Final | El Almería cae en el Benito Vilamarín

La victoria vale lo que vale, tres puntos. Da igual el 'apellido', de si es ante Sevilla o Rayo, por más que la victoria frente al primero fuese más de pedigree por la entidad del rival, sin importar su estado de forma, que ante un segundo rival que ha hecho cosas interesantes con su fútbol, teniendo en cuenta que su rendimiento fuera de casa tiene más peso que el que lleva a cabo en su domicilio. Cuando el rival es un Betis cuyo comportamiento en casa es tal que no conoce los tropiezos, vencer es un gran éxito, hacerlo cumplir un simple sueño.

Cierto es que no se pueden ni deben separar ni competiciones ni lugar de juego. En ese sentido, el conjunto bético lleva dos empates consecutivos, uno en Valladolid y otro en casa frente a la Roma. El segundo de más importancia que el primero, se podría decir, pero el conquistado en tierras pucelanas con el contratiempo de jugar en inferioridad por la expulsión de Pezzella y el Almería ya supo de la 'tozudez' del juego pucelano como para no 'devaluar' la conquista del conjunto de las 'trece barras'. Este tampoco echará en saco roto la lección de fútbol intenso y a su gusto que la UD Almería desarrolló el pasado sábado frente al difícil equipo de Iraola.

De todas formas, del pasado no se vive. El partido de hoy no tiene referencias atrasadas ni supondrá nada con vistas al futuro. Son 90 minutos entre el paréntesis del partido ante el Rayo y lo que pueda pasar el jueves ante el Girona, con este de hoy como el único válido, porque en esto del fútbol las victorias provocan pensar en la Champions, del mismo modo que la derrota 'airea' los sinsabores de quienes ven en un despido la solución a los males. Ya dijo De la Hoz el martes que «ni antes éramos tan manos, ni ahora somos tan buenos». El fútbol es un simple juego y la victoria un simple sueño, pero que juego más 'atrayente' y que sueño más grande.

La intención rojiblanca se basa en un estilo parecido al que interpreta el Betis. La presión alta para el robo de balón y posterior control del mismo es el catón que le gusta interpretar al Betis. El Almería tendrá una afrenta importante en ese comportamiento de los de Pellegrini, pero se trabaja mejor con el respaldo de un triunfo, aunque haya que recordar que la victoria frente al Rayo nació posiblemente en el varapalo recibido en San Mamés porque los palos duelen, como también expuso el capitán.

Los que interpretaron el guion de partido frente al Rayo son los mismos que traten de conseguir hacer real el sueño de ganar en el Villamarín, con la salvedad en lo que se refiere a la presencia de Embarba. Lázaro Vinicius o Largie Ramazani son los llamados a presentarse como sustituto del sancionado 'asistente' –dio los dos primeros goles y participó en la jugada del tercero–. No sería de extrañar ver al belga. El ex del Manchester ha dado buena imagen en los primeros partidos y ahora, con el 'banquillazo' del sábado, lo mismo se ve al desbordante y veloz extremo que 'impacientó' a rivales en las primeras jornadas.

En las demás parcelas no se esperan cambios. Fernando Martínez tiene todo para seguir bajo palos, en la posición en la que se ha ganado un respeto para no verse desbancado de la misma. Houboulang Mendes aparecerá por la derecha. El lateral diestro demostró todo lo contrario a lo que expresaron sus detractores cuando se anunció su fichaje. Pero no hay nada más real que el ejemplo ante la duda y su partido ante el Rayo no fue notable, fue sobresaliente. El tiempo del que habló Rubi como una necesidad parece haberlo asumido el ex del L'Orient.

Y ese tiempo también parece haber funcionado para otros que, por lesiones o por su llegada tardía, no encontraron el momento para coger confianza y que pueda aplicarse. Con un César de la Hoz insustituible, el Almería tiene el equilibrio que se necesita para ver al equipo de la segunda parte ante el Sevilla o de la Primera frente al Rayo, sin menospreciar que lo hecho en la segunda fue el premeditado comportamiento de quien va ganando 3-0 y lo único que pretende es que 'no se juegue'.

La pareja que ocupen los otros dos puestos del centro del campo ya jugaron juntos y de qué manera. Uno marcó, Robertone, y otro, Melero –sin problemas en la cabeza y con solo pensar en hacer buen fútbol–, hizo funcionar al equipo con esa creatividad que parecía atascada en fases anteriores. Y arriba, el buen trabajo de Baptistao frente al conjunto franjirrojo es el complemento para un El Bilal Touré que marcó el primer gol con tanta sutileza que es extraño que no vuelva a suceder.

El Betis está en un escalón superior por cómo ha comenzado, pero el fútbol lo juegan dos equipos de once contra once y gana el que más goles marca. La RAE define el fútbol como tal y considera válido el gol con las piernas o con cualquier parte del cuerpo mientras no sea con las manos de manera premeditada, con el riesgo de que también puede depender del color de la camiseta. Pero el conjunto verdiblanco utiliza como arma un fútbol atractivo que le hace ser el mejor local con doce puntos en los cuatro partidos que ha jugado. Solo ha encajado un gol –se lo hizo el Girona en el último partido que, como local, jugó en Liga– y no le impidió la remontada.

Puede ser un problema la acumulación de partidos con la que llegan los béticos, además jugando en inferioridad sus dos últimos duelo en Liga y sin Luiz Felipe, en Balaídos, durante 70 minutos o, como en Valladolid, sin Pezzella durante los últimos 55 minutos.

Pezzella no estará, como tampoco los lesionados Fekir, Camarasa y Juanmi. En cuanto al once, los ausentes contra la Roma estarán, y Luiz Felipe, Canales y Rodri podrían repetir. La duda es saber el sustituto de Pezzella.