El Almería pone en duda en El Sadar que está vivo

Ni masaje cardíaco primero ni desfibriladores después hicieron latir al corazón indálico, incapaz de encontrar un modo para levantar la mano en señal de vida, un «yo estoy aquí». No hubo capacidad, ni tan siquiera llegadas para que la incertidumbre fuese algo más que lo que nace del marcador 'escurrido' desde que Budimir aprovechara un pase de Catena, en el minuto 27, para que el equipo navarro sumara la tercera victoria como local en diez partidos disputados. Y la peor conclusión que se saca del partido es que Osasuna sólo necesitó dos disparos para ganar -convirtió uno-, pero el Almería no mereció ni eso porque no lo intentó ni una sola vez, además de que adoleció de contundencia, con una primera parte en la que no hizo ni una sola falta y 'mejoró' el 'guarismo' con cuatro en la segunda. ¿Hay alguien, no hay nadie? Si hay no se manifiesta, puede que por falta de vida.

El partido fue eléctrico desde el primer momento, con ambos equipos proponiendo llegadas, pero sólo al inicio. El Almería, en tres minutos, dispuso de dos, con una primera acción de Largie Ramazani que se marchó demasiado cruzada y otra del belga tras una mala salida de balón de Osasuna, remediada por la salida de Sergio Herrera. En el 6, el que llegó fue el equipo rojillo, pero sin llegar a meter 'miedo' en el cuerpo a los indálicos, bien plantados en el campo e incomodando así al cuadro de Jaboba Arrasate con una presión alta.

Para el técnico osasunista hubo el contratiempo de la lesión de Chimy Ávila, en el 13, dando entrada a José Arnaiz, pero cuando ya Osasuna tocaba balón, en gran medida por las dificultades indálicas de frenar a Aimar Oroz, filtrando balones. En el 14, un centro desde la derecha acabó con Ante Budimir tocando de tacón, pero no encontrando la portería de un equipo indálico con presencia, aunque concediendo. En el 20, un error que acabó con centro de Rubén Peña lo despejó a córner César Montes y, a la salida, el remate de Catena, con todo para 'embocar', acabó por encima del larguero.

Ya empujaba más Osasuna que casi metió al Almería en su parcela, obligado sólo a defender. En el 24, el cuadro rojillo pudo hacer el primero, a la salida de un córner rematado por Ante Budimir, pero anticipándose en el remate Luis Maximiano, aunque cayéndole el balón a Catena, cuyo disparo lo despejó Sergio Arribas, con Osasuna teniendo el balón, entrando por banda por medio de Rubén Peña y de Jesús Areso. En un balón por la izquierda, Catena, que se adueñó de la posesión tras una falta sobre Largie Ramazani, filtró el balón para Ante Budimir que se quedó solo ante Luis Maximiano, para adelantar al conjunto rojillo, que hizo daño ante la blanda labor defensiva del equipo indálico, falto de contundencia en esa parcela.

El gol fue un golpe duro para un Almería que encontró dificultades para poner freno a las intenciones de un cuadro rojillo que controlaba el balón, obligando al Almería a perseguir sombras, a correr detrás de él sin capacidad para firmar motivos para que Osasuna se lo pensara. El Almería no fue capaz de proponer acciones de peligro y el partido fue, en una tierra con mucha tradición pelotari, como un encuentro de frontón, en el que la UDA fue el 'frontis' y Osasuna se encargó de golpear la pelota una y otra vez. En el 39, un balón al espacio de Aimar Oroz lo remató al lateral de la red José Arnaiz.

Apareció más la UD Almería en los minutos finales ante un Osasuna con dificultades para entregar el balón. Así, en el 45, una acción de Leo Baptistao se convirtió en la segunda en un minuto, pero en ambos casos el balón no encontró al rematador que necesita la UD Almería, y que de momento no tiene, con Osasuna presionando arriba para impedir una buena salida de balón de los indálicos, sin tiempo para más.

Todo en una primera parte en la que el Almería fue 'gaseosa' porque duró 20 minutos, pero poco a poco le costó tener el balón, obligado a achicar aguas ante el contundente dominio ejercido por el conjunto osasunista. Por eso hubo cambio de dibujo para empezar la segunda parte, dando entrada a Pozo en lugar de Sergio Arribas y a Marezi por Largie Ramazani.

El cambio, con un 1-4-4-2, deparó la presencia arriba de una pareja con Baptistao y Marezi arriba y con Pozo tratando de ayudar a Marc Pubill, por la derecha, por la que Osasuna entró para hacer daño en la primera parte. De todas formas, nada más reanudarse el partido Osasuna tuvo ocasión de hacer gol por medio de José Arnaiz, cuyo disparo desde lejos lo despejó Luis Maximiano y Budimir, casi a la media vuelta, mandó el balón fuera, en el minuto 47.

Sin embargo, como en la primera parte, el Almería tuvo problemas para tapar espacios entre líneas, en concreto entre la zona de centro del campo y la defensa, aprovechado por Osasuna para acercarse, si bien careció de fortuna para disparar a portería rival, lo que no hizo ver a un Almería con más presencia arriba y sí con problemas para sacar el balón, pese a que el equipo rojillo dio un paso atrás, actuación mediatizada por la nula capacidad indálica de crearle peligro y por esa comodidad que deparaba el marcador, a pesar de que la diferencia era de sólo un gol.

Sin embargo, el equipo rojiblanco anduvo sin cabeza, pese a que en el 73 hubo una acción doble de Sergio Akieme y de Alejandro Pozo que no encontraron el remate final para haberse metido más aún en el partido, en el que estaba por la incertidumbre del marcador, pero fuera, muy lejos, por sensaciones.

Carente de crear acciones, aunque no tuvieran añadido el peligro, el Almería se fue deshaciendo como un azucarillo en café hirviendo y con Osasuna, sin mucho más que hacer, estuvo cerca de hacer el segundo, en el 84, pero el disparo de José Arnaiz, que se anticipó a su defensor, se fue desviado en casi la última acción de un partido cuyo resultado final es tendencia desde que comenzó el campeonato. Es cierto que dicen que mientras hay vida hay esperanza, pero ¿hay vida?