La UD Almería se encariña con la piedra
El equipo rojiblanco sigue pagando una mala planificación desde pretemp< orada, pese a que las 'previsiones' eran otras
Cuando se confirmó la venta de El Bilal Touré, Mohamed El Assy avisó de que la venta del delantero maliense aceleraba la posibilidad de tener ... una pretemporada tranquila, no como ocurrió un año antes en el que se dijo que la venta de Sadiq Umar había provocado que aquel equipo dirigido por Rubi tuvo que hacer pretemporada en el mes de septiembre para 'encajar' las piezas. Sin embargo, el tiempo asegura que el 'hombre' –en este caso la UD Almería– es un animal de costumbres. El cuadro indálico ha ido, desde la casilla de salida, con el paso cambiado para afrontar la segunda temporada de militancia en Primera División, con esta dirección deportiva.
Lo cierto es que el conjunto que dirigió de inicio Vicente Moreno y que ahora está en las manos de Gaizka Garitano da la sensación de estar 'roto' y lo que dio la sensación de ser una buena plantilla, analizando al equipo antes del inicio de la competición, no ha conseguido ser equipo nunca, viviendo entre la necesidad y la obligación. Y es que el tiempo ha jugado en contra por tener que afrontar una competición tan difícil como la Primera División con un 'equipo' que pierde hombres claves en momentos en los que no hay posible reacción.
La cronología de los hechos
La Primera División es 'puñetera' hasta el punto de que hace pagar cruelmente los errores que se comenten, no sólo sobre el césped, también desde la dirección deportiva y el Almería ha pagado con creces esos planteamientos erróneos. Así, el último fichaje 'sensato' por tiempo realizado por la UD Almería fue Édgar González, que se comunicó el 5 de julio, con la pretemporada preparada para iniciarse sólo unos días después.
Sin embargo, Dion Lopy, Marc Pubill, Sergio Arribas, Iddrisu Baba, Ibrahima Koné, Luis Maximiano y César Montes llegaron poco antes de sonar la campana del comienzo del campeonato y otros con la competición ya comenzada, con una rémora en el conocimiento de cómo jugaría o jugaba esta UD Almería. De hecho, Baba fue titular frente al Rayo Vallecano con sólo un día de entrenamiento. Sergio Arribas y Marc Pubill, que llegaron el día 9, jugaron en la segunda parte, como también lo hizo Dion Lopy, que había llegado a principio de la 'última' semana de preparación.
Sin tiempo
Los tres primeros fueron titulares en la segunda jornada, frente al Real Madrid, como también Luis Maximiano, con un entrenamiento antes de jugar ese partido, tal y como sucedió con Ibrahima Koné, que fue uno de los cambios realizados por Vicente Moreno en la segunda parte. El último en llegar fue César Montes, el único que tuvo dos semanas para preparar su debut. Llegó a falta de minutos para el cierre de mercado sin haber hecho pretemporada y por tanto con déficit físico –no se entrena igual haciéndolo en la dinámica de grupo que en solitario–.
El caso es que el equipo indálico perdió efectivos por las salidas a destiempo de Samú Costa, un día antes del inicio del campeonato liguero, mientras Babic se marchó al Spartak de Moscú tras jugar el primer partido frente al Rayo y no ser alineado frente al Real Madrid –no entró en la convocatoría–, firmándose su llegada al equipo ruso el 21 de agosto.
Los problemas
Precisamente, en las salidas están los problemas por una mala gestión a la hora de hacer las operaciones. Está claro que para que unos entren había que provocar salidas, pero el Almería no se guardó, en pretemporada, la cartas para llevar ese trabajo a cabo con la solvencia necesaria. El equipo indálico ganó dinero con las salidas de Rodrigo Ely y Srdjan Babic, pero se desguarneció en una línea tan importante con la defensa. El italo-brasileño fue, el curso pasado, el central con más presencia en el equipo superando los 3.100 minutos de juego –3.118–, con un grandísimo trabajo no sólo por ser el jugador que más balones despejó de la máxima categoría del fútbol español, controlando un poco el juego aéreo, sino por jerarquía, la que ahora no existe en el equipo; el central serbio jugó un poco menos, pero muy cerca de los 3.000 minutos –2.998–.
Esa jerarquía recae ahora en jugadores con mil minutos de experiencia en Primera División. Chumi jugó entonces 1.485 minutos en todo el campeonato liguero, algunos de ellos como lateral diestro, y Kaiky Fernandes sólo jugó 582 minutos. Se podría decir que sólo tuvo tiempo de aprender la teoría. Este año son los centrales con más minutos jugados superando los 600 minutos en el caso del gallego ◘–674–, con muchos de ellos 'acunado' a la banda derecha, mientras que el brasileño ha sumado 424 minutos en una posición esencial en la que han llegado a jugar otros con más experiencia como es el caso de Édgar González, con 534, con media hora de pivote –sus mejores minutos con la UD Almería–, un jugador que un año antes había jugado 1.770 minutos en la posición en la que Vicente Moreno le dio 'galones' en la UD Almería.
Y, con sólo esos tres centrales –dos específicos porque Édgar se debate entre el centro de la zaga y la posición de pivote– hubo que ir al mercado, en el que el equipo indálico puede que no supiera manejar los tiempos. Seguramente, César Montes tiene calidad para ir aportándola con el paso de los minutos. De momento ha jugado 334 cuando en su selección jugó más de la mitad en sólo dos partidos, puede que sin la presión de tener que llevar el cartel que porta en la UDA de ser el fichaje más caro de la historia en fase de aportar una respuesta positiva, sí o sí, tras los 1.589 minutos que jugó el pasado curso en el Espanyol. ¿Caro? Es lo que marca un mercado en el que el equipo rojiblanco no supo 'comportarse' por no comprar antes, cuando hubo opciones de lograr hacerse con el azteca por menos dinero. Dejar pasar el tiempo, por el 'si acaso', obligó a comprar cuando el equipo se desnudó en la zaga. Fue entonces cuando el Almería tenía que comprar, sí o sí, y el Espanyol no tenía la necesidad de vender. No hay explicación más real que esa y marcó esos 14 millones, entre traspaso y variables, que ocasionaron su llegada.
Y es que el mercado de fichajes acaba el día 1 de septiembre, mientras la Liga comienza el 11 de agosto. ¿Que es una incongruencia? Seguramente, pero también lo es desarmarse ya con el campeonato iniciado. ¿Había obligación de vender? Es algo a estudiar. El Almería, el curso pasado, con un técnico como Rubi –perseguido y en el punto de mira desde la cuarta derrota consecutiva en Bilbao, con pocos partidos jugados–, compitió y supo a lo que jugar, pese a tener en nómina una plantilla en la que el 80% llegaba tras haber ascendido desde Segunda División y que sólo tenía como objetivo una permanencia que llegó sonando la bocina, lo obligado cuando se sufre, pero también se curte.
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