerse fuerte en casa para acelerar las opciones de permanencia, la primera de las metas para un equipo que casi siempre marca –sólo en un partido dejó el casillero de goles a favor en cero– y que tiene dificultades para dejar su puerta a cero –sólo lo consiguió en dos de las nueve ocasiones en las que actuó como local–.
Para los rojillos, el Almería es el enemigo perfecto para conseguir tres puntos que le alejen más si cabe de la zona de descenso, de la que, con 19 puntos en su haber, puede poner más colchón de puntos. Además, Arrasate sólo tiene la baja de Mojica, que sigue recuperándose de la lesión sufrida en el ligamento lateral interno de la pierna derecha de modo que se espera un once muy reconocible con las dudas del lateral derecho, puesto al que optan Areso y Peña, Catena debería volver al once en un seguimiento lógico de los acontecimientos y Moncayola debe de acabar de asentarse junto a Aimar y Torró en la línea de medios para una cita en la que la UDA no quiere acabar atragantado.
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